Gala: un clásico ... un poco nuestro

Platos elaborados por el restaurante Gala

El barón de Piernalegre

Ocio y cultura

Son ya 34 años, que se dice pronto, los que lleva abierto este, pequeño en espacio pero grande en nivel gastronómico, restaurante con el que tenemos una relación muy especial ¡y no solo por la proximidad a los centros madrileños del CEF!. Gala abrió en 1989 con la pretensión de ofrecer una “cuidada cocina de mercado elaborada en la que la calidad de los ingredientes y el mimo al cocinarlos saltan a la vista y al gusto en cada plato”, señas de identidad que podemos asegurar han permanecido invariables en el tiempo.

Son ya más de tres décadas en las que así lo hemos podido comprobar los que trabajamos/estudiamos -o hemos trabajado/estudiado- en el CEF. Gala ha sido y es la apuesta segura para una comida con ambiciones gastronómicas y con precios más que razonables para la calidad de los platos y el servicio. No es de extrañar que sean ya cinco años consecutivos en los que Gala se ha hecho acreedor del Big Gourmand de la Guía Michelin que destaca la mejor relación calidad-precio.

La carta contiene propuestas muy atractivas como una sorprendente “Ostra de la pasión y sorbete de yuzu”,  “Alcachofas con­tadas sobre crema de maíz y mostaza y quinoa frita”  o  “Yema de huevo de caserío, trufa negra, boletus en crema y polvo de torreznos”, y versiones muy sugerentes de platos más clásicos como  el “Tomate ‘del bueno’ impregnado en olivas y sardina ahumada” o el “Pulpo a la brasa, espuma de patata y chorizo zamorano”, afortunada expresión del no siempre acertado mar y tierra. 

En el capítulo de pescados la oferta es también seductora con un “Lomo de atún rojo, salsa de ostras, edamame y ajetes”, espectacular, pero también llaman la atención el “Lomo de bacalao gratinado con muselina de ajos negros y trompetas de la muerte” y sobre todo el “Tartar de atún con parmentier de boniato y wonton frito” que es un verdadero acierto.

El plato estrella es el otro tartar, el “Steak Tartare de solomillo a cuchillo” que el maître adereza con maestría (valga la redundancia) delante de nosotros. En la última visita probamos también un exquisito “Lomo de corzo, su demi-glace, castañas, peras y panipuri de trufa”, plato de caza tan difícil de encontrar y que bien elaborado -como es el caso- es uno de mis favoritos. Para los valientes (¡o para compartir!) es más que recomendable el “Chuletón de vaca de 45 días de maduración”.

En los postres la propuesta es más limitada pero los incondicionales del queso encontramos un surtido de productos artesanales que satisface al más exigente. En la bodega encontramos más de cien referencias que hacen dudar a la hora de elegir a los más distinguidos enólogos como lo son los que acompañan al cronista.

Y ahí sigue Gala, ajeno a las modas mientras en ese epicentro de la restauración madrileña que es la vecina calle Ponzano abren y cierran locales. Él lleva más de tres décadas dedicándose a dejar satisfechos a la clientela ya sea en la comida de negocios o en la cena entrañable de amigos. Un clásico que no defrauda y que además es un poco nuestro. Así nos lo hace sentir siempre su propietario Serafín Losada, atento siempre en sala y cocina, con la ayuda de su hijo Jorge que con su escandalosa juventud garantiza otros 34 años de negocio.

Restaurante gala

Calle Espronceda, 14.

Madrid · Tel.: 914 422 244

Cierra domingos y lunes noche

info@restaurantegala.com

https://restaurantegala.com