En 10 años... ¿habrá robots en las aulas? ¿Los robots sustituirán a los docentes del futuro?

Robot humanoide mirando una pizarra con la palabra “Future” en un aula.

Keila Fernández Martínez
Licenciada en Filosofía y alumna del Máster de Formación del Profesorado en Educación Secundaria en la UDIMA.

Lo+Social

Tras el ataque militar de las Naciones Unidas a la recién creada ciudad de las máquinas Zero One, o 01, una devastadora guerra nuclear se inició entre los dos bandos por el control de la Tierra. Los líderes humanos rápidamente se dieron cuenta de que tenían muy pocas posibilidades de ganar la guerra y comenzaron la construcción de una ciudad subterránea, con el fin de preservar a la raza humana. Cuando las máquinas ganaron la guerra, el planeta se convirtió en una roca fría y desolada. Los pocos humanos que sobrevivieron en la destruida superficie terrestre fueron capturados y encarcelados en las torres bio-eléctricas de 01. Allí sus mentes fueron conectadas en la Matrix para mantenerlas dóciles, los mantuvieron en suspensión y con sus mentes conectadas a una realidad virtual llamada “Matrix”, que representa el final del siglo xx…

Las películas de Hollywood han tocado la esencia de todos los miedos de la sociedad, y se vuelven cada vez más cercanas a nuestra realidad. Largometrajes como El creador (2023), WALL-E (2008), Yo, robot (2004), Matrix (1998) y 2001: Una odisea del espacio (1968) son algunas de las producciones que simulan un futuro en que la inteligencia artificial (IA) llega a ser tan sensible como los seres humanos, incluso nos puede sustituir y dominar. Esto hace unos años era ciencia ficción, ahora se asemeja cada vez más a una realidad controlada por máquinas en muchos ámbitos de nuestra vida diaria: los asistentes de voz, los compañeros más fieles: Siri, Alexa o Cortana, nombres que hace algún tiempo no nos hubieran dicho nada, pero que hoy forman parte del día a día de muchos hogares; los smartphone son, sin duda, otro sinónimo de IA; la robótica en las casas automatizadas; el famoso algoritmo de las redes sociales (donde las notificaciones, como los contenidos que visualizamos, están predispuestos por IA); los GPS y los sistemas de geolocalización; el caso del e-commerce; la ciberseguridad en oficinas, etc.

En la actualidad, los grandes avances de la tecnología y la informática nos conducen a plantearnos cuestiones cercanas a esos escenarios fantásticos y, entre ellas, una es: ¿existe la posibilidad de que los robots comiencen a realizar tareas humanas, entre ellas, la de ser profesor/a? Hace unos años pensar en esto era una completa locura, pero viendo los avances que se han conseguido recientemente con la IA, puede que esto esté más cerca de lo que creemos (y queremos) y que, más pronto que tarde, los robots comiencen a dominar las escuelas.

Vamos a comenzar refiriendo y presentando a Bina48, el primer robot que imparte un curso universitario. Debe su nombre a Bina Rothblatt y utiliza IA basada en sus recuerdos, actitudes, creencias y comportamientos. Sorprendentemente, Bina48 interactúa cómodamente con las personas utilizando su cara móvil, ojos que ven, oídos que oyen y memoria digital. Hanson Robotics desarrolló este robot especializado y forma parte del proyecto LifeNaut, un experimento de IA y “ciberconciencia”. Todo esto es la punta de lanza de la transformación numérica que se experimenta actualmente en las aulas. Además del avance al que asistimos, la pandemia de la covid-19 y la enseñanza a distancia instaurada en diversos centros son agentes que refuerzan también este cambio tecnológico. Pero… ¿cómo será el mundo del futuro? ¿Remplazarán los robots a los maestros?

La educación es una de las herramientas más poderosas para cambiar el mundo, por eso es tan importante garantizar que se haga un buen uso ético y responsable de la IA en el ámbito educativo, y plantearnos una reflexión acerca de esta transformación digital a la que asistimos. Su papel es innegable en la actualidad, pero no debemos tenerle miedo, sino respeto, pues ella en sí misma no es perjudicial, sino quienes están detrás en su uso y manejo. Su integración y avance tecnológico en la educación puede ser tan beneficioso como perjudicial si no se establecen unas políticas y directrices para su uso adecuado.

La IA es una gran herramienta aliada de docentes y alumnos, pero no podrá reemplazar nunca a la persona, porque carece de esa empatía que es fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje (no es capaz de entender el contexto emocional), ni tampoco tiene esa inteligencia o creatividad humana. La incorporación de las TIC al ámbito educativo no puede representar la “deshumanización” de la educación, sino todo lo contrario, debemos hacer más indispensable la presencia de un guía que acompañe y dirija todo el proceso. La IA desde utilizarse para ampliar las capacidades humanas, no para reemplazarlas.

La IA nos limita, nos observa, monitoriza y analiza para dar las respuestas más adecuadas a nuestras necesidades, pero esto hace que también se cuele también en la programación sesgos y prejuicios que pueden condicionar sus respuestas, pues nos copia e imita, lo bueno y también lo malo. Pero el alcance de la IA va mucho más allá, y es que ya está preparada también para decidir por nosotros, lo hace continuamente cuando te sugiere cómo acabar una frase con un texto predictivo, cuando te muestra las películas que te gustan en Netflix, o cuando nos avisan de atascos y radares en carretera… Pero, la pregunta ahora es: ¿tienen conciencia las máquinas de sí mismas?, y si aún no la tienen, ¿pueden llegar a tenerla?  

La inteligencia artificial amplía nuestras capacidades en educación, pero no puede reemplazar la empatía y creatividad humanas, esenciales en el proceso de enseñanza-aprendizaje