Amaluna: vuelve el Circo del Sol

Javier de la Nava
Profesor del CEF.-

 vuelve el Circo del Sol

Desde el pasado 6 de mayo, con cien mil entradas vendidas antes de su estreno, lo que  ha obligado a los organizadores del espectáculo a prorrogar hasta el 21 de junio las representaciones, se puede asistir al nuevo espectáculo que trae a nuestro país Cirque du Soleil. Los lectores de estas líneas, seguidores acérrimos de estos espectáculos,  les recomiendo hacerse miembro de Cirque Club. Es muy sencillo, entras en su página web (www.cirquedusoleil.com/cirqueclub) y sigues los pasos indicados. Es gratuito y permite comprar anticipadamente los mejores asientos. Para la nueva función, aquéllos están disponibles en (www.cirquedusoleil.com/amaluna).

Tras más de dos años sin visitarnos, la gran carpa blanca está instalada, como en ocasiones anteriores, en el Escenario Puerta del Ángel (Casa de Campo). La nueva producción, Amaluna,  es un tributo a la mujer, desde su propio título, fusión de ama, madre en muchos idiomas, y luna, símbolo femenino por excelencia. Evoca tanto la relación madre-hija como la idea de diosa protectora del planeta.  Representada por vez primera en Montreal en 2012, tras gira triunfal por Canadá y Estados Unidos, inicia en Madrid su periplo europeo. Concebida como homenaje al trabajo de las mujeres, éstas componen las tres cuartas partes de su elenco. Su creadora, Diane Paulus, se inspiró en la mitología griega y nórdica. La tempestad de Shakespeare y La flauta mágica de Mozart fueron sus referencias. “Mi idea era crear una historia con mujeres como heroínas” declaró Paulus, según Times Magazine personaje influyente de 2014.

El espectador se transporta a un mundo mágico, sorprendente pero acogedor, extraño pero seguro, insólito pero vitalista, donde es difícil establecer los límites entre lo imaginario y lo real

Con magníficos efectos visuales y sorprendentes números circenses, la historia discurre en una misteriosa isla de algún lugar del Mediterráneo (Amaluna),  mágico lugar,  donde lo antiguo y lo moderno se mezclan en armonía, fusionándose ritos y culturas. Guiada por los ciclos de la luna, Próspera, su reina, prepara la ceremonia de la mayoría de edad de su hija, Miranda, en honor a la femineidad. Renovación y  equilibrio   marcan la transmisión de conocimientos de una generación a otra. Tras una tormenta, un grupo de hombres jóvenes desembarca en la isla. Romeo, uno de ellos, vive una apasionada historia de amor con Miranda, pretendida por Cali,  mitad lagarto, mitad humano. La pareja afronta dificultades y supera obstáculos. A su alrededor, deambulan personajes mitológicos: mitad humanos, mitad animales. Lagartos, pavos reales y hadas conviven juntos. Todo ello presentado bajo innovadores y sorprendentes elementos teatrales. Luz y sonido que constituyen una fiesta para los sentidos.

 vuelve el Circo del Sol

Desde su creación, hace ya tres décadas, ha puesto en escena 35 grandes producciones, con vestuario y música como  señas de identidad. En Amaluna, los 130 trajes están confeccionados con 800 diferentes materiales. La reina Próspera lleva un amplio manto dorado. Miranda, lino, batista y terciopelo envejecido, selección renacentista,  expresión de entusiasmo y sed de descubrimiento. Los trajes de pavo real se componen de catorce capas de materiales plisados con calor,  recortados en cuero y tejido metálico elástico. Las colas se abren en 2,5 metros de abanico, idéntica proporción respecto al cuerpo de los artistas que la cola del pavo real respecto al suyo.  Para los trajes de las valquirias en el número de cintas aéreas, la diseñadora Mérédith Caron se inspiró en los océanos, azul y verde que evocan cielo y mar. El vestido blanco que lleva la artista que realiza la danza del pavo real lleva un total de 6.500 cristales Swarovski y 325 complementos de encaje plateado. “Es el encuentro de la humanidad, la glorificación de la belleza del ser humano”, explica Mérédith.

La música de Amaluna se centra en sonidos actuales. El grupo está  exclusivamente interpretada por chicas, las guitarras tienen gran presencia, apoyadas por el bajo, la batería, el violonchelo, las voces, los teclados y la percusión. Música en directo, sin adornos, para desatar el arte en estado puro que actores y músicos aportan, y comparten, en el escenario. Los compositores, Bob & Hill, han creado un sonido en línea emocional con los números acrobáticos. “Cada número tiene su propio ritmo y respiración, su propio arco, y la música tenía que reflejarlo. La música es  extensión del alma del personaje y expresión de la narrativa del espectáculo”, señalan.

Máquina de sueños, considerada la manifestación cultural más antigua, el circo genera vividas y sentidas sensaciones de riesgo y risa. El espectador se transporta a un mundo mágico, sorprendente pero acogedor, extraño pero seguro, insólito pero vitalista, donde es difícil establecer los límites entre lo imaginario y lo real.  Pequeños y mayores se  asombran por la fuerza, la agilidad, la destreza creativa y el trabajo de los artistas. Se traspasan los límites de una puesta en escena teatral convencional para involucrar al público en entornos asombrosos: una isla misteriosa, frondosa y encantada; un bosque cuidadosamente diseñado con ramas similares al bambú que enmarcan y arropan la acción. En el amplio espacio se desarrollan ceremonias y rituales, guiados por la omnipresente Diosa de la Luna, que algunas veces utiliza sus poderes para ayudar y otras para entorpecer a los jóvenes amantes en su búsqueda de una felicidad plagada de retos. El espectáculo  emociona,  libera y saca el niño que duerme en nuestro interior. Es Amaluna, la vuelta del Circo del Sol.

Otros artículos del autor:

-DaBLITZ Trueba

-La Ruta Romántica alemana