La NASA y el zodiaco

Oleo del Museo Nacional del Prado de Minerva sobre el carro de Aries

Doctora María Lara Martínez
Profesora de Ciencia Histórica y Antropología de la UDIMA. Embajadora Marca Ejército del Ejército de Tierra. Historiadora miembro del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y del Espacio.

Doctora Laura Lara Martínez
Profesora de El mundo actual de la UDIMA. Embajadora Marca Ejército del Ejército de Tierra. Historiadora miembro del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y del Espacio.

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En la semana siguiente a la Epifanía, cuando las luces de Navidad empezaban a desaparecer de las calles, los astros siguieron presentes en las noticias. La actualidad vino marcada por un bulo que parecía afirmar que iba a cambiar el zodiaco. Sobre nuevas constelaciones se ha hablado recurrentemente, pero en enero de 2023 la NASA tuvo que emitir comunicados asegurando que los signos del horóscopo no van a cambiar.

Al escuchar la palabra horóscopo, imaginamos la página de la revista o a los astrólogos que hacen vaticinios. Sin embargo, es la NASA la organización que ha tenido que fijar unos límites. Como la influencia planetaria a lo largo del tiempo ha formado parte de los programas educativos, hablaremos de las constelaciones en la Historia.

Astrólogos y astrónomos

En la Antigüedad la astronomía y la astrología estaban diferenciadas por una cortina casi invisible. Los babilonios ya conocieron Ofiuco pero no agregaron este conjunto de estrellas al horóscopo porque, como las constelaciones son de diferentes tamaños y el Sol pasa más tiempo en unas que en otras, fijaron un calendario de 12 meses, como afirma la NASA, distribuyendo el tiempo entre 12. Los avances de los babilonios sobre los astros quedaron recogidos en tablillas cuneiformes. Y los de los griegos en mosaicos y poemas. Los sabios miraban los astros pero a la vez buscaban el influjo de estos en las personas. Así los romanos desarrollaban estudios para vaticinar el desenlace de las batallas, como en el combate de Puente Milvio, en el año 312, en el que triunfó Constantino, quien al año siguiente dio libertad de cultos en el Imperio Romano.

En el mundo clásico y en el Medievo, la astronomía y la astrología avanzaban prácticamente a la vez, pero especialmente a partir de la revolución científica emprendida por Copérnico y desarrollada por Galileo y Kepler, en la Edad Moderna se fueron separando. No obstante, costó establecer una divisoria pues todavía en el siglo XVIII el físico Isaac Newton, que formuló la teoría de la gravedad, era aficionado a la cábala y a la alquimia. La astronomía es la ciencia que estudia desde la perspectiva física los astros, sus movimientos y las leyes que los rigen. En cambio, la astrología realiza el análisis de la posición y del movimiento de los astros con un objetivo, que es predecir hechos y conocer el carácter de las personas.

Hoy la astronomía brinda su tecnología al sector aeroespacial, pero también sus métodos pueden ser empleados en el ámbito energético para buscar nuevos combustibles fósiles o para evaluar las nuevas energías renovables. En la base de Cuatro Vientos en Madrid puede visitarse el Museo de Aeronáutica y Astronáutica del Ejército del Aire y del Espacio.

Las tradiciones babilónica, griega, romana e incluso cristiana acaban manifestándose en el zodiaco. Un ejemplo del sincretismo es que para los babilonios Acuario estaba vinculado con el mes del diluvio, por eso su imagen es un ánfora. Pero, como la astrología ha tenido su impronta en la etnografía, pasados los siglos, quedó asociado a la Februa, el festival romano de la purificación o del lavado. El dios romano Februus personificó el mes, de su nombre derivaría febrero en el calendario juliano. Paradójicamente, en el cristianismo el 2 de febrero es la jornada en que se recuerda la Purificación de la Virgen María y la Presentación del Niño Jesús en el Templo.

Entre la época de los babilonios y la llegada del cristianismo, la mitología griega imprimió su influjo llenando las constelaciones de relatos clásicos tomados de la historia de Jasón y los argonautas y de los 12 trabajos de Hércules. Y algunos signos adoptaron nombre latino, como Sagitario, que deriva de “sagittarius”, arquero que lanza flechas.

El arte ha sido un espejo para el zodiaco. En la catedral de Amiens hay un conjunto de relieves realizados en el primer tercio del siglo XIII, durante el reinado de Luis VIII de Francia, donde se representan los 12 signos y además otras 12 metopas labradas con los oficios de cada mes del año. En el mes de abril, la caza del halcón y el cultivo del trigo, en mayo un señor sentado debajo de un árbol espera la renovación de la vegetación mientras escucha el canto de los pájaros.

En el Museo del Prado se guarda una colección del siglo XVI de alegorías de signos del horóscopo tal y como todos los conocemos. La Sociología y la Antropología han quedado impregnadas de la influencia astral. El pintor anónimo de estos óleos, en el mes de marzo situó el triunfo de Minerva (Atenea para los griegos) en el carro de Aries, signo que inicia su “reinado” el 21 de marzo, con el equinoccio que da paso a la primavera y a los plácidos paseos al aire libre.