Economía global des-conectada

Mujer vacunando de coronavirus a un globo terrestre

Nicolás Pérez López-Ibor
Analista y estudiante del Grado en Economía en la UDIMA.

Economía

Empieza 2021 y lo hace de la misma manera que acabó 2020, el mundo sigue sufriendo las desastrosas consecuencias de la pandemia de la COVID-19 a la espera de que la ansiada vacuna llegue a todo el planeta y tenga sus efectos, algo que tal y como vemos parece que tomará su tiempo.

"solo a través de la cooperación global en el proceso de vacunación se logrará una mayor y mejor inmunidad del planeta"

En el momento en que se escriben estas líneas, y tras 1 año aproximado de pandemia, más de 100 millones de personas ya han sido contagiadas, y más de 2 millones tristemente han fallecido. La cara esperanzadora la encontramos en el progreso del total de vacunados superando ya los 150 millones de personas. El problema lo encontramos en que se estima que podría demorarse hasta 2 años más para poder cubrir todo el planeta y sus más de 7.000 millones de habitantes, debido principalmente a los problemas de acceso y distribución de las vacunas en los países en vías de desarrollo. En esta línea un informe de la Unidad de Inteligencia de The Economist estima que la región que antes verá la luz serán la mayoría de los países europeos, Estados Unidos e Israel quienes habrán vacunado al 60-70 % de su población adulta a finales de 2021; después se prevé que sea América Latina la región que logrará alcanzar ese nivel a mediados de 2022; en Asia lo harán a finales de ese mismo año; y, por último, la mayor parte del continente africano y de algunos países sudamericanos que son más dependientes del plan COVAX, los cuales podrían tener que esperar más allá de 2023.

Desde el lado de la economía del trabajo, es importante destacar el empleo perdido hasta la fecha, cifrado por la OIT en 114 millones de puestos de trabajo, estimando una pérdida de ingresos laborales de 3,7 billones de dólares. Si bien es cierto que poco a poco el mercado laboral parece dar señales de mejoría, recuperar el mismo nivel de empleo también llevará mucho tiempo.

Esta demora de tiempo nos indica que durante al menos 2 años más la situación de la economía global no podrá recuperar la senda en las mismas condiciones que antes de que obligara el virus a paralizar toda la actividad mundial.

Por un lado, cabe resaltar que las proyecciones del Banco Mundial en su último informe Global Economic Prospects vienen a confirmar que la economía mundial se mantendrá por debajo de su tendencia prepandémica durante un periodo prolongado posiblemente como mínimo hasta 2022, y añade además los riesgos asociados a una ola de acumulación de deuda global.

Por otro lado, en cuanto al comercio, también dependiente de las conexiones, es importante resaltar algunos datos, entre ellos, la caída del 6 % del comercio mundial de mercancías. En cuanto a las conexiones aéreas, se desplomaron en torno a un 70 % (un 10 % de carga según la IATA, el resto vuelos de pasajeros) en los momentos más críticos de la pandemia cuando el cielo pareció también vacío. En lo referente al transporte marítimo se trasladó en una caída del 4,1 % según la UNCTAD. Datos críticos que mejoraron tras la reanudación de la movilidad básica pero que siguen siendo excesivamente mínimos ante las restricciones impuestas.

Nos encontramos así ante un periodo transitorio en el que el mundo deberá gestionar la manera en la que poco a poco se vuelve a conectar, ya que si la conectividad fue la forma en la que el virus se alimentó para su rápida expansión, es lógico que haya cierto escepticismo en su recuperación.

"poco a poco el mercado laboral parece dar señales de mejoría, recuperar el mismo nivel de empleo también llevará mucho tiempo"

Entonces, por último, cabe cuestionarse ¿de qué manera se debe ir avanzando? Es complicado encontrar respuesta, ya que si la pandemia nos ha enseñado que no existía una hoja de ruta para su gestión, tampoco parece existir una para una su erradicación. Todo apunta a que serán los países los que vayan tomando decisiones de levantar las restricciones a la movilidad internacional en función de que vayan controlando la pandemia. ¿Y es esta la mejor vía posible? No parece serla, puesto que si el virus demostró que la descoordinación internacional fue uno de los fallos para su control, también lo será para recuperar la puesta en marcha nuevamente de las economías. Por tanto, es imprescindible alejarse del ruido actual, dejar a un lado los egocentrismos nacionales, y escuchar el llamamiento de Naciones Unidas, quien nos dice que solo a través de la cooperación global en el proceso de vacunación se logrará una mayor y mejor inmunidad del planeta. La prevención ya nos avisó de su relevancia en la ciencia, ahora el tiempo corre también contra las economías. Cuanto antes se logre coordinadamente un mundo completamente inmune antes se podrá comenzar la reactivación de la movilidad global, arteria imprescindible para la recuperación de cada uno de los países y por ende del conjunto de la economía mundial.