Inteligencia social

Estudiante escribiendo en un cuaderno y al lado una carpeta del CEF.-

Sandra Bordino Alia
Antigua Alumna del Máster en Asesoría de Empresas y del Máster en Dirección Financiera y Contable. Departamento de Administración, GESTRA Spain (Spirax Sarco Engineering).

Pasó por CEF.- UDIMA

“Celebrar estos 25 años de trayectoria laboral, después de mi primer máster, constituye una privilegiada invitación a reconocer la gran tarea a la que ha contribuido esta Institución, durante tantos años, una entrega constante y efectiva. Asimismo, esto debe ser una motivación para sus alumnos más jóvenes, un lugar donde poder encontrar 'tu casa'. Gracias por continuar con esta gran labor, para así proyectarla a futuro”.

En 1947 Daniel Goleman, psicólogo y periodista estadounidense, que fue redactor de las páginas científicas del prestigioso diario The New York Times y que sorprendió al mundo con la publicación de su obra Inteligencia emocional, daba un giro importante en las ideas psicológicas del momento. Piensa Goleman que el coeficiente intelectual (CI) no necesariamente marca nuestro destino, pues el motor esencial de la vida son los sentimientos y las emociones. Según él, hay varios tipos de inteligencia y, de hecho, la inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos y engloba habilidades tan importantes como el control de los impulsos, la capacidad de saber retardar las recompensas, la autoconciencia, la motivación, el interés, la perseverancia …habilidades fundamentales para triunfar en la vida. Este libro expone los descubrimientos basados en la biología y en los estudios del cerebro con la idea de conocer si somos o no seres sociales. Y la respuesta es afirmativa: existe en los humanos una predisposición genética a la empatía, al altruismo, a la colaboración.

Para muchos de nosotros, “el CEF” ha sido un referente, tanto a nivel social como profesional, y he podido comprobar que permanece en la brecha en cuanto a lo que se refiere a la disciplina de la educación.

Esta primera promoción del Máster de Asesoría de Empresas ha logrado concertar un día en septiembre para poder reunirnos. Las redes sociales nos han ayudado a localizarnos, pero no nos engañemos, nuestra promoción todavía se nutre de la importancia de las relaciones interpersonales, tan denostadas en estos días. Podemos crear una gran comunidad en la que prevalezca la ayuda mutua y la confrontación de pareceres profesionales. En mitad de nuestra trayectoria laboral, “estamos en el mejor momento”, por este motivo, estamos de celebración. Doy las gracias a Arturo de las Heras, el cual sabe velar, con el espíritu adecuado, por el buen hacer de su empresa y que en el momento en que contactamos con él, no dudó en acompañarnos en este día.

Me refiero a que en septiembre nos reuniremos antiguos alumnos de la primera promoción, la “Gran quedada”, que ha sido el fruto de buenas amistades, que buscan eso, reunir compañeros con los que compartimos ilusiones y profesión en muchos casos. Es un privilegio poder contar hoy en día con amigos que buscan un rato después de las múltiples tareas familiares y jornadas laborales extensas, para organizar este evento.

Celebrar estos 25 años de trayectoria laboral, después de mi primer máster, constituye una privilegiada invitación a reconocer la gran tarea a la que ha contribuido esta Institución, durante tantos años, una entrega constante y efectiva. Asimismo, esto debe ser una motivación para sus alumnos más jóvenes, un lugar donde poder encontrar “tu casa”. Gracias por continuar con esta gran labor, para así proyectarla a futuro.

Cuando echo la vista atrás, me viene el recuerdo de nuestro recorrido por sus largos pasillos hasta llegar a las aulas, donde nos encontrábamos un grupito de inocentes recién licenciados, con grandes proyectos e ilusiones, algunos de nosotros con el pitillo en la comisura de los labios, para así no dejar ver una sonrisa trémula, escondiendo la inseguridad de no saber lo que nos deparaba el destino. Era la hora, había que enfrentarse ya a la vida.

Como antigua alumna del Máster de Asesoría de Empresas y del de Dirección Financiera y Contable, solo me queda alabar la calidad del profesorado y su atención al alumno.

Provengo de familia de empresarios, mis abuelos, padres y hermanos dan fe de ello, sabemos lo que cuesta levantar y mantener un buen nombre comercial, sabemos que vosotros lo habéis logrado. !!Enhorabuena!!