Her majesty the Queen
María Lara Martínez y Laura Lara Martínez
Profesoras de Historia Moderna y de Historia Contemporánea de la UDIMA. Embajadoras Marca Ejército. Expertas en Casas Reales.
Lo+Social
La historia de la realeza ha tenido en Isabel II uno de sus indiscutibles referentes. Creíamos que siempre iba a estar ahí, al otro lado de la pantalla, con su estoicismo y los toques de color en el vestuario. La reina británica puede ser presentada como el retrato de la monarquía en una sociedad globalizada. Ha sido la soberana más longeva de la historia de Reino Unido.
Pero, lamentablemente, tras 70 años de reinado, el 8 de septiembre de 2022 dijo adiós, después de haber recibido dos días antes en Balmoral a la nueva persona que ejercería la condición de primer ministro en Reino Unido, la conservadora Liz Truss. A la vez, su hijo Carlos, con 73 años, se convirtió en el heredero que más ha esperado en el acceso al trono, pues Isabel II no quiso abdicar, sino que falleció siendo la reina titular.
Cuando una piensa en Isabel II, la sigue viendo en la mente con el traje de dos piezas, el sombrero a juego, los zapatos de medio tacón y el bolso. Vivió en el tiempo de siete papas, desde Pío XII a Francisco, y conoció a quince primeros ministros. Pocas veces expresó sus emociones, pero se hizo respetar pese a los momentos de incertidumbre cuando falleció Lady Di en 1997 y los escándalos familiares ajenos a ella. En la vida doméstica era austera y, en la faceta pública, muy profesional. Y es que Isabel tenía medidos todos los movimientos, manteniendo con sus asistentes y guardaespaldas un sofisticado lenguaje mediante el bolso o el anillo.
Isabel pasó a ser reina el 6 de febrero de 1952 cuando murió su padre, Jorge VI, con 56 años de edad. En la Abadía de Westminster, el 2 de junio de 1953 Isabel II, de 27 años, fue coronada soberana de Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Pakistán y Ceilán (Sri Lanka). Mediante unas pioneras imágenes televisivas el solemne acto fue difundido hasta la saciedad, no en vano había sido preparado a lo largo de casi 16 meses.
Su nacimiento había tenido lugar en Londres el 21 de abril de 1926. La hija mayor de los duques de York fue bautizada con los nombres de Elizabeth Alexandra Mary y, una década después, contemplaría cómo sus padres, Jorge VI e Isabel Bowes-Lyon, se convertían en soberanos. El acceso de Jorge VI a la corona se produjo porque su hermano, Eduardo VIII, tuvo que abdicar al casarse con una señora divorciada, Wallis Simpson. Eran otros tiempos y lo que entonces causaba sorpresa hoy es natural, de hecho tanto el rey, Carlos, como la reina consorte, su segunda esposa, Camilla Parker, ambos, saben lo que es un divorcio.
Elizabeth fue icono de empoderamiento antes de que el término fuera de uso común: mientras se libraba la terrible batalla de Inglaterra estuvo en la Sección de Entrenamiento de Vehículos Mecánicos en Surrey y, en febrero de 1945, se sumó al Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres, donde se le adjudicó un número, el 230873. Cinco meses después fue promovida a Comandante Jr. Honorario. Durante su breve carrera militar, Isabel II aprendió a conducir camiones. Por ello, fue la última gobernante que sobrevivió de todos los que llevaron uniforme militar durante la Segunda Guerra Mundial.
Al finalizar la jornada, los otros cadetes regresaban a sus barracones, y la princesa iba a dormir al castillo de Windsor. Allí moraba con su hermana pequeña, Margarita, por decisión de su madre -la última en ser reina consorte de Irlanda y emperatriz de la India-, que quería protegerlas de los bombardeos de Londres. Por su diligente papel en la propaganda, la progenitora de Isabel II fue descrita por Hitler como “la mujer más peligrosa de Europa” pues, como apoyo moral del frente y de la retaguardia, permaneció con su marido en el castillo de Buckingham durante todo el conflicto. En la ancianidad Isabel Bowes-Lyon sería la entrañable reina madre, pues viviría 101 años, hasta el 30 de marzo de 2002.
En 1947 contrajo matrimonio con el príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca. La luna de miel transcurrió en Malta y, entre los regalos de boda, había desde joyas de rubí y zafiro hasta latas de piña en conserva. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo. No obstante, Felipe, que falleció el 9 de abril de 2021 con 99 años, nunca fue rey de Inglaterra, sino duque de Edimburgo.
Cuando Jorge VI murió, Isabel II, con 25 años, se convirtió en jefa de la Mancomunidad de Naciones. Su coronación, en 1953, fue la primera televisada, y sucedió por voluntad expresa suya, pese a las reticencias de Winston Churchill.
Durante las celebraciones organizadas ante este hecho histórico, en la Royal Opera House, de Londres, se estrenó la ópera Gloriana, con música de Benjamin Britten y libreto en inglés de William Plomer. Coincidencias de la vida porque, en España, a Isabel II, tiempo atrás, también le compusieron una ópera, La conquista de Granada. El autor de la música fue Emilio Arrieta, y del libreto, el italiano Temistocle Solera. Fue estrenada, en el teatro del Real Palacio, el 10 de octubre de 1850, con motivo del vigésimo cumpleaños de la reina castiza.
We’ll meet again era una de las canciones que popularizó en la Segunda Guerra Mundial la cantante británica Vera Lynn, cuya defunción se produjo precisamente durante la pandemia de coronavirus en junio 2020. En esta reciente crisis sanitaria, Isabel II quiso mostrar su solidaridad y empatía con los ciudadanos y compareció ante la cámara, recordando aquella primera alocución que pronunció, en compañía de su hermana Margarita, en los micrófonos de la BBC en el otoño de 1940. Margarita murió el 9 de febrero de 2002, mes y medio antes que su madre. Entonces Isabel II rehusó hacer cualquier declaración pues afirmó que era tanta su pena que no habría podido contener las lágrimas.
El 9 de septiembre de 2022, a las pocas horas del óbito de Isabel II, The Daily Telegraph recogió en portada una cita atribuida a la difunta: “El dolor es el precio que pagamos por amar”. Regresamos de Radio Nacional de España donde hemos estado analizando, en conexión con Londres, el reinado de Isabel II y escribimos estas líneas mientras amanece en el despacho de la UDIMA.
Parece mentira que la reina que conocieron nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros sobrinos y nosotras mismas se haya marchado… Fue la primera soberana que envió un correo electrónico, lo hizo en 1976. Y la Casa Real británica fue también la pionera en abrir una página web, en 1997.
La vida es esto, andar entre proyectos, que se concatenan para que la videoconferencia continúe en otra dimensión.
Bye, Bye, Queen Elizabeth