“Digital transformation”
Antonio Villaverde Herranz
Profesor de la UDIMA
Máster Universitario en Arquitectura del Software por la UDIMA
Miembro de la ACEF.- UDIMA
Foto de Stock.xchng
Actualmente nos encontramos en un punto de inflexión global causado por el cambio conjunto de muchas tendencias. Ante este punto, existe un debate entre el “estancamiento” o la “destrucción creativa”. Hay quienes creen que estamos en el primer punto, al pensar que la humanidad no es capaz de producir ninguna innovación disruptiva del calibre de las que han impulsado el crecimiento económico durante el siglo XX (la electricidad, el automóvil, la aviación, la computación). Como oposición, hay quienes piensan (como propuso Schumpeter) que el desarrollo de las economías capitalistas siempre pasa por una fase de destrucción creativa en la que se destruye el orden económico anterior mientras se va creando uno nuevo.
Yo soy más de esta última idea, en la que los modelos económicos, de negocio y sociales que han estado en vigor durante las últimas décadas se están transformando hacia los nuevos modelos o paradigmas. Al igual que el taylorismo, la automatización y las economías de escala marcaron la economía y los negocios en el siglo pasado, la digital transformation está llamada a ser el proceso mediante el que se pueden adaptar y consolidar los negocios al nuevo entorno del siglo XXI.
Pero ¿qué es la digital transformation? Podemos definirla como el uso de las tecnologías digitales no solo para mejorar el negocio –haciéndolo más rápido, más barato o más escalable– sino para cambiarlo radicalmente e incluso para crear nuevos negocios o industrias, hasta ahora inexistentes. Desde un punto de vista general, digital transformation se refiere a los profundos cambios asociados a la aplicación de la tecnología digital en todos los aspectos de la sociedad. Los nuevos usos y hábitos digitales no son simplemente mejoras de los métodos y hábitos tradicionales, son completamente nuevos y disruptivos.
Digital transformation implica repensar y redefinir el negocio. El uso extensivo y combinado de las principales tecnologías digitales actuales (social, mobile, cloud, analytics y security) llega al extremo de eliminar negocios tradicionales y crear negocios nuevos.
Los nuevos usos y hábitos digitales no son simplemente mejoras de los métodos y hábitos tradicionales, son completamente nuevos y disruptivos
Aunque el mundo cambia constantemente, creo que vivimos actualmente en una de esas épocas en las que se producen, y se van a producir, cambios muy profundos por la confluencia de diversos factores y tendencias. Si analizamos estas últimas en relación a la sostenibilidad económica, confianza tecnológica (open source, open standards, open innovation, crowdsourcing, crowdfunding, etc.), globalización y demografía y estudiamos sus efectos combinados, podemos explicar muchos de los fenómenos y patrones de cambio, aparentemente inconexos, que presenciamos en la actualidad:
- Emigración de jóvenes bien formados desde países desarrollados, junto con la formación cada vez mayor y mejor de los jóvenes de países emergentes (globalización del talento).
- Usos de la tecnología por parte de los estados que los ciudadanos consideran excesivos o abusivos (las revelaciones de Snowden), y viceversa: usos de la tecnología por parte de los ciudadanos que las autoridades consideran más allá de la libertad de expresión o asociación (escraches).
- El peso de la economía global se equilibra, con menor protagonismo de Occidente y mayor de Oriente.
- La llegada de los “nativos digitales” a la madurez y, en particular, a las empresas.
- Uno de los pilares sociales amenazados por la demografía y los modelos económicos agotados, son las pensiones y los servicios de asistencia a mayores, enfermos crónicos u otras personas en situación de dependencia. En este caso, la tecnología (biotecnología, genómica, teleasistencia, etc.) puede ayudar a paliar dichas carencias.
- Motivado por la repercusión de la crisis en las personas se ha perdido poder adquisitivo, las empresas pueden estar enfrentándose a una “era lowcost” donde la efectividad y bajo precio de los servicios y productos prime sobre otras consideraciones. En paralelo, van naciendo ejemplos de la sharing economy o peer-to-peer economy, en las que las personas comparten o intercambian servicios y productos mediante plataformas digitales, con poco o ningún intercambio monetario.
- La tecnología de la información, que entró de forma incipiente en nuestras vidas y negocios hace décadas, es ahora parte fundamental de los mismos. Negocio y tecnología son ya inseparables, y a menudo indiscernibles.
- Crecimiento vertiginoso: desde los 16 millones de usuarios de Internet en 1995 hasta los 3.000 millones que se estiman actualmente. El crecimiento del uso de smartphones ha sido todavía más rápido. Se prevé que en 2018 habrá 4.500 millones, 2.500 millones de usuarios de redes sociales y más de 25.000 millones de objetos conectados.
Las principales dimensiones de digital transformation aportan cambios disruptivos a los modelos de negocio:
- Instantaneidad y elección “infinita”.
- Difusión viral de la información, especialmente con una buena política de presencia en redes sociales.
- Acceso fácil a la tecnología, prácticamente la mitad de la población mundial puede acceder a tecnología muy potente y muy barata, accediendo a mercados y actividades imposibles para ellos hasta hace poco. Como consecuencia aparecen fenómenos como la sharing economy o el efecto David & Goliath.
- Eliminación de la distancia y distribución sin precedentes: la distancia se anula en muchos aspectos, como en la colaboración, las contrataciones, e incluso en la distribución de bienes (impresión 3D en destino).
- Explosión de la creatividad: tanto en el ámbito profesional como en el personal.
- Explotación sin precedentes de la información: lo que lleva a la redefinición de todo, casi en tiempo real (big data). Cada vez se crean más datos, de forma exponencial: el 90% de la información generada en toda la historia de la humanidad se generó en los últimos dos años.
- Personalización: La combinación de las nuevas tecnologías clave (social, mobile, cloud, analytics, security) tiene un efecto dinamizador de los mercados. Aparece el long tail, que ha creado nuevos mercados y la personalización de bienes y servicio a un menor coste.
Todos los analistas coinciden y todos hablan de este proceso de transformación. McKinsey publica desde hace tiempo estudios sobre digital transformation, bajo esta denominación o sinónimos (digitization, disruptive innovation,...). Gartner eligió digital transformation como el tema clave para su evento global anual de 2013, el Gartner Symposium/ITxpo 2013, en el que se trató extensamente sobre el impacto de la digitalización en los negocios, hablando del “tsunami de la digital transformation”. Forrester elaboró un diagrama que describe lo que denominan “la tormenta perfecta” (perfect storm of technology disruption), originada por varias tecnologías (mobility, big data, intelligent network, sensors, cloud) y centrado en las claves de negocio más que en las tendencias tecnológicas. IDC habla de la “tercera plataforma” (third platform), como la rampa de lanzamiento de los nuevos negocios.
La transformación digital es una realidad, pero tengamos en cuenta que no solo cambia las reglas del juego, cambia el juego. Subirnos a este tren se convierte en una opción de supervivencia.