Picas de Flandes en Madrid

ARTE

Javier de la Nava
Profesor del CEF.-


Fundación Carlos de Amberes. Madrid

A través de la magnífica serie de Televisión Española, Isabel, con su carga de acción, aventuras, drama e historia, recordamos cómo una de las alianzas matrimoniales tejidas por sus “Católicas Majestades” supuso el enlace de Felipe, hijo del Archiduque Maximiliano de Austria, con doña Juana, heredera de Castilla. Así se incorporaron a los reinos peninsulares el Ducado de Borgoña y Flandes, que con el tiempo recayeron en Carlos I,  hijo primogénito de aquéllos. Uno de los nobles flamencos que viajaron a Madrid,  metrópoli y capital del imperio, fue Carlos de Amberes. Natural de esta ciudad en el Ducado de Brabante, estableció en escritura pública que a su muerte sus propiedades dieran albergue y hospedaje a los peregrinos procedentes de las Diecisiete Provincias de los Países Bajos –hoy Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Norte de Francia- que llegaban a la Villa y Corte. Así lo materializó en 1604, su paisano, el arquero real Miguel de Frêne, bajo la advocación de San Andrés, patrón de la nación borgoñona. La creación del Hospital de San Andrés de los Flamencos coincidió con el nacimiento de otras instituciones de caridad destinadas a miembros de una misma nacionalidad, corporación o gremio. Felipe III aceptó el patronato en 1609, para sí y sus sucesores.

En 1621 el arquitecto Juan Gómez de Mora construyó el nuevo hospital y la iglesia en la que en 1638 se colgó el cuadro El Martirio de San Andrés que Rubens pintó por encargo de Jan Van Vucht. La desamortización de 1798, que ordenó vender bienes de hospitales y casas de misericordia, privó a la Fundación de recursos, iniciándose una crisis que culminó con el derrumbamiento en 1848 de la iglesia de San Andrés. Con el apoyo de diplomáticos belgas y de la corona se pudo construir una nueva iglesia y hospital en la calle Claudio Coello, lugar donde hoy se encuentra la Fundación Carlos de Amberes, dedicada a fines culturales tras adaptar sus centenarios estatutos y la sede del museo, inaugurado por Felipe VI el pasado día 5 de noviembre.

La Fundación Carlos de Amberes, una de esas raras instituciones que tras diversos avatares ha permanecido viva más de 400 años, ha evolucionado

Picas de Flandes en Madrid
Retrato de familia. C.de Vos

Enfrentamientos y guerras, junto a pacíficas colaboraciones, caracterizaron la presencia española en el corazón de Europa. En aquella época, las artes florecieron en las principales ciudades de los Países Bajos, Brujas y Bruselas en especial. La evolución pictórica engendró nuevas formas expresivas más próximas a la realidad y a la naturaleza, dejando atrás los sofisticados esquemas  del gótico. La innovadora técnica del óleo sobre tabla facilitó la realización de magníficos retratos y paisajes, sin abandonar el interés por la realidad cotidiana.

La nueva pinacoteca recoge cuadros y tapices realizados por los más afamados artistas flamencos de los siglos XVI y XVII: Rubens, Van Dyck, Jordaens, Teniers, Brueghel, y otros grandes pintores, procedentes del Museo de Bellas Artes de Amberes, principal prestador, y del Museo del Prado, Patrimonio Nacional y la propia Fundación.  El criterio de selección de retratos, bodegones, obras mitológicas, paisajes o iconografía religiosa intenta suscitar el interés colectivo hacia el  arte flamenco en España, el más importante que ninguna región artística europea haya dejado en nuestro país.

Las salas se pueden recorrer saboreando el arte expuesto. El ambiente es casi mágico. Solo el eco de nuestros pasos interrumpe el silencio y a través del libro-guía que se facilita con la entrada apreciamos detalles concretos, contraluces y colores, características del vestuario, el bucolismo de los paisajes o el vigor de los animales.

La Fundación Carlos de Amberes, una de esas raras instituciones que tras diversos avatares ha permanecido viva más de 400 años, ha evolucionado.  Hoy nos ofrece muestras de dos siglos de historia común europea, que contemplamos de forma diferente a como las observaban el público al que originalmente se dirigían. Sin duda, con el nuevo museo se han puesto picas de Flandes en Madrid.

(Imágenes cortesía de la Fundación Carlos de Amberes).

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