Camaleones del s. XXI: el manifiesto ágil
Alejandro Sanz Zambrano
Profesor del área de Internacionalización y Gestión de Proyectos. Máster en Dirección de Negocios Internacionales por el CEF.-. Miembro de EuropeanScrum.org
Gestión
Vivimos en constante evolución. Una evolución que no debemos entender solo como progreso o avance, sino también como búsqueda constante de nuestro espacio y de nuestra supervivencia, en último extremo. Dejar atrás aquellas formas y herramientas que ayer nos servían, pero que ya hoy muestran una marcada desconexión con nuestro entorno. Este enfoque es perfectamente extrapolable a la dimensión empresarial y de gestión de nuestros proyectos, sean del tipo que sean.
¿Pero qué concepto engloba todo esto? La RAE define resiliencia, en su primera acepción, como: 1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.
Es bien sabido, que es en la lengua de Shakespeare en la que encontramos la mayor parte de la bibliografía especializada en prácticamente todos los ámbitos. Por ello, como ocurre muchas veces al tratar de incorporar términos del inglés a nuestro Diccionario, resulta conveniente no quedarse en la etimología de la palabra y buscar, en la riqueza de nuestra lengua, la palabra que mejor condensa el concepto que buscamos. Es así como debemos adoptar el término agility, cuyo significado en el mundo de la gestión queda mejor definido como esta resiliencia, como esta capacidad de comportarse como un auténtico camaleón en este mundo en el que la globalización nos envuelve.
Fue esta palabra, agility, la más repetida por 349 ejecutivos de más de 19 empresas de 8 países cuando fueron preguntados en plena tormenta perfecta de la economía mundial (Economist Intelligence Unit, Special Report on Agility, The Economist, marzo 2009) por la capacidad que, a su parecer, era la más crítica para alcanzar el desarrollo de sus proyectos y empresas. Resultados similares se obtuvieron, años después, cuando PwC amplió la muestra y preguntó a más de 1.400 directivos de EE. UU. (KPMG’s US CEO Outlook, 2016) por esta cualidad crítica. El resultado, aún con un escenario económico mundial diferente, fue el mismo, agility, resiliencia.
Pero pasar de la teoría, de la filosofía empresarial, a la práctica no resulta nunca fácil. Y fue para esa transición, para la que varios investigadores y personalidades de la empresa en EE. UU. trataron de construir herramientas de gestión útiles y válidas para el entorno en el que debían crecer. Todo esto con un objetivo claro; cambiar los procesos que ya no funcionaban por aquellos que se adaptarían mejor al producto y al mercado en el que competían. Este trabajo, comandado por Jeff Sutherland entre otros, quedó resumido en un breve, pero rebosante de intenciones, “Manifiesto Ágil” (Agile Manifesto) publicado en 2001, tras darse de bruces con una forma de trabajar que ya no servía para el tablero de juego de este nuevo siglo:
- Las personas y sus interacciones deben estar por encima de procesos y herramientas (Individuals and interactions over processes and tools).
- El producto funcionando por encima de pilas de documentación y procedimientos (Working product over comprenhensive documentation).
- Colaboración con cliente por encima de contratos y negociaciones (Customer collaboration over contract negotiation).
- Adaptación al cambio por encima de planes preestablecidos y rígidos (Respond to change over following a plan).
Son estos cuatro “mandamientos” sobre los que giran las Metodologías Ágiles, o “Agile” en su titular resumido, dentro de las que encuadramos, como algunas de las más utilizadas, a Scrum, Lean, o Kanban, entre otras. Sin duda, un perfecto marco de trabajo sobre el que reflexionar y desarrollar las bases de nuestro proyecto.
Así que, ¡ya saben!, dejen atrás las organizaciones estancas y de aburridas mesas grises y despachos asfixiantes, por organizaciones camaleónicas que sean capaces de autogestionarse, adaptarse y mejorar de manera continua, con la entrega de valor al cliente como vocación.
“Nunca es tarde para virar, cambiar de amura y navegar con paso firme hacia el futuro.”