Modelos democráticos emergentes

Ramón Oliver
Miembro de la ACEF.

 

Modelos democráticos emergentes
Foto de Stock.xchng

Lo que funciona (o lo hace en apariencia) no hay que tocarlo. Ese parece haber sido el lema al que se ha aferrado la sociedad española desde que fue instaurado nuestro actual sistema democrático. Y así ha sucedido a lo largo de estos treinta y tantos años, en los que tras unos convulsos pero ilusionantes arranques de nuestra democracia parlamentaria representativa, en 1982 comenzó una alternancia política entre PP y PSOE que se ha perpetuado hasta nuestros días.

Pocas voces han cuestionado durante este tiempo, y menos aún en los años de bonanza (“España va bien”), las bondades de este sistema bipartidista, en apariencia impecable desde el punto de vista democrático, pero en el que el papel de los ciudadanos se ha limitado, en líneas generales, a tomar partido por una u otra facción, a votar en consecuencia cuando ha sido convocado a las urnas y a defender con mayor o menor encono su elección en tertulias de bares, sobremesas y reuniones familiares.

Este parece ser todo el margen de maniobra que nos permite nuestra democracia parlamentaria. Ya sea por falta de educación, por indolencia o por otras razones, se diría que la sociedad española, el ciudadanos de a pie, los asuntos públicos los observa de lejos, a través de los medios de comunicación, pero que ha demostrado escaso interés por participar activamente en ellos. A raíz de la crisis, sin embargo, parece que empiezan a alzarse voces en torno a la idea de que otras alternativas son posibles. Y así, lo que figuras como Jaime Mayor Zaragoza llevan años preconizando sin demasiado éxito, la necesidad de que la sociedad civil tome partido, parece que comienza a aflorar, todavía muy despacio.

15-M

Si de algo ha servido el 15-M fue para que muchas personas, con independencia de su ideología y extracción social, se cuestionen las hasta ahora intocables virtudes de nuestro sistema. Ya no se trata de a quién votas sino del uso que los políticos hacen de esa papeleta introducida en una urna. ¿Es el voto una “licencia para actuar”, al modo de 007, un salvoconducto que una vez que concluye el escrutinio ya no puede ser desactivado hasta la siguientes elecciones? Hay quien piensa que el voto no debe ser un cheque en blanco, sino que la confianza depositada en un partido debe permanecer abierta y en permanente sintonía con la ciudadanía para que esta la module y la ajuste.

Se diría que la sociedad española, el ciudadanos de a pie, observa de lejos los asuntos públicos, sin embargo, parece que empiezan a alzarse voces en torno a la idea de que otras alternativas son posibles

Las propuestas de una democracia más participativa están arrancando, de momento desde planteamientos teóricos y reivindicativos. Un ejemplo de ello sería, la plataforma Democracia Real Ya, una agrupación de personas que se autodefine como vinculadas por “un estado de descontento y hasta de rebeldía contra el sistema político”. Sus planteamientos, plasmados en un manifiesto, son muy generales, una declaración de intenciones en la que se habla, por ejemplo, de la necesidad de “una revolución ética”. No obstante, también lanzan algunas ideas en la línea de que los políticos tienen la obligación de escuchar a la ciudadanía y defender sus intereses, y en contra de lo que ellos llaman una “dictadura partitocrática”.

Además, como propuestas concretas, en su apartado 7, dedicado a Libertades ciudadanas y democracias participativas, proponen, entre otras cosas, referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado, así como para toda introducción de medidas dictadas desde la Unión Europea. Así como también piden una modificación de la Ley Electoral para garantizar un sistema auténticamente representativo y proporcional que no discrimine a ninguna fuerza política ni voluntad social.

Otra iniciativa de la misma orientación es Actuable. Desde su página web (www.actuable.es) es posible elevar inputs en forma de peticiones concretas a las que se adhiere la ciudadanía. Dichas peticiones o propuestas pueden ser formuladas por cualquier ciudadano y se difunden través de la página web para sumar adhesiones. La idea de fondo es que si las adhesiones son suficientes, adquieren peso para que no puedan ni deban ser ignoradas por los gobernantes. Gracias a  su reciente unión con la red de carácter internacional Change.org, las peticiones de la plataforma llegan a ya a más de 10 millones de usuarios registrados en todo el mundo.

Las fiestas de Puente Genil (Córdoba)

Desde el ámbito de la investigación docente, en el año 2008 el Instituto de Estudios Sociales Avanzados del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IESA-CSIC) propuso al Ayuntamiento de Puente Genil realizar en su municipio una experiencia de deliberación digital. El tema escogido para este experimento fue la modificación o no de la fecha de la Feria Real de Puente Genil, que en aquel momento se celebra a mediados de agosto. Para ello, los investigadores utilizaron medios digitales que perseguían impulsar la participación ciudadana. En el experimento tomaron parte 182 personas, de las cuales el 64,3% lo hizo de forma activa, exponiendo sus opiniones en el foro de discusión. Otro 20,2% participó de forma no activa, accediendo a los foros pero sin emitir opinión alguna. Por último, el 15,5% de la ciudadanía registrada no entró en los foros deliberativos.

El resultado de la experiencia se inclinó ligeramente por un posicionamiento en favor del cambio de fecha de la Feria Real. Aunque para José Manuel Robles, responsable del proyecto, “lo importante es que los ciudadanos han participado en un proceso deliberativo y han llegado acuerdos, como son la necesidad de mejorar del programa de actividades, así como trasladar la Feria a un nuevo recinto”.

Ireka y Teledemocracia Activa en Jun (Granada)

Por último, dos interesantes propuestas, no ya del ámbito de la investigación, sino realidades con aplicación práctica en la actualidad en España.

La primera entronca con los modelos pluralistas y de ciberdemocracia. A través de la plataforma Ireka el Gobierno Vasco ha habilitado una vía telemática en la que los ciudadanos pueden elevar sus preguntas y propuestas en diversas materias como empleo, sanidad, vivienda, turismo, justicia, cultura, etc. El Gobierno también vuelca en esta plataforma sus iniciativas y respuestas ante las inquietudes de los ciudadanos. La propuesta es pionera en España. En ella gobernantes y gobernados entran en contacto y establecen debate acerca de los temas de interés general, un debate que puede servir para tomar decisiones más acertadas y en consonancia con las necesidades de la ciudadanía. Ireka, que ha sido diseñada íntegramente con software libre, es una iniciativa de lo que sus propios promotores denominan “Open Goverment” (Gobierno abierto), y que se basa en tres preceptos: transparencia, participación y colaboración.

La otra iniciativa la encontramos en el pequeño municipio granadino de Jun. Esta localidad, de apenas 3.000 habitantes, saltó a las páginas de prestigiosos periódicos como The New York Times cuando el 27 de diciembre de 1999 declaró el acceso a Internet derecho universal de todos los ciudadanos. En junio de 2001 su ayuntamiento celebró el primer pleno interactivo municipal a nivel mundial, un hecho que le valió que Romano Prodi, entonces presidente de la Comisión Europea, declarara a Jun “lugar natal de la democracia activa”. En la actualidad este municipio trabaja en un proyecto de M-Administración para móviles. Su alcalde, José Antonio Rodríguez Salas, recibió en 2008 el premio “Blog del Año” de RTVE.