Fallece Benedicto XVI, el Papa del silencio de la razón

Libro Sagrado

Javier Ijalba Pérez
Alumno del Programa de Doctorado en Derecho y Sociedad en la UDIMA.

Lo+Social

El Papa Benedicto XVI falleció el pasado 31 de diciembre a las 9:34 horas, sereno y acompañado de sus colaboradores más cercanos, en el monasterio Mater Ecclesaie. “Jesús, te amo”, fueron sus últimas palabras, recogidas por un enfermero.

Ha muerto el Papa que supo reverenciar la teología y, a la vez, elevar la racionalidad de la fe. En efecto, nos regaló una razón abierta al diálogo con el resto de las ciencias, y que, en el silencio y por amor, puede abrirse a la contemplación de los misterios. Por ello, pasará a la historia como uno de los grandes pensadores del siglo XX, representante de toda una civilización, y como uno de los grandes predicadores, a la altura de Pontífices como san León Magno.

Benedicto XVI escribió tres cartas encíclicas, Deus caritas est, Spe salvi y Caritas in veritate; y dejó terminada la cuarta, Lumen fidei, firmada por su sucesor. En ellas supo expresar una teología marcada por su experiencia vital, como expresó en el testamento espiritual: “Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia estén confiados a mi servicio: ¡Manteneos firmes en la fe! ¡No os dejéis confundir! A menudo parece como si la ciencia -las ciencias naturales, por un lado, y la investigación histórica (especialmente la exégesis de la Sagrada Escritura), por otro- pudiera ofrecer resultados irrefutables en desacuerdo con la fe católica. He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he podido comprobar cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencias, sino interpretaciones filosóficas solo aparentemente pertenecientes a la ciencia”.

Además, el Papa escribió cuatro exhortaciones apostólicas, consecuencia de la celebración de cuatro sínodos: Ecclesia in Medio Oriente, sobre la Iglesia en Oriente Medio; Africae munus, sobre la Iglesia en África; Verbum Domini, sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia; Sacramentum caritatis, sobre la Eucaristía como fuente y culmen de la vida y misión de la Iglesia.

También destacan sus catequesis, en las que explicó la evolución de la Iglesia en su historia, y en las que pudo enseñar sobre los apóstoles, los santos padres, los santos, la oración, la liturgia, la Palabra de Dios y la teología, y tantos otros temas.

Respecto a los discursos pronunciados por el Papa Benedicto, merece la pena destacar el controvertido discurso en la Universidad de Ratisbona sobre la fe, la razón y la universidad; el discurso del Colegio de los Bernardinos de París sobre la teología y las raíces culturales de Europa; el discurso de Westminster Hall de Londres sobre la religión en la vida contemporánea y la necesidad del diálogo entre la fe y la razón; y el discurso en el Parlamento alemán sobre la fundamentación ética de la política, la razón, el Derecho y la Ecología. En ellos, supo destacar el papel de la teología como impulsora de una sociedad política, basada en la búsqueda de la verdad y del bien común. Lo que le condujo a condenar la violencia basada en el nombre de Dios.

Entre los temas centrales de su enseñanza destacaron la nueva evangelización, que impulsó la convocatoria de un Año de la Fe; la necesidad de purificación de los miembros de la Iglesia y la lucha contra cualquier abuso -carta a los católicos de Irlanda-; el compromiso con el ecumenismo y con el diálogo religioso; la lucha contra el relativismo y el indiferentismo religioso; y la familia como verdadero santuario de Dios.

El Papa mantuvo siempre el deseo de ofrecer un libro sobre Jesucristo, que, finalmente, pudo escribir, fruto de su larga trayectoria de meditación y estudio. Es una obra escrita a partir de su fe en el Resucitado. El primer tomo, Desde el Bautismo hasta la Transfiguración, resaltó la oración de Jesús como puerta de acceso al Padre; el segundo tomo, Desde la entrada de Jerusalén a la Resurrección, destacó el significado y el contenido del misterio pascual de Jesús; el tercer tomo, La infancia de Jesús, subrayó los orígenes de Jesús.

Benedicto XVI mereció recibir siete doctorados honoris causa, y que, ojalá, le alcance la proclamación próxima como Doctor de la Iglesia, porque en él, Dios nos regaló a la Iglesia y al mundo, un servidor auténtico y comprometido en la búsqueda de la Verdad, “cooperador de la Verdad”, lema de su pontificado: a la que amó, a la que estudió y contempló, a la que sirvió, y a la que supo consagrar toda su misión como verdadero ministerio de salvación para todos.

Que descanse en el Señor, el Papa santo y sabio.