Opciones de las empresas para equilibrar su patrimonio neto

José Miguel Conesa López
Experto Contable Acreditado Nº 2457
Master en Dirección Económico-Financiera por el CEF.-
Miembro de la ACEF.- UDIMA

Opciones de las empresas para equilibrar su patrimonio neto
Lusi. Rgbstock

Como bien es conocido, el patrimonio neto de las empresas es el corazón financiero de las empresas. Son las partidas que todo analista revisa para saber si la empresa tiene “futuro”, “viabilidad” o “fortaleza”. La letra c del apartado 1 del artículo 36 del Código de Comercio, tras su última modificación, queda redactada en los siguientes términos:

“Patrimonio neto: constituye la parte residual de los activos de la empresa, una vez deducidos todos sus pasivos. Incluye las aportaciones realizadas, ya sea en el momento de su constitución o en otros posteriores, por sus socios o propietarios, que no tengan la consideración de pasivos, así como los resultados acumulados u otras variaciones que le afecten”.

Obviamente, no todo se reduce al patrimonio neto. Una sociedad puede tener unos fondos propios (la antigua acepción de este concepto) robustos como montañas, pero un fondo de maniobra negativo, una rentabilidad muy baja o un periodo de maduración demasiado largo. Sin embargo, el patrimonio neto es la forma más rápida de poder tener una impresión de la situación económica de la empresa.

No sólo eso. El patrimonio neto es la figura que se utiliza en el ámbito mercantil para medir la capacidad de subsistencia de la empresa, y por tanto, en dicha normativa se marcan los límites para considerar a una empresa viable. Como refleja el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital, cuando una empresa refleja un patrimonio neto por debajo de la mitad del capital social debe realizar las acciones oportunas para incrementar ese ratio en el plazo máximo de tres meses desde que los administradores tengan conocimiento de la situación. En caso contrario habrá que instar la liquidación de la compañía.

Por lo tanto, el patrimonio neto es un concepto que trasciende del área de la contabilidad, para convertirse en un concepto sobre el que gira la viabilidad de la empresa y también la responsabilidad de los administradores, en el caso de no cumplir con los requerimientos mínimos expresados anteriormente.

En los últimos años, la crisis económica ha afectado de raíz a las pequeñas y medianas empresas, que por su tamaño y capitalización han tenido más difícil sobrellevar los eventuales sobrecostes o disminución de ventas que esta ha producido. Pensando específicamente en este tipo de empresas, que pueden reflejar un patrimonio neto <50% del capital social por una situación temporal y se vean obligadas a tomar medidas, estas serían las posibilidades:

El patrimonio neto es un concepto que trasciende del área de la contabilidad, para convertirse en un concepto sobre el que gira la viabilidad de la empresa

- Ampliación de capital: de esta forma el patrimonio de incrementaría de forma directa por el importe de dicha ampliación. Ventajas: soluciona el problema directamente sin más interpretaciones. Inconvenientes: Requiere un desembolso. Tiene costes registrales, fiscales y notariales, además de gestoría. Puede requerir auditoría.

- Reducción de capital: generalmente, contra pérdidas de ejercicios anteriores. Al reducir la cifra de capital social, la ecuación del patrimonio neto/capital también se reduce. Ventajas: soluciona el problema directamente sin más interpretaciones y no requiere desembolso. Inconvenientes: Tiene costes registrales, fiscales y notariales, además de gestoría. Puede requerir auditoría.

- Préstamo participativo: En muchos casos, la relación de fondos entre matriz y filial se realiza a través de un préstamo participativo. Al amparo del RDL 7/1996 de 7 de Junio, sobre medidas urgentes de carácter fiscal y de fomento y liberalización de la actividad económica. En su artículo 20 define las condiciones y requerimientos para que un préstamo tenga tal consideración. Ventajas: tienen la consideración de patrimonio neto a efectos de cómputo para la obligación de liquidación. No requiere desembolso si ya existe la deuda en el balance, solo su documentación. Inconvenientes: requiere desembolso si no figura previamente en el Balance. A partir de 01/01/2015 los intereses no son deducibles en el Impuesto de Sociedades, al considerarse retribución a los fondos propios.

- Otras aportaciones de socios: esta figura, de uso más reciente, es la más rápida en cuanto a su tramitación pues es suficiente con una acta/decisión del socio o socios en el que se apruebe dicha aportación. Puede ser dineraria (con aportación de cantidad) o por asignación, esto es, deudas o importes a favor del socio/s que figuren en el balance se reclasifican a partir de la decisión como patrimonio neto a través de la cuenta 118 “Aportaciones de socios o propietarios”. Generalmente se utiliza para la compensación de pérdidas. Ventajas: No requiere escritura ni registro. Si en el balance ya figuran saldos a favor del socio, no requiere desembolso. Inconvenientes: Si en el balance no figuran saldos a favor del socio, requiere desembolso.

En resumen, las empresas (y en su nombre y representación, sus administradores) tienen herramientas a su alcance para no verse obligadas a la disolución y a la vez evitar las posibles responsabilidades que la legislación mercantil ha marcada para las situaciones de descapitalización no solventada.