En recuerdo de Elena

Las compañeras de Elena en el CEF.-


Elena y Olga

Cuando comienzas en un trabajo tienes muchos miedos porque no sabes qué vas a encontrar, cómo serán tus compañeros, cómo te van a recibir. Tienes tantas preguntas que cuando llegas y te encuentras personas como nuestra compañera Elena te das cuenta que tu día a día va a ser muy fácil y que sigue habiendo personas buenas en este mundo con las que quieres compartir vivencias, momentos personales, miedos, risas e incluso las compañeras/vecinas más cercanas paseos los sábados por la mañana.

Elena fue una persona que se hizo querer, fue humilde, un valor muy importante en una persona y que te enseña su calidad humana, pero se ha ido tan pronto que nos faltó mucho tiempo para compartir con ella tantas cosas y poder seguir disfrutando de esa paz y energía que ella nos demostraba día a día, incluso cuando le diagnosticaron su enfermedad.

El día que nos dijo que tenía cáncer nos quedamos todos de piedra, porque piensas “es imposible”, pero enseguida la vimos luchar y sacar fuerzas de lo más profundo de tu ser, de hecho a pesar de todo lo que estaba pasando siempre se preocupaba por lo que le ocurría a todos sus compañeros e incluso tenía ese gran detalle de llamarte por tu cumpleaños y hablarte con tanta serenidad que se hacía muy difícil ver que su vida se estaba apagando poco a poco.

Todos tus compañeros, Elena, te vamos a recordar por ser sencilla, humilde, amable y cariñosa, con estos pequeños gestos has dejado un gran vacío en nuestros corazones. Es muy difícil hablar de Elena sin emocionarse ya que todos nosotros hemos perdido una gran compañera y a una excelente persona.


Elena con sus compañeras del CEF.-

Por todo esto queremos darte las gracias Elena por compartir trabajo, amistad, por esos paseos en los que pudimos ver tus fuerzas y las ganas que tenías de superar tu enfermedad. Por tu buen carácter, amabilidad, serenidad, por saber estar, y  a pesar de lo que estabas pasando, te seguías preocupando por todos nosotros. Además sabemos que desde donde estés cubrirás con un manto protector a tu familia e hijos, y que te acordarás de todos nosotros como nosotros te vamos a recordar siempre.

Por todo lo que hemos vivido juntas, fuimos a darte el último adiós pero nos dimos cuenta que sigues viva dentro de nosotros.

Gracias Elena por ser como fuiste,  en lo bueno y en lo malo, por tu serenidad y fortaleza, por eso te dedicamos estas palabras llenas de amor y que nacen de lo más profundo de nuestro ser.

A ti compañera y amiga, que ya descansas en paz.