Diez consejos a tener en cuenta antes de estudiar un máster

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10 consejos a tener en cuenta antes de estudiar un máster
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Con la llegada del mes de septiembre y de un nuevo curso académico, habrá quienes se plantearán estudiar un máster al objeto de completar su formación. Pero esta voluntad debe ir acompañada de una serie de premisas que el futuro alumno debe plantearse, cuestiones que habrá que analizar para no equivocarse a la hora de decidir. Especialistas del CEF.- han elaborado una serie de aspectos sobre los que aquellos que pretendan matricularse han de reflexionar y analizar en profundidad.

10 aspectos a tener en cuenta antes de estudiar un máster

1) ¿Qué espero conseguir del máster? ¿Trabajo? ¿Un ascenso? ¿Conocimientos? ¿Un título? ¿Curriculum? ¿Contactos? Es la primera pregunta que hay que formularse, ya que de su respuesta dependerán muchas de nuestras decisiones posteriores. Si no tenemos muy claros desde el principio los objetivos que perseguimos con la realización de este máster, deberemos replantearnos la cuestión y seguir investigando.

2) ¿Me ayudará a crecer como profesional? Si estoy trabajando, deberé plantearme si la formación que puedo recibir en un máster determinado me permitirá mejorar mis competencias, habilidades y perfil. Si me servirá para actualizar conocimientos e incorporar nuevas capacidades dentro de mi área de especialización. En definitiva, si me hará más versátil y completo como profesional.

3) ¿Me hará más “empleable”? En el caso en que me encuentre en situación de desempleo, la cuestión principal que debemos plantearnos es si la formación escogida nos puede abrir las puertas del mercado laboral. En ese sentido, programas relacionados con profesiones emergentes, con nichos de empleo o con el emprendimiento siempre serán más recomendables que aquellos otros donde exista saturación de profesionales y pocas oportunidades.

4) ¿Es adecuado a mi perfil? El máster puede ser una excelente vía para abordar un cambio de orientación en nuestra carrera profesional.  Pero no siempre el programa con mayores expectativas laborales es el más adecuado para nosotros. También tendremos que valorar si es compatible con nuestro perfil, inclinaciones y preferencias, ya que de lo contrario puede suponer una fuente de frustración y un nuevo problema más que una solución.

5) ¿Vale lo que cuesta? Un máster es caro o barato en función las expectativas que tengamos depositadas en él. Ni la opción más costosa es necesariamente la mejor, ni decantarse por la más económica resolverá siempre nuestras necesidades. Una vez hemos realizado una primera criba de posibles programas interesantes, tendremos que plantearnos cuáles de ellos podemos permitirnos de una manera realista. A continuación habrá que seleccionar aquellos que pensemos nos ofrecen una  mejor relación calidad / precio.

6) ¿Cómo vamos a pagarlo? ¿Disponemos de ahorros? ¿Me lo paga mi familia? ¿Mi empresa estaría dispuesta a asumir total o parcialmente el importe del máster? ¿Hay posibilidad de abonarlo a plazos?  ¿Puedo acceder a financiación a través de mi banco habitual o por medio de acuerdos suscritos por el propio centro con otras entidades bancarias? ¿Existe algún programa de becas, ya sean institucionales o concedidas por la propia institución educativa, al que pueda acogerme?

Un máster representa un periplo de entre uno y dos años de intensa dedicación

7) ¿Es la escuela más adecuada? Aquí deberemos fijarnos, más allá de lo apetecible de un determinado programa, en el prestigio de la escuela o Universidad que lo imparte, en su trayectoria, experiencia y resultados, así como en la calidad de sus profesores. También entran en juego otras variables complementarias como servicios al alumno, instalaciones, materiales, bolsa de trabajo, etc.

8) ¿Soluciona mis necesidades de formación? En la mayoría de los casos, un máster proporciona una visión muy exhaustiva sobre una determinada materia. Pero tal vez lo que nosotros necesitemos sea una formación más focalizada en un aspecto muy particular. En tal caso, tal vez debamos considerar otras opciones como un curso corto o seminario especializado sobre aquella parcela de nuestro interés.

9) ¿Puedo dedicarle el tiempo necesario? Por mucho que pensemos que todas las piezas encajan y que hemos encontrado el máster de nuestros sueños, aún deberemos bajar a la realidad una vez más y preguntarnos si seremos capaces de dedicar el esfuerzo y tiempo que un programa de estas características exige. ¿Es nuestra situación laboral y personal compatible con las horas de clase y estudio que supone cursar un máster, ya sea presencial o en la modalidad a distancia?

10) ¿Estoy motivado? Tal vez se trate de la cuestión fundamental. Por lo general, un máster representa un periplo de entre uno y dos años de intensa dedicación. Un esfuerzo adicional a nuestros quehaceres y obligaciones diarias que va a poner a prueba nuestra fuerza de voluntad. Solo teniendo muy claros esos objetivos de los que hablábamos al principio podremos sacar la energía necesaria para llevar a buen puerto el proyecto.