Un Dakar diferente
MOTOR
Maximino González Barfaluy
Miembro de la ACEF.- UDIMA
Akhararat Wathanasing. 123rf
El Dakar, antes “París-Dakar”, que ya ni comienza en París ni finaliza en Dakar, es considerada la competición más dura del mundo del motor. Es un raid, no un rally, existiendo notables diferencias entre ellos.
Un rally discurre por caminos delimitados, de asfalto, tierra, nieve, barro, etc. Piloto y copiloto realizan una o varias pasadas previas, con un coche denominado muleto, y toman anotaciones que siguen en la carrera. Basado en la velocidad pura, representa el máximo exponente en pilotaje, siendo los coches más reales que los de Formula 1, y circulando por vías comunes.
Por contra, en un raid piloto y copiloto, solo tienen una salida y una meta, y en la ruta una serie de puntos obligatorios. Aunque la velocidad es importante, lo es más la orientación, con tan solo un libro de ruta (road book), para llegar a destino sin perderse. También varía el número y longitud de las etapas, siendo superiores a las de los rallies. Por ello son consideradas las competiciones más duras del motor, y el Dakar la más dura.
Esta carrera fue un maravilloso sueño del piloto francés Thierry Sabine, tras perderse en un rallye en 1977. Dos años después se daba la salida en París de la primera edición, con 182 vehículos y solo 74 llegando a meta. Desde el principio está diseñada como una carrera de aventura, abierta a pilotos amateur, y donde la prioridad es sobrevivir. La variedad en los vehículos también le da un cariz especial, siendo los camiones los reyes.
Quien no tuvo oportunidad de sobrevivir, ni ver la progresión de su sueño fue su fundador, muerto en accidente de helicóptero en 1986 en el desierto mientras seguía la carrera. Otros 25 pilotos han fallecido en sus 38 ediciones. Y la lista no solo incluye a los pilotos, porque la enorme mole que representa la carrera, además de ser un aporte económico a los países por los que pasa, también se ha cobrado su precio en sangre de espectadores o simplemente habitantes de la zona.
Esta carrera fue un maravilloso sueño del piloto francés Thierry Sabine, tras perderse en un rally en 1977
Pero los tiempos cambian, todo se profesionaliza más, aumenta la velocidad y baja el nivel de aventura, y se pierde hasta el origen de la misma; desde 2008 supuestas amenazas terroristas impiden que se lleve a cabo y conlleva un cambio radical: el paso de África a América, provocando una pérdida de interés por el cambio horario y la increíble dificultad para los pilotos amateur de poder participar.
Este año hemos asistido a un punto de inflexión, y no solo por las novedades técnicas y las nuevas categorías (para aminorar los costes de participación), sino por la nueva dirección de carrera, en manos del español Marc Coma, que además de ser uno de los mejores pilotos raid de la historia (cinco Dakars entre otros) ha sido capaz de regresar levemente a los orígenes de la prueba, dando más importancia a la navegación y limitando los avances tecnológicos para hacerla más real, más pura.
Os animo a ampliar la información acerca de esta carrera, de este mundillo donde los pilotos españoles siempre han dado ejemplo y grandes momentos de pasión por el motor, de aventura, solidaridad y de participantes casi sin recursos económicos.
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