Navidades solidarias

Juan J. Añó
Miembro de la ACEF.- UDIMA

Navidades solidarias
Vierdrie. Rgbstock

En su película Plácido, nominada a los Óscar de 1961, García Berlanga retrató sarcásticamente una campaña promovida por el régimen, “siente un pobre a su mesa”, con motivo de los banquetes navideños. Ha pasado mucho tiempo y un lema así hoy no tendría sentido y no se consideraría “políticamente correcto”. El concepto que subyacía en aquel lema era el de la caridad cristiana que en la actualidad ha sido sustituido en mayor grado por el de solidaridad (sin que eso signifique ningún juicio peyorativo para aquel, digno de respetar para quien la practique).

Es indudable que la herencia cristiana influye y pervive en la Navidad: el hijo de Dios, nacido pobre en un pesebre, al que los Reyes Magos ofrecen sus preciados dones. Sin embargo, la fiebre consumista que ha invadido estas fechas en el mundo desarrollado hace que en las ciudades convivan las multitudes cargadas de compras con los que nada tienen y piden unas migajas de esa aparente opulencia. 

Los grandes banquetes y comidas familiares, tan típicos de estas fiestas, contrastan, por ejemplo, con las cifras de desperdicio alimentario, que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cifra en 222 millones de toneladas de comida al año en países con economías desarrolladas, según informe que recoge EL Pais. El propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación español habla en su web de que los hogares españoles tiran en un año 1,5 millones de toneladas de alimentos que son válidos para el consumo (cifras de 2013). Hemos de preguntarnos si esto es sostenible a medio y largo plazo.

En estas fechas conviven multitudes cargadas de compras con los que nada tienen y piden unas migajas de esa aparente opulencia

Nadie puede negar el papel preponderante que las organizaciones no gubernamentales, entidades y fundaciones han jugado a lo largo de los últimos años en la atención a los sectores más desfavorecidos de nuestro país. Aunque su encomiable labor abarca todos los días del año, en la época navideña surgen especiales iniciativas, de las cuales vamos a citar algunas.

Navidades solidarias
Xymonau. Rgbstock

Si hemos de hablar de una entidad que se ha distinguido siempre en España por su apoyo a los menos afortunados de nuestros conciudadanos, tenemos que citar a Cáritas Española, a cuyo presidente pudimos entrevistar para nuestra revista el pasado año. Poco más se les puede pedir más allá de lo que realizan durante todo el año. No obstante, ofrecen en estas fechas tarjetas de felicitación para particulares y empresas a precios muy asequibles, regalos solidarios, que consisten en una aportación económica en nombre de la persona a quien se hace el regalo a quién se le explica en qué se emplea ese dinero, conciertos, fiestas escolares etc. Pero la mejor iniciativa es hacerse socio tanto personalmente como por parte de empresas que pasan a formar parte de las “empresas solidarias” que colaboran habitualmente con Cáritas.

También son tradicionales en estas fechas las recogidas de alimentos que se llevan a cabo principalmente en supermercados y grandes centros comerciales por medio de los  55 Bancos de alimentos repartidos por toda España. En la edición de este año se han conseguido 22 millones de kilos de comida, un 5% más que el año anterior.

Aunque no específicamente navideña, podríamos citar la iniciativa Proyecto Becas, de la Fundación Almenara,  entidad que centra su actividad en impulsar iniciativas que contribuyan al desarrollo de los sectores sociales más desfavorecidos, tanto en España como en países en vías de desarrollo. El citado proyecto merece atención porque se focaliza en uno de los sectores más sensibles de nuestra sociedad como es el de los niños discapacitados. Su objetivo es financiar tratamientos (fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, psicopedagogía) en centros especializados para la rehabilitación que necesitan niños y niñas de 0 a 18 años con discapacidad, provenientes de familias de escasos recursos de la Comunidad de Madrid. Con ello se logra mejorar las condiciones de vida de los niños en funciones tan elementales como comunicarse o comer con normalidad. Las becas están concebidas para facilitar tratamientos sostenidos a lo largo de un periodo mínimo de un año, pudiendo prolongarse hasta cumplir el objetivo terapéutico. Recientemente la Fundación ha puesto en marcha un crowfounding para recoger fondos destinados al proyecto.

Los casos citados son tan solo tres ejemplos de los muchos que se llevan a cabo en nuestro país. Pero, más allá de las iniciativas puntuales, como las clásicas tarjetas de felicitación, lo que las ONG y resto de entidades necesitan es captar socios a través de cuotas voluntarias, dentro  de las posibilidades de cada uno. Lo deseable sería no esperar a una fechas tan señaladas para acordarse de quienes menos tienen o sufren algún tipo de marginación. La solidaridad no tiene fecha de caducidad. Todos en mayor o menor medida podemos aportar algo, bien sea económicamente o colaborando de en sus actividades.

Aunque solo sea para rendir homenaje a aquellos que de forma altruista y voluntaria contribuyen a hacer de España un país solidario y mejor.