La personalidad económica del individuo

Una persona depositando una moneda en una hucha en forma de cerdito, simbolizando el acto de ahorrar e invertir de manera consciente

Eduardo Aguar
Socio del Gabinete AGGAR y de BCN Legal Tax and Consulting.

Economía

Se ha definido muchas veces el concepto de “la personalidad económica del Estado”, pero pocos economistas hemos sido capaces de ahondar en el estudio de “la personalidad económica del individuo”.

En la personalidad económica de un Estado, entran en juego los factores relativos a la política fiscal, monetaria, de exteriores, de inversión y empleo, pero las decisiones y actos que toma y realiza un Estado, dependiendo de su rasgo político e ideológico, son al final las que definen su personalidad económica.

Por lo tanto, podríamos concluir que la personalidad económica de un Estado es distinta según las personas que gobiernen dicho Estado y según sus ideologías políticas.

Si preguntamos en ChatGPT de OpenAI qué es la personalidad económica del individuo, nos responderá:

“Se refiere a la combinación única de características, actitudes y comportamientos que influyen en las decisiones económicas de una persona. Incluye varios aspectos relacionados de cómo una persona maneja sus finanzas, toma decisiones de inversión, gasta dinero y aborda cuestiones económicas en general. Algunos elementos clave de la personalidad económica pueden incluir:

  • Actitudes hacia el riesgo. La disposición de una persona para asumir riesgos en sus decisiones financieras, como invertir en el mercado de valores, iniciar un negocio o tomar préstamos.
  • Hábitos de gasto. Cómo una persona elige gastar su dinero, qué prioridades tiene al asignar sus recursos y si tiende a vivir de acuerdo con sus medios.
  • Nivel de endeudamiento. La disposición a asumir deudas y la gestión de las mismas. Algunas personas son más cautelosas y evitan las deudas, mientras que otras pueden estar más dispuestas a usar el crédito.
  • Habilidades financieras. El grado en que una persona comprende conceptos financieros, como inversiones, tasas de interés, impuestos y planificación financiera a largo plazo.
  • Objetivos financieros. Las metas y aspiraciones económicas de una persona, como la compra de una vivienda, la jubilación anticipada, la educación de los hijos, etc.
  • Toma de decisiones. Cómo aborda una persona las decisiones económicas cotidianas y cómo maneja los eventos financieros imprevistos.
  • Valores económicos. Las creencias y valores que una persona tiene con respecto al dinero, el éxito financiero y la responsabilidad económica.

La personalidad económica puede ser moldeada por diversos factores, como la educación financiera, las experiencias de vida, la cultura y el entorno económico”.

El escritor Henry Hazlitt, en su obra La economía en una lección, comenta lo que para él es la múltiple personalidad económica de las personas. En ella describe que cada individuo somos: productores, contribuyentes y consumidores.

Hoy en día hay otro aspecto fundamental que ha surgido rápidamente sin esperar a un periodo prudente de gestación y que ha variado la personalidad económica del individuo.

La entrada en acción en nuestras vidas cotidianas de las redes sociales, ligadas al consumo y la utilización de la inteligencia artificial (IA), en la actualidad para su desarrollo, produce una alteración drástica pero casi imperceptible en nuestra personalidad económica individual, aunque nada diga la IA cuando le preguntamos directamente en ChatGPT sobre este aspecto.

Los big data se han ido creando a través del almacenamiento masivo de datos, y para obtener un rendimiento económico se han desarrollado los posteriores estudios de las conductas de los individuos, tanto de los contribuyentes, de los consumidores, como de los productores.

¿Cuál es el objetivo de invertir tales ingentes cantidades de dinero en almacenar datos?

La respuesta es que si hacemos un gigantesco cóctel uniendo esos big data, con el estudio de las conductas de consumo que se extraen de las redes sociales y con la nueva herramienta de IA que hoy en día se está desarrollando, podremos, a través de la futura red de internet cuántica, predecir, adelantándonos al tiempo real, las necesidades de las personas y, por lo tanto, a la producción de las empresas y, por consiguiente, a los ingresos que los países obtendrán a través de sus contribuyentes.

¿Podemos cambiar esa múltiple personalidad económica de las personas que definía Henry Hazlitt o... la podemos dominar?