¿Para qué sirve la filosofía? Aventuras y desventuras de la razón

Sócrates, El Pensador

Jorge Rejón Díez
Máster en Edición por la UCM.

Lo+social

De un tiempo a esta parte parece que los estudios humanísticos sufren un acoso continuado en las aulas, o por lo menos es algo que ahora resulta más evidente. Primero fueron las lenguas clásicas, luego el estudio de la historia, ahora parece que le toca el turno a la filosofía. A muchos entonces les surge la pregunta: ¿para qué sirve la filosofía?

Dar una respuesta sólida y fundamentada se nos antoja algo demasiado complejo, por ello qué mejor manera de encontrar buenos argumentos que consultando a entendidos en la materia. No tendremos que irnos demasiado lejos (académicamente hablando), porque un profesor de nuestra universidad, la UDIMA, nos puede iluminar en esta procelosa búsqueda de respuestas.

Juan Padilla, doctor en Filosofía, nos brinda una obra esclarecedora para ello: Aventuras y desventuras de la razón: Historia del pensamiento occidental, una monografía que es, en última instancia, un recorrido por la filosofía, desde sus orígenes hasta fecha recientes. Cierto es que no encontraremos en ella respuestas exactas a nuestro interrogante, a modo de diccionario enciclopédico, pero según nos vayamos sumergiendo en sus páginas iremos comprendiendo mejor lo que la filosofía deviene y su trascendencia capital. 

Un ejemplo siempre ayuda

Y para intentar explicar la utilidad práctica de la filosofía qué mejor que hacerlo a través de un ejemplo, distanciándonos, eso sí, un tanto de la monografía de Padilla para luego buscar en ella los anclajes explicativos de nuestra muestra.

Para encontrar nuestro ejemplo no será necesario, de nuevo, que nos alejemos demasiado. Podemos mantenernos incluso en esta revista. Solamente habrá que retrotraerse al número anterior y recordar la entrevista que se le hizo al exdirector de la RAE, Darío Villanueva, en la que nos hablaba de su último ensayo sobre dos fenómenos que cada día están cobrando más relevancia: la corrección política y la posverdad.

Sin duda, la única manera de entender estos conceptos es recurrir a la filosofía, y en la monografía del profesor Padilla encontramos sus claves. Para saber, para el caso, cuál es la génesis de la posverdad habría que bucear un poco más profundo, hasta la “posmodernidad”, que en nuestro libro en concreto aparece explicado en un apartado homónimo del capítulo 29.

Aventuras y desventuras de la razón

Entre los filósofos incluidos en este apartado nos interesaría en este caso lo que relata Padilla sobre el francés Jacques Derrida, considerado uno de los pensadores clave para explicar el concepto de posmodernidad. Habría que entender esta no como un paso más allá de la modernidad, sino con algo muy diferente: su propia disolución, que partiría de la deconstrucción de los conceptos y de las jerarquías tal y como las conocemos. Algo que, a la larga, afectaría a la sustancia del propio lenguaje, que se vería así desdibujado o difuminado por completo.

Es posible que la “madeja de la razón” necesite todavía algo más de hilo para llegar a esclarecer los conceptos que manejamos en este ejemplo. Por suerte en la obra de Padilla no faltan los pilares sobre los que asienta el pensamiento contemporáneo.

Este sería el momento de ir unas páginas más atrás y estudiar a Friedrich Nietzsche y al existencialista Martin Heidegger para entender algunos principios básicos. En este caso tendríamos que fijarnos en el antihumanismo de ambos autores y en su concepción lingüística de sesgo, de nuevo, deconstructivo, en el contexto de un pensamiento que rechaza los grandes relatos legitimadores. De aquí a la posverdad, por lo que parece, habría un solo paso.

Y hasta aquí nuestro ejemplo. Uno cualquiera (cercano, eso sí) de los cientos o miles posibles en la defensa de la utilidad de la filosofía. Una pequeña muestra traída a estas líneas, en forma de telegramas de filosofía, que no tienen otro fin que constatar que en cuanto “quitamos un poco de arena” llegamos enseguida a la “piedra filosofal”.

Podemos concluir con absoluta certeza, por tanto, que la lectura de las “aventuras y desventuras de la razón” que nos relata el profesor Padilla en su extensa y sólida obra nos harán entender un poco mejor cómo funciona este mundo, que, a fin de cuentas, es para lo que sirve en última instancia la filosofía… ¿no?