Diez cosas a tener en cuenta para opositar
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Después de unos años en que la oferta de Empleo Público había sufrido drásticos recortes, por fin en este año han llegado buenas noticias para aquellos que pretenden aspirar a ingresar en alguno de los Cuerpos de la Administración del Estado, al anunciarse la oferta de empleo público para 2014. En ella se incluyen 1.211 nuevas plazas y 1.688 más de promoción interna.
Con este motivo, el CEF.- ha querido presentar una serie de aspectos a tener en cuenta a la hora de plantearse preparar una oposición. Según Ángela de las Heras, jefa de estudios del área de Oposiciones del CEF.-, “Opositar se trata de un paso importante en la vida de una persona, que le va a llevar varios años y que le va suponer muchos sacrificios. Con esta guía pretendemos ayudar a tomar la alternativa más acertada a aquellos que están considerando seriamente esta opción”.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de preparar una oposición
1) Disponer de toda la información. El BOE y las páginas web oficiales de los organismos convocantes son paradas obligatorias para todo futuro opositor. Como también lo son los centros preparadores especializados.
2) Perfil adecuado al programa. Es importante tener en cuenta si el programa de la oposición elegida está relacionado con los estudios realizados, por ejemplo, en la carrera, con la experiencia laboral previa o con las propias preferencias e inclinaciones. Cuantas más coincidencias haya, más posibilidades existen de sacar adelante la empresa. Además de tener más opciones de superar las pruebas es preferible trabajar en algo que guste y se dé bien al opositor.
3) Compatibilidad con la situación personal. No es lo mismo disponer de condiciones idóneas para estudiar a tiempo completo (soporte familiar, colchón económico, un plazo de dos/tres años para dedicarse exclusivamente a preparar la oposición) que si se pretende compatibilizar trabajo u otra actividad con la preparación de la oposición. Para este último caso, muchas de las oposiciones más exigentes quedan directamente excluidas por su nivel de exigencia.
4) Pensar en el medio/largo plazo. Las oposiciones de los grupos A1 y A2 requieren mayor tiempo de preparación (de dos a tres años), pero también son las que con una buena preparación, constancia y la ayuda de un buen preparador ofrecen mayores expectativas de éxito. En general, las oposiciones que comprenden programas exigentes tienen una mejor proporción de plazas convocadas e instancias presentadas.
5) Conocer la ratio plazas convocadas / instancias presentadas. Normalmente una oferta amplia de plazas no equivale a mayores oportunidades de aprobar, ya que implican mayor competencia. Salvo que se adecuen muy bien a nuestro perfil. Conviene consultar el histórico de las distintas opciones para tratar de determinar el ratio de plazas convocadas en relación con el número de aspirantes presentados que se han producido otros años.
6) Regularidad de las convocatorias. No todas las oposiciones son convocadas con la misma regularidad. En algunos cuerpos de la Administración las oposiciones son muy estables y se convocan con regularidad, cada año o cada dos años, máximo. Otras, en cambio, tienen un carácter más esporádico o circunstancial. Será más prudente decantarse por unas oposiciones cuya convocatoria sea regular y de las cuales tengamos una expectativa real de cuándo volverán a ser convocadas.
7) Destino y retribución. En muchos casos, una vez aprobada la oposición, el primer destino puede obligarnos a un cambio de localidad, por lo que resulta muy útil saber de antemano cuáles son las opciones con que contamos. Por otra parte, conviene estar al corriente del nivel retributivo del Cuerpo al que aspiramos, ya que en función de si alcanza o no nuestras expectativas salariales, valoraremos si el esfuerzo que nos supondrá preparar esa oposición nos merece la pena desde el punto de vista económico.
Una oposición solo es posible acometerla desde un firme convencimiento y compromiso personal
8) Proyección formativa. Una oposición es un proyecto de envergadura y difícil; por ello hay que tener presente la posibilidad de no lograr el objetivo. Sin embargo un fracaso no tiene por qué ser el fin del mundo; La preparación que brinda una oposición de cierto nivel y la capacidad de trabajo que desarrolla quien la prepara concienzudamente son valores muy apreciados desde la empresa privada. Por ello es recomendable valorar las oportunidades laborales que una determinada oposición nos puede abrir incluso en el caso de no superarla.
9) Vocación de servicio. Un funcionario no es otra cosa que un servidor público y sin esa vocación de servicio será difícil salir adelante con éxito en la Administración. La perspectiva de un sueldo fijo para toda la vida, aun siendo una propuesta atractiva, no puede convertirse en el único bagaje para un aspirante a empleado público.
10) Convencimiento. Quizá sea la gran cuestión. La dificultad y los sacrificios que implica preparar una oposición es sin duda una de las grandes pruebas por las que puede pasar una persona a lo largo de su vida. Es una travesía por el desierto, la mayor parte del tiempo solitaria, que exige dedicación casi exclusiva y voluntad de hierro. Y todo sin ninguna garantía de éxito al final del camino. Por esta razón, solo es posible acometerla desde un firme convencimiento y compromiso personal. El “presentarme por si acaso” y las medias tintas no sirven en una oposición.