¿Qué palancas tienen las organizaciones para mejorar el impacto social que generan?

Mano sujetando una pieza de manera donde dice  pensar globalmente actuar localmente

Asun Cano Escoriaza
Doctoranda del Programa Derecho y Sociedad en la UDIMA.

Empresa

El concepto de impacto social se refiere a los efectos que pueden atribuirse a la acción de la organización; cómo una empresa altera la forma en que viven las personas y se relacionan entre sí.

La literatura previa destaca sobre el concepto de impacto social el valor creado a causa de la actividad de la organización, el valor experimentado por los beneficiarios y personas afectadas, que puede ser tanto positivo como negativo, en un momento determinado del tiempo.

Estos efectos son relevantes cuando están relacionados con resultados positivos o negativos importantes, son profundos, en el sentido de generar cambios duraderos, o afectan a numerosas personas.

En el marco de mi tesis doctoral en la UDIMA he realizado 40 entrevistas a líderes del impacto social de organizaciones de diferentes formas jurídicas, además de algunos grupos focales con las organizaciones que han destacado como buena práctica en la generación de impacto social positivo, y destaco a continuación las principales palancas detectadas con el objetivo de inspirar a otras organizaciones a mejorar el impacto social que generan en la sociedad.

En relación con el concepto de impacto social, las personas entrevistadas han destacado que está relacionado con generar cambios sistémicos, significativos y de largo plazo, mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas, desde una perspectiva comunitaria.

Los cambios generados han de estar alineados con los valores y los objetivos de la organización, empoderando a los beneficiarios a afrontar los desafíos, y generando tracción en el territorio para la mejora del bienestar de la comunidad desde su perspectiva. Ello implica contribuir a sus proyectos de vida, mejorar la forma en la que viven los más vulnerables, haciéndoles visibles, lo que implica libertad, autonomía, dignidad, autorrealización y oportunidades de empleo digno.

El progreso social y el crecimiento económico pueden avanzar simultáneamente, creando valor compartido. La sostenibilidad regenerativa implica una gestión adaptativa a riesgos y oportunidades desde una perspectiva local participativa. Para escalar el impacto positivo generado hay que considerar simultáneamente su amplitud, profundidad y durabilidad.

Necesitamos avanzar en la homogeneización de la medición de impacto social con lenguaje y métricas comunes. Las organizaciones necesitan claridad en el propósito y alcance de su medición, haciendo consistente lo que miden con la misión de la organización.

En relación con la optimización de impacto social, los entrevistados lo han vinculado a cambio profundo, intervenciones complementarias, así como al conocimiento del contexto que guía hacia la mejor solución posible, la que permite integrar aspectos sociales en el modelo de negocio, orientándolo hacia los más desatendidos, con eficiencia, efectividad, foco y colaboración.

Para ello, las organizaciones han de equilibrar en sus decisiones la objetividad con la equidad, sin perder empatía y cercanía; la calidad con la cantidad; el impacto con la rentabilidad y el riesgo; así como ser realistas con la información que pueden conseguir en un tiempo determinado.

Saber con qué puede contribuir la organización que sea diferencial respecto a otros actores del territorio, conocer el contexto bajo el que es capaz de conseguir el mejor impacto social, facilita la toma de decisiones sociales. Además, tener una estrategia para cada tipo de vulnerabilidad, en relación con los productos y servicios ofrecidos, contribuye a optimizar el impacto social generado.

Tener una clara teoría del cambio (hipótesis de cómo la organización genera impacto social), que se irá perfilando a través del proceso de medición, es clave para la optimización. Esta teoría del cambio contempla a los beneficiarios, lo que estos obtienen, en qué cantidad, cambios generados en su calidad de vida, así como riesgos. Las organizaciones con teorías del cambio similares deberían colaborar. Un mejor impacto social produce resultados de mayor calidad, más poderosos, más amplios, más profundos, más duraderos, de forma equitativa para todos los que participan.

Las principales palancas en la generación de impacto social están relacionadas con el gobierno corporativo (responsabilidades y visibilidad en la organización); liderazgo (apoyo, intencionalidad y perspectiva sistémica); integración de la cadena de valor con los recursos sociales del territorio desde una perspectiva comunitaria; propuesta de valor única con una clara teoría del cambio y visión de largo plazo; sensibilización sobre la importancia de la medición de impacto social, acompañada de un cambio cultural y recursos para abordarla; alineación del propósito de la organización con los propósitos personales de los grupos de interés, principalmente los empleados, de forma que su pasión y sus valores se coloquen en el núcleo; construir equipos en los que se combine carisma con conocimiento técnico para su empoderamiento; innovación y digitalización.

Además, para optimizar impacto social, las organizaciones pueden poner a disposición de otros sus resultados de impacto como marco para que los demás actores de la zona tomen mejores decisiones.