Posicionamiento ante el software libre

Juan Luis Rubio Sánchez
Vicerrector de la Universidad a Distacia de Madrid (UDIMA)

Hace más de 20 años....

Con la aparición de los lenguajes de programación, que aislaban la tecnología (hardware) de su programación (software), muchas empresas del sector detectaron un nuevo mercado: licenciar productos software, esto es, vender licencias de software a utilizar durante algún tiempo a cambio de los ejecutables necesarios para que dicho programa funcionara. Es lo que más tarde se conocería como software propietario o privativo, sin el derecho a disponer del código fuente: era una especie de alquiler de uso de un software.

Posicionamiento ante el software libre
Foto de Stock.xchng

Durante finales de los 80 y principios de los 90, y casi siempre a título individual o en grupos muy pequeños, informáticos de Europa y EEUU estuvieron trabajando en la creación de software con la intención de que este fuera utilizado de forma gratuita y sirviera como base para futuros desarrollos. Por aquel tiempo internet era tan solo un germen que iba expandiéndose en ambientes universitarios y centros de investigación. Sin embargo su irrupción en 1991 sirvió para poner en contacto a todos estos informáticos y para mostrarles lo mucho que tenían en común: el software libre.

 

La propuesta inicial consistía en ofrecer alternativas a los sistemas operativos existentes de modo que el usuario pudiera “adaptar” dicho sistema operativo a sus necesidades. Fue así como la conjunción de los desarrollos de Richard Stallman (y sus múltiples colaboradores) y de Linux Thorvald dio lugar al primer sistema operativo de código abierto en el que el usuario tenía derecho absoluto sobre el código.

El hecho de que entonces la arquitectura de los ordenadores y sus funciones fueran relativamente limitadas ayudó considerablemente a que la iniciativa tuviera éxito. Desde entonces el crecimiento del software libre ha sido constante, al igual que el del software propietario.

En la actualidad....

Durante muchos años el software libre tuvo que sufrir, a pesar de su crecimiento, un estigma que lo identificaba como un software “solo para expertos”, lejos del usuario final y poco amigable. Lo cual, todo sea dicho de paso, algo de cierto tenía. Sin embargo, el movimiento seguía y cada vez más universidades y comunidades ayudaban al crecimiento del mundo del software libre, llegando hasta el momento actual en el que dicho software representa claramente una alternativa al software propietario.

Pero ¿cuáles son las principales ventajas que encuentran las empresas, organizaciones y  administraciones para pasarse al mundo del software libre?

  • En primer lugar, una reducción de los costes. En el software propietario se debe pagar por un coste de licencia, mientras que en el software libre este coste desaparece.
  •  No menos importante es el hecho de que dicho software está permanentemente actualizado pues los repositorios del mismo son públicos.
  • La posibilidad de adaptar dicho software al modelo de negocio de la empresa/organización es uno de los principales puntos. Aunque la mayor parte de los flujos de trabajo de una empresa/organización se pueden considerar comunes, siempre son necesarias adaptaciones, que con el software libre son posibles.
  •  El software puede ser replicado tantas veces como sea necesario sin incurrir en problemas de licencia.
  •  El software libre disponible abarca todo lo que una empresa pudiera necesitar: sistemas operativos, ofimática, infraestructura, multimedia, desarrollo... y en la actualidad está comenzando a  adentrarse en otros sectores más particulares: salud, educación, distribución etc.

A todo lo mencionado anteriormente debemos añadir el impulso que desde las administraciones públicas se está dando al software libre. Ejemplos no faltan: Extremadura, Andalucía, Ministerio de Industria en España, y a nivel internacional Alemania y Brasil, por citar alguno, son claros ejemplos de cómo sacar provecho e impulsar a la vez el software libre.

En términos globales cada vez son más las empresas que liberalizan su código y/o reorientan su estrategia empresarial. De hecho en España, durante la última década se ha duplicado el número de empresas que tienen en su estrategia la incorporación de software libre. Un ejemplo claro lo representa la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) en la que el software de escritorio, la plataforma de e-learning, el CRM y un sinfín de aplicaciones (no todas) están basadas en software libre.

Estando así el panorama, ¿qué alternativas tiene el software propietario? Desde mi punto de vista estamos asistiendo a un rebalanceo del mercado en el que tanto software propietario como software libre  tendrán cabida. Las razones en las que se sustenta dicha afirmación son varias:

  • En primer lugar, siempre habrá aplicaciones y mercados en los que no habrá comunidades de desarrolladores de software libre suficientes para acometer dichos proyectos y para mantenerlos. Ejemplos podemos encontrar en las aplicaciones para aviones, biotecnología, climatología etc.
  •  Por otra parte, aplicaciones empresariales legacy en las que durante años se ha ido incorporando conocimiento, son difícilmente liberables, máxime en grandes corporaciones cuya casuística escapa de los casos generales contemplados en software estándar.
  •  En tercer lugar, la propia demanda debe ajustarse. Con ello, el cliente en vez de tener solo un tipo de proveedores ahora tendrá delante dos tipos de proveedores. Y al igual que ha sucedido en otros sectores (sanidad, educación...) siempre habrá clientes dispuestos a pagar un plus por una atención personalizada, más cercana o simplemente más adaptada a sus necesidades, adquiriendo software propietario. Un ejemplo claro lo tenemos en las tablets en las que millones de usuarios prefieren iPad frente a otras tablets Android.
  •  Hasta ahora los clientes no tenían prácticamente ninguna posibilidad de actuación contra proveedores poco eficaces e ineficientes. Con total seguridad muchos proveedores de software deberán hacer productos de mejor calidad, a un coste inferior para un cliente más exigente que ahora tiene opciones disponibles a precios competitivos. Como ejemplo de este punto  tenemos  la oferta de servicios SAAS, en la que la centralización de los desarrollos homogeneiza el parque de licencias y facilita la puesta en producción de nuevas versiones del producto. Aunque es evidente que el software libre podría ir en esta misma dirección, hoy día no es su principal línea de actuación.
  • Por otra parte (aunque hasta ahora su impacto ha sido despreciable) es normal que aparezcan más amenazas de seguridad en los sistemas abiertos (virus, troyanos, rootkits...) lo cual nivelará ciertamente la balanza entre ambas alternativas, pues dichos sistemas abiertos consumirán igualmente recursos (memoria, disco...) y la diferencia de costes no será tan considerable en lo que a recursos se refiere.

Llegados a este punto cabe preguntarse ¿cuál es la orientación que tomará la industria del software? Todo parece apuntar a que durante los próximos años el software libre siga creciendo a gran velocidad, sobre todo en aquello que pudiéramos denominar software básico de escritorio, de infraestructura y de gestión. Con esto nos referimos a un sistema operativo de escritorio, aplicaciones básicas de ofimática, aplicaciones de gestión de red y a aplicaciones de gestión empresarial (web, contenidos, ERP, CRM...).

Claramente, el software libre tenderá a ocupar estos espacios pues se dan las condiciones necesarias:

  • Necesidad real de la sociedad de ese tipo de aplicaciones.
  • Existencia de una masa crítica de programadores.
  • Existencia de ventajas reales en la utilización de software libre (lo cual no sucede si a pesar de ser propietario disponemos del código fuente y/o el precio es muy bajo y/o las amenazas de seguridad del programa son mínimos).

En general podemos vislumbrar un panorama en el que todo lo que represente informática “de consumo masivo” será ocupado por el software libre. El resto será ocupado por el software propietario: nuevos sectores de actividad, sectores estables que aún no han sido transformados por las TIC, informática de ingeniería avanzada etc. Ejemplos de esto: aplicaciones de residuos urbanos, de gestión de tráfico, de control de trenes y aviones, últimamente de control de coches, software para diseño en multitud de ámbitos... Como podemos observar son muchos los sectores en los que la industria privada puede entrar y debe entrar.

Parece que no existe una evidencia clara de qué es mejor: todo depende desde el punto de vista desde el que se observe el panorama. En mi opinión, el software libre tiene ventajas claras:

  • Ha demostrado que es posible hacer software de calidad que cubre razonablemente las necesidades de los usuarios a costes realmente bajos sin necesidad de estar ligado a la licencia de una compañía.
  • Permite ofrecer a la sociedad un acceso a la tecnología en un mundo en el que formación, progreso, innovación e investigación tiene una fuerte componente tecnológica.
  • El cliente o consumidor paga por un servicio y no por un derecho de uso. Es decir, el cliente paga una vez por tener un producto adaptado a sus necesidades. Aunque al principio pueda resultar incómodo para los fabricantes de software licenciado, en general supondrá un incentivo para que estos produzcan software de mejor calidad con más servicios y a precios competitivos: esto es, obligará a muchos fabricantes a reinventarse.

El software propietario por contra tiene otras ventajas y es que llegará a todos aquellos sectores y actividades a los que no llega el software libre, o las soluciones que este ofrece no son satisfactorias.

Por tanto la conclusión es clara:

  • Como usuarios podemos decir que hoy tenemos más alternativas que hace algún tiempo y seguro que al competir/colaborar entre ellas (software libre y privativo), las soluciones que se alcancen serán mejores que las que teníamos no hace mucho tiempo.
  • La extensión del software a ámbitos hasta ahora inexplorados será tarea de inversiones privadas, que solo dejarán de ser rentables bajo el prisma de licencias privadas si dicho software llega a ser de consumo masivo.
  • La cuestión no se debe plantear en términos de cuál es mejor, o en cuál debemos posicionarnos. En realidad parece que el software propietario se está centrando en aquellos ámbitos que no llegan al gran público (con algunas excepciones) y el software libre se encamina a dar soluciones tecnológicas a  aquellos servicios básicos demandados por la sociedad (sistemas operativos, ofimática etc.).