Aprendiendo a mirar
Luis Miguel Belda García
Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA.
Ocio y cultura
Xaris. Así se llama este nuevo "alumno" de la UDIMA. Aunque es un recién matriculado algo especial, en lo que tiene de especial la misión que emprenderá en breve y durante toda su vida. Tiene cuatro patas, cola, mucho pelo, es cariñoso y obediente, y aprobó todas las asignaturas incluso antes de ponerse a estudiar. Porque Xaris juega con ventaja con respecto al resto de matriculados en esta universidad, y es que a listo no le gana nadie, o pocos.
Pertenece a esa saga de animales que adiestra la Fundación ONCE del perro guía, pero que educan en su primera etapa de vida ciudadanos como el profesor de la Universidad UDIMA Julián Roa, doctor en Educación y convencido de que el mejor compañero del hombre (o de la mujer) no siempre es otro u otra de su misma especie. Aunque, lo cierto, por algo será que adquiere sentido ese dicho popular de que "el mejor amigo del hombre" es un perro.
Hasta los científicos lo certifican, ya que estamos en sede académica. Un estudio, publicado en la prestigiosa revista Science, apuntó a unos 30.000 años el origen en Europa de la domesticación del lobo por parte de la especie humana. La investigadora del CSIC Jennifer Leonard, que participó en este estudio, confesaba en 2013, sin embargo, no tener muy claro quién ganó o perdió en esta interacción, si el hombre o los cánidos.
Para Julián Roa la cosa está clara: ganamos ambos y, quizás, un poco más los hombres y mujeres que se benefician de unos animales, por lo general, afectuosos, más inteligentes de lo que se cree y, sobre todo, leales.
La participación en este programa de “inmersión” social de un futuro perro guía es “totalmente voluntaria” explica a Conectados el doctor Roa, quien apunta que la ONCE se hace cargo de los costes del cachorro, como su alimentación, la visita al veterinario, materiales necesarios, etcétera. “Nosotros aportamos nuestro tiempo”, dice el profesor de la UDIMA.
Hasta que el cachorro tiene 14 meses no es posible empezar el entrenamiento de perro guía y es por ello que están con las familias voluntarias para que aprendan instrucciones básicas, socialicen y se acostumbren a cualquier tipo de espacio o entorno. Por ejemplo, con estos voluntarios, como Julián Roa, el animal conoce lo que son los cines, los restaurantes, los lugares de trabajo, los medios de transportes o los supermercados. Es decir, tienen acceso a la vida cotidiana.
Para el doctor Roa, esta iniciativa es “valiosa” en muchos planos, ya que permite realizar una acción social y ayudar a otras personas, y, por encima de todo, “te enriquece como persona, aportándote valores como la solidaridad, la empatía o el altruismo”. “Personalmente”, agrega, “queríamos que nuestras hijas realizasen un servicio social y se comprometieran con una causa antes de tener una mascota propia”.
¿Alguna regla o consejo para el lector que se sienta atraído por participar en este programa? “Lo fundamental para participar es tener tiempo, paciencia, constancia y cariño. Bajo mi punto de vista es una experiencia muy enriquecedora que recomendaría a todos los amantes de los animales”, dice Roa.