La crisis como oportunidad de emprendimiento (I de II)

Imagen abstracta de generación de ideas

Rafael Plaza Teva
Economista en Martín Molina Abogados y Economistas. Economista y Perito Forense. REFOR. Experto Contable. REC.

Emprendimiento

Son numerosos los ejemplos vividos a lo largo de la historia, en los que, sobre los peores momentos de crisis, y necesidad, la idea y la iniciativa de unos pocos consiguió alzarse victoriosa sobre páramos inertes de tejido económico y productivo. Grandes desafíos surgieron en momentos claves de la historia, en la que unos pocos aventureros se atrevieron a cuestionar a aquellas empresas consideradas líderes en su época, y que acabaron por triunfar gracias al ímpetu y empuje indomable de nuevas e insolentes propuestas regeneradoras.

La introducción de facetas revolucionarias en el mundo de la gestión empresarial, en especiales momentos de crisis o necesidad, dieron avance a cruciales innovaciones técnicas que permitieron tanto el desarrollo de nuevos bienes y servicios, como su reelaboración bajo una perspectiva completamente renovada. El resultado de la iniciativa de unos pocos fueron las drásticas transformaciones en los sectores en los que se desarrollaron.

El año 1994 no únicamente fue testigo del fin del régimen de discriminación racial Apartheid que asolaba Sudáfrica, también lo fue del nacimiento de una nueva y revolucionaria idea por parte de un pequeño grupo de emprendedores, que vino a cambiar la forma de entender el mundo de la distribución. El resultado de la propuesta profundizó en la globalización del comercio mundial, provocando el acercamiento del consumidor a un inmenso universo de posibilidades, sin más necesidad que un dispositivo móvil. Era el nacimiento de AMAZON y la misma redefinición del concepto de compra.

Ya en 2007, en plena crisis de las hipotecas de alto riesgo y en los albores de la mayor crisis financiera que habría de vivir el planeta, una plataforma de contenido audiovisual introdujo su idea de servicio de vídeo en directo bajo demanda en internet. La entrada de NETFLIX en el mercado provocó un seísmo que hizo tambalear los viejos pilares de la industria del entretenimiento y contenidos audiovisuales. Era el nacimiento de una nueva forma de consumo digital, el inicio del declive de las viejas plataformas de distribución audiovisual y la caída de grandes multinacionales, hasta entonces dominantes del sector del alquiler físico de soportes de contenidos.

Ambas ideas transgresoras en su época presentaban un vínculo común, la firme apuesta por el emprendimiento y una descarada propuesta en un mundo empresarial dominado por grandes operadores tradicionales. La apuesta por ambos proyectos vino a suponer una profunda reformulación del modelo de operar en los sectores involucrados.

La llegada a finales de 2019 de la pandemia mundial COVID-19, junto a las restricciones implementadas por las autoridades gubernativas, provocó una crisis mundial sin precedentes y un cambio en los paradigmas en la economía. En el caso de España, desde enero de 2021 hasta el mes de octubre del mismo año, 22.104 sociedades se habrían disuelto y 4.933 se habrían acogido a la legislación concursal, a efectos de proceder principalmente a su liquidación.

El mantenimiento por parte del Ejecutivo de la denominada moratoria concursal hasta el 30 de junio de 2022 pospuso la necesidad de solicitar la declaración de concurso, hasta el 1 de septiembre de 2022, provocando, en base a datos considerados optimistas, que nuestro país pasara a contar con más de 40.000 mercantiles denominadas zombis, sin ningún tipo de actividad ni, por tanto, capacidad alguna de generación de riqueza ni de devolución de sus deudas. El respirador artificial de la financiación pública mantenía de esta forma la vida de unas mercantiles terminales, tras la hibernación que supuso posponer un proceso reestructurador en un vano intento por lograr su supervivencia, ahogando la posibilidad del mantenimiento real de su propia actividad.

Construcción, inmobiliaria, hostelería, comercio, turismo, informática y automoción constituyen el grueso de los sectores más afectados por el cambio estructural, que supuso en su modelo de negocio la llegada del tsunami de la pandemia. A pesar de las cifras, estos sectores continúan manteniendo un peso fundamental en la economía, con un especial potencial de crecimiento intacto en el corto y medio plazo, gracias a una demanda de sus servicios firmemente consolidada.

La compra de unidades productivas dentro del proceso concursal abre un amplio mundo de oportunidades para el viajero en su camino hacia el emprendimiento. La adquisición de conjuntos organizados de elementos productivos de empresas en crisis, una vez libres del lastre que supusieron sus cargas y pasivos, permite a su adquirente la incorporación de estructuras empresariales junto a personal con amplia experiencia, permitiéndole centrar sus esfuerzos en una única faceta empresarial, la reestructuración de un modelo de negocio previamente consolidado.

Nos encontramos ante un mecanismo de recuperación llamado a tener un papel clave en la recuperación económica del país en los próximos meses.