El gran juego de la oca

Claves para conseguir lo que buscamos a través del coaching

Pedro Palao Pons
Experto en Comunicación y Marca Personal y Facilitador del taller La llave del éxito de TISOC Coaching

El gran juego de la oca
Foto de Stock.xchng

Hay quien tiene una idea y al minuto se ha olvidado de ella, tal vez porque prefiere no complicarse la vida, o porque alguien le ha dicho “eso no es para ti” y se lo ha creído. Hay quien tiene un objetivo y lo anota y al cabo del tiempo, por no hacer un seguimiento, y por no comprometerse consigo mismo, ve como su deseo termina durmiendo el sueño de los justos. Luego está quien, pese a saber que su proyecto podría llevarse a cabo, se deja arrastrar por conceptos como “no sabré”, “no podré”, esas creencias limitantes dañinas, que en vez de ser superadas a través del trabajo y al reconocimiento, en muchos casos seguimos manteniendo en nuestras vidas.

La llave para alcanzar el éxito es uno mismo, pero a veces no somos conscientes de ello. En ocasiones es más fácil focalizar en otros o en el entorno las culpas de nuestra inacción o de nuestros fracasos que tomar las riendas de la vida.  Claro que también hay quien cae en el ruido interior del “ya lo haré mañana” o “quizá no es el momento”, y guarda su llave del éxito en el cajón del olvido en vez de en la cerradura de las oportunidades. En TISOC incidimos en la relevancia de un plan de acción y en las herramientas que podemos usar cuando los vientos no sean favorables.

Nuestro objetivo, desde el coaching, es que cada persona descubra su motivación real, la que está sustentada por sus ganas, su visión de la realidad y su compromiso en lo que desea alcanzar. Que aprenda a trabajarla, superando sus creencias limitantes y utilice en su beneficio las competencias y capacidades que tiene. 

Nuestro objetivo, desde el coaching, es que cada persona descubra su motivación real, la que está sustentada por sus ganas, su visión de la realidad y su compromiso en lo que desea alcanzar

¿Y cuáles serían las herramientas para conseguir todo esto? Una de las más poderosas es la pregunta. Tenemos que aprender a preguntarnos antes de dar respuestas vacuas a preguntas no formuladas como: “Me gustaría hacer... pero sé que esto no es para mí”. Ante un proyecto debemos preguntarnos ¿Qué queremos? ¿Para qué lo queremos? ¿Cómo podemos llevarlo a cabo? ¿Con qué y con quién contamos? ¿Qué nos falta? ¿Cómo podemos conseguirlo? ¿Cuál es el primer paso que estamos dispuestos a dar? ¿Cuándo lo daremos y qué necesitamos para hacerlo? ¿Hay algo en nuestra contra? ¿Qué áreas de mejora debemos trabajar?, etc. Y además debemos saber que en la vida y en el trabajo de consecución hacia nuestros objetivos hay tres zonas de acción: la controlable -la única que depende de nosotros y de nuestras acciones-  la influenciable y la no controlable que no dependen al 100% de nosotros.

Otras herramientas son más practicas, como por ejemplo, aprender a relajarnos de inmediato ante una situación de adversidad, reforzar nuestras ideas o trabajando las órdenes internas; saber interiorizar para aislarnos por un momento del ruido mental, aprender a proyectar objetivos con fuerza y serenidad, etc.

Pero sobre todo importa el autoconocimiento y el reconocimiento. Es decir, el conocimiento de uno mismo y la capacidad de reconocer los puntos fuertes y las áreas de mejora de uno. Uno y otro nos van a servir para trazar un plan y  darle forma al sueño, asumiendo que la vida se parece a menudo al juego de la oca. A veces avanzas a mucha velocidad, pero pueden aparecen problemas y contratiempos que nos retrasarán y que debemos saber gestionar para salir vencedores y llegar a la meta deseada, el éxito.

Analicemos para acabar el sobrevalorado concepto del éxito. Popularmente se comete el error de vincularlo a dinero, fama y posición social, eso son arquetipos a los que seguro todos podemos aspirar, pero son brindis al sol. El éxito real personal e intransferible tal vez no haya que buscarlo tan lejos. Éxito es saber explicar tus ideas según tus objetivos; es conseguir que tus relaciones con los demás funcionen con la armonía deseada; éxito es alcanzar un sueño o dar un paso que te lleve hacia él. Muchas veces la tendencia suele ser magnificar lo adverso y pasar por alto lo positivo. Por eso es preciso dar relevancia y reconocimiento a las buenas noticias y usarlas como palanca hacia una nueva meta.

Lo importante no suele ser el destino sino el camino que nos ha llevado hasta él. Porque no hay un gran éxito sin una sucesión de otros más pequeños que suponen el auténtico aprendizaje. Esa cadena de miniéxitos nos ha hecho crecer como personas, enriqueciéndonos con la experiencia. Y si realmente somos conscientes del camino recorrido, han logrado, que al finalizar el esfuerzo, seamos una versión mejorada de lo que éramos al comenzar.