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El negro libre que conquistó América

Mano de una persona de piel oscura sosteniendo una espiga de trigo en un campo dorado bajo luz natural

José Grima. La historia, en su versión más conocida, ha dejado fuera a muchas figuras que merecen ser recordadas por sus contribuciones. Juan Garrido es uno de esos personajes injustamente ignorados durante siglos. Nacido en África, Garrido no fue un esclavo más traído a las Américas, sino un hombre libre que participó activamente en uno de los momentos más trascendentales de la historia: la conquista de México. Su vida es un testimonio de cómo los africanos no solo fueron actores pasivos en la colonización, sino que también desempeñaron un papel activo y decisivo en la expansión del imperio español. Hoy, a medida que los estudios sobre la diáspora africana y la historia afroamericana crecen, la figura de Juan Garrido está siendo redescubierta, revelando cómo la narrativa tradicional ha sido injusta con muchos de estos protagonistas.

¡Será por juicios… sumarísimos! In memoriam

Primer plano de varias velas encendidas agrupadas, con la llama titilando sobre un fondo tenue

María Jesús Ros Benavides. Hace semanas, en varios medios digitales, encontré esta noticia:

“El acuerdo entre Pedro Sánchez y ERC ya comienza a dar frutos. Así, el Govern ha anunciado que el Gobierno español, 84 años después del asesinato de Lluís Companys i Jover por el régimen franquista, ha reconocido de manera oficial que el dirigente de ERC fue juzgado ilegalmente por un consejo de guerra sumarísimo que le condenó a muerte por ser el máximo representante de la Generalitat de Cataluña, por su militancia e ideología. En consecuencia, el expresidente catalán tiene derecho al reconocimiento, a la reparación moral y a la recuperación de su memoria personal, familiar y colectiva”.

El ídolo de Tara y la cosmovisión feminista

Paisaje de una montaña

José Ángel Martínez Talavera. En el corazón de Gran Canaria, bajo la cálida tierra de Telde, en concreto el barrio que lleva su nombre, se hallaba enterrado un misterio que durante siglos había sido olvidado, hasta que un grupo de arqueólogos, a finales del siglo XIX, lo desenterró: el ídolo de Tara. 

Esta figura de terracota, antropomorfa y delicadamente decorada con almagre, emergió del suelo como un testimonio tangible de la rica cosmovisión femenina que los antiguos pobladores de las islas habían tejido en torno a la vida, la fertilidad. 

Stendhal y el señor de Orgaz

Caudro de El Entierro de Orgaz de El Greco

María Jesús Ros Benavides. ¡Pues va a ser verdad que cualquier “cosa” en exceso perturba la salud y que en la moderación está el secreto de la longevidad¡ Da igual que “esa cosa” nutra el físico, la psique o el intelecto, y que “la cosa” pueda ser en sí misma positiva o negativa. 

Por ejemplo, fumar es malo y fumar en exceso es peor, claro; pero descubrí que admirar una obra pictórica, arquitectónica, musical, o un paisaje, que en sí mismo es un acto bueno, incluso sublime, puede ser perjudicial si el impacto emocional es excesivo o si las obras dignas de fascinación se acumulan, pudiendo provocar el popular pasmo que, según el diccionario, deja en suspenso la razón y el discurso. 

Las enseñanzas vigentes hoy en día de la filosofía medieval

Persona con pluma en un taller antiguo, observando un pergamino con el hombre de vitruvio

Ana Lacasa. La Edad Media se ha calificado muchas veces como la edad más oscura de la historia. Pero a lo largo de los siglos V y XV la historia cambió mucho, no solo en el mundo de las artes, sino también en la sociedad y, por supuesto, en la filosofía. Y es que la filosofía medieval se erige como un puente entre la antigüedad clásica y la modernidad. Su origen se encuentra intrínsecamente ligado al contexto histórico de la Europa occidental posimperial y al florecimiento del cristianismo. Este periodo, caracterizado por el sincretismo entre la fe cristiana y las tradiciones filosóficas greco-romanas, dio lugar a una rica y compleja reflexión intelectual.

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