Criptomonedas, ese ¿oscuro? objeto de deseo

Foto de Ricardo Plazo

Redacción "Conectados"

Entrevista

Entrevistamos a Ricardo Plaza. Profesor de Economía de la USP-CEU y de la UDIMA. Experto en criptoeconomía.

¿Qué es lo más importante que debe saber una persona antes de invertir en criptomonedas?

Lo primero es saber qué son las criptomonedas. Tienen un nombre engañoso, porque una moneda es un medio de cambio, sirve para adquirir bienes y servicios fundamentalmente. Sin embargo, las criptomonedas no tienen como predominante esa función, sino que su adquisición tiene como principal motivación la misma que lleva a un inversor a comprar acciones: la obtención de rentabilidad en un plazo determinado. En relación a su condición de moneda o divisa, la función de depósito de valor domina claramente a la de ser medio de cambio. Por tanto, lo más importante es saber que una criptomoneda es un activo que puede perder todo su valor en pocos días y que, salvo en contados ejemplos, no es una moneda. Un inversor que compró 2 bitcoins a las 12 de la mañana del 5 de agosto de 2021 y los vendió esa misma tarde, ganó 6.000 euros en solo unas horas. Un inversor que compró 2 bitcoins el 6 de julio de ese mismo año y los vendió un mes más tarde, ganó 16.000 euros en solo unos días. Un inversor que compró 2 bitcoins hace 5 años, en los primeros días de agosto de 2017, ganó unos 75.000 euros si los vendió en agosto de 2021. Estas ganancias extraordinarias también pueden ser pérdidas extraordinarias. Un comprador de 2 bitcoins este mismo año, en enero de 2022, ha perdido más de 40.000 euros si los vendió en junio o julio. En octubre de 2020, 1 bitcoin se cambiaba por 20.000 euros, hace un año, por 56.000 euros y hace dos años por 10.000 euros.

Así que lo más importante es saber que, como cualquier activo volátil, el bitcoin puede hacer ganar y perder mucho dinero a un inversor, con más riesgo y volatilidad que los activos que se negocian en los mercados de renta variable. No es dinero, porque nadie compraría hoy una mercancía con un dólar o un euro, si mañana esas divisas pudieran valer el doble. Tendería a atesorar la moneda, no a utilizarla para realizar transacciones. Esto es lo que le ocurre hoy a las criptomonedas. Es verdad que en los mercados de divisas también hay movimientos especulativos y que se puede ganar y perder mucho dinero en la compraventa, pero la diferencia es que la función del dólar, el euro, el yen y de otras divisas en los mercados internacionales sigue siendo la de ser un medio de cambio, contrapartida de exportaciones e importaciones. Cierto que hay especulación, pero no es la razón principal del mercado. Incluso los bancos centrales pueden intervenir contra la misma. Con las criptodivisas es casi lo contrario, de tal forma que el intercambio de las mismas por bienes o servicios es casi anecdótico.

¿La inestabilidad de las monedas electrónicas es su mayor debilidad o lo es el no tener un ente regulador como las entidades bancarias convencionales?

Muchos analistas opinan que la inestabilidad de las criptomonedas está reproduciendo escenarios históricos de burbujas que, al desinflarse abruptamente, arruinaron o perjudicaron enormemente a muchos inversores. La inestabilidad es el territorio de los especuladores, por lo que en esa debilidad como moneda (las monedas necesitan estabilidad para ser válidas como medio de cambio) es donde se producen ganancias y pérdidas propias de estos mercados volátiles.

No cabe duda de que la asimilación de las criptomonedas a otras monedas que se utilizan en transacciones nacionales e internacionales pasará, más tarde o más temprano, por una regulación que sirva para dar confianza en su uso a compradores y vendedores. En todo caso, el paso de un activo especulativo a una moneda en formato criptomoneda necesariamente debe hacerse a partir de una estabilización de su valor. El uso de la misma para transacciones por parte de un cada vez mayor número de agentes, así como la regulación de la misma pueden propiciar este cambio de activo volátil a medio de cambio.

¿Qué ocurre con aquellos países que no han regulado aún las criptomonedas?

Las criptomonedas son un activo transnacional, por tanto, su uso tiene un futuro parecido en la mayoría de los países. Lo único que puede hacer variar el uso de un país a otro es la legislación interna, fomentando desde su potenciación a la prohibición. Lógicamente, también la mayor o menor actividad de empresas y particulares en torno a las mismas potenciará en mayor o menor medida su expansión en el país. Hay países donde no se ha regulado este ámbito o están en una situación de alegalidad. Los tenedores de las nuevas monedas, la minería de las mismas, los sistemas de pago, los cajeros de criptomonedas o los comercios que admiten pagos con dichas monedas van creciendo cada año. Sin embargo, la mayoría de las autoridades monetarias en varios países no las consideran como dinero de curso legal.

No obstante, existe una tendencia hacia un marco de “libertad controlada” por parte de las autoridades monetarias más importantes del mundo, tales como la Reserva Federal o el BCE. Es cierto que las criptomonedas son un sector de la economía en auge, pero también pueden desestabilizar el sistema monetario. A este respecto, los bancos centrales demandan capacidad de acción para controlar e, incluso, han empezado a hacer movimientos serios en dirección a una posible emisión pública de dinero digital. En la medida que el marco legal y de actuación que se concrete permita una expansión controlada de las criptomonedas y una estabilización de su valor, estas se convertirán finalmente en dinero.

¿Aconseja invertir en ellas? ¿Por qué?

No desde luego si es usted muy aversor al riesgo. El índice Dow Jones pasó de 36.500 puntos a principios del año 2022 a 32.000 en octubre. Una caída del 12 %, que fue un aumento del 20 % en 2021. Su caída más abrupta en los últimos meses fue en febrero de 2020, momento en el que perdió un 36 % de su valor. El bitcoin ha perdido más del 50 % de su valor en 2022. Su caída más abrupta en los últimos meses fue en mayo de 2021, mes en el que perdió el 40 % de su valor. Al analizar la gráfica de la bolsa y compararla con la de la criptomoneda, se aprecia que los dientes de sierra son más irregulares y abruptos en los de la segunda. No olvidar además que, detrás de las acciones está la realidad de las empresas cotizadas. Detrás de las criptomonedas solo hay un complejo entramado informático.

Debe tener usted un perfil de alto riesgo para invertir en criptomonedas como activo. Es decir, ser tolerante a pérdidas muy fuertes y con capacidad para sostener su inversión durante varios años, aunque se produzcan caídas importantes antes de terminar el plazo. Un factor que se debe tener en cuenta es la posibilidad de una reacción legislativa de gran calado contra estos mercados, lo que provocaría pérdidas abruptas. Un segundo factor a tener en cuenta es justo el contrario, ya que el apoyo legal a las criptomonedas posiblemente iría reduciendo el carácter especulativo de sus mercados y, por tanto, los grandes beneficios también desaparecerían. Por último, recordar que muchos analistas hablan de una burbuja. Si se pincha definitivamente, el valor de las criptomonedas puede desplomarse en pocos días y pasar estas a formar parte de la historia de las crisis financieras sectoriales.

¿Qué puede empujar a un país a aceptar las criptomonedas, de manera oficial, mientras que otros países las rechazan rotundamente?

Desde la perspectiva de la autoridad pública, y dentro del marco de libertad controlada expuesto anteriormente, como cualquier subsector de nueva aparición el mercado de criptomonedas es una potencial fuente de actividad económica, de tal forma que se puede generar empleo, recaudación fiscal,… en mayor medida si se ejerce un liderazgo en el uso y gestión de la tecnología a nivel supranacional.