“La educación es el mejor ascensor social”

Juan Pablo Lázaro

Luis Miguel Belda García
Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA

Entrevista

Juan Pablo Lázaro ha sido hasta el mes de julio vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal madrileña CEIM

Durante cinco años ha representado a los empresarios de Madrid, como presidente de la patronal CEIM, y durante cuatro ocupó la vicepresidencia de la CEOE. Su trayectoria se completa con la presidencia del Club Financiero Génova durante 8 años; la de UNO, Organización Empresarial de Logística y Transporte; la de Adigital; la de Asociación Española de Jóvenes Empresarios y la de la Confederación Iberoamericana de Jóvenes Empresarios. Ha sido reconocido con el Premio al Fomento y Creación de Empleo de la Comunidad de Madrid 1996, y con el Premio Nacional Joven Empresario 1997. Ahora afronta una nueva etapa centrado exclusivamente en la empresa que fundó, Sending Transporte y Comunicación, empresa de logística y transporte. Pero antes que eso, tiene la cortesía de compartir con ‘Conectados’ los conocimientos adquiridos al frente de las principales instituciones empresariales de España.

¿Se puede decir que la formación permanente para el desarrollo profesional ya no es una opción?

Claramente. Mantenerse en el mercado laboral requiere ya, indefectiblemente, diseñar un itinerario formativo de profesionalización constante. Si en algún aspecto hay consenso, es precisamente en esa necesidad. La velocidad del cambio y la incertidumbre que conlleva requerirá de los profesionales un interés continuo por seguir aprendiendo y actualizando sus competencias.

Es habitual que la empresa reclame de los centros educativos, especialmente de las universidades, que generen formaciones adaptadas a las nuevas necesidades del mercado laboral. ¿Qué opina de esto?

Es fundamental. Sin duda es una ventaja competitiva como país, además de una responsabilidad social en términos de expectativas de empleabilidad, que los centros educativos sean capaces de adaptar sus programas a las necesidades del mercado laboral. De otra manera serán las empresas las que tengan que asumir este esfuerzo formativo y ello ralentizará la capacidad innovadora y la eficiencia de nuestro sistema productivo.

¿Qué le pediría al sistema educativo español como empresario y de acuerdo con su experiencia durante años como representante de las empresas españolas?

Creyendo como creo que la educación es el mejor ascensor social, lo primero que pediría es que se tome el sistema como una responsabilidad de Estado y que el sistema se fortalezca con una visión a largo plazo basada en consenso y no en intereses cortoplacistas. Esto sería ya un gran avance que permitiría afrontar otros retos como promover la innovación, el emprendimiento y el empleo de las tecnologías, prestigiar la labor docente, definir un sistema de evaluación para la mejora, facilitar la transición de la educación al empleo o consolidar la libertad de enseñanza, en su dimensión de libertad de elección por las familias del centro que consideren más adecuado para la educación de sus hijos, en estos momentos cuestionada.

“La actualización por parte del empresario es una exigencia igual o mayor que la del resto de profesionales de nuestros equipos”

¿Qué recomendaría a un joven que ahora estudia bachillerato? ¿Incorporarse al mercado laboral o continuar sus estudios universitarios?

Sería muy osado por mi parte hacer una recomendación general de este tipo sin conocer las expectativas del joven, sus intereses vocacionales o sus talentos naturales. Lo que sí le diría es que no descarte opciones, que identifique posibilidades, que se informe sobre los niveles de inserción laboral y que, con toda la información, elija. Las dos opciones pueden ser de éxito y de realización personal y profesional y, además, no son conjuntos disjuntos. Muchos alumnos de formación profesional deciden continuar después con estudios universitarios y lo hacen, a mi modo de ver, con la ventaja de conocer ya el ámbito profesional en el que quieren ejercer su profesión.

¿Deben también los empresarios formarse, actualizarse?

Por supuesto. Es una exigencia igual o mayor que la del resto de profesionales de nuestros equipos. Las formas de hacer, de gestionar, cambian, y los empresarios debemos conocer los últimos avances para identificar si aportan valor a nuestras compañías e implementarlos. Flaco favor haríamos a la consolidación y crecimiento de nuestras empresas si no nos preocupáramos en formarnos para dirigir y concretar las estrategias de nuestras compañías cada vez mejor.

En este contexto ¿ha sido la crisis un revulsivo para empresarios y trabajadores en sentido positivo?

Muchos de los avances alcanzados por la humanidad son consecuencia de la necesidad. Al igual que las empresas españolas han acometido el camino de la internacionalización fruto de la caída que tuvo el mercado interior, empresarios y trabajadores son ahora conscientes de la necesidad que tienen de mejorar su capacitación para afrontar los retos de una economía global y digital que es ya una realidad incuestionable.

Al mismo tiempo que se habla de la necesidad de formación continua, también de transformación digital, ¿se está avanzado en este ámbito?

No a la velocidad que se necesita. El modelo de formación continua se ha centrado en fortalecer la parte burocrática y de control del sistema hasta hacerlo ineficiente, de forma que ha quedado en segundo plano atender los objetivos del sistema, que son mejorar la competitividad de las empresas y la empleabilidad de los trabajadores. Las empresas tienen aversión a dos cosas: los riesgos innecesarios y la inseguridad jurídica. Lamentablemente ahora mismo el modelo de formación continua, ya sea vía formación subvencionada ya bonificada, tiene ambos elementos. Precisamente la formación continua debería ser un instrumento que favoreciera la transformación digital pero no lo está siendo. En este sentido es crucial el papel de los centros educativos, ya que los jóvenes que se están incorporando al mercado laboral son una excelente palanca para favorecer la transformación digital, especialmente de las empresas más pequeñas.

¿Cuáles son las principales barreras para dar el salto digital en la empresa?

La transformación digital de las empresas ha pasado de ser una oportunidad a ser una necesidad si no quieres quedarte fuera del mercado. Por ello es urgente incorporar las nuevas tecnologías en la gestión empresarial, aunque todavía hay muchos obstáculos, como son la insuficiente cultura digital de las empresas, que supone un cambio de mentalidad en la forma de organizarse en todos sus ámbitos, desde las relaciones con clientes y proveedores, hasta la gestión de los recursos humanos; el desconocimiento y falta de formación suficiente ante un entorno que cambia a velocidad vertiginosa, tanto en las herramientas digitales como en el empleo de las mismas; la necesidad de contar con recursos financieros suficientes para emprender la inversión digital, sobre todo en las pymes, y la incertidumbre que se genera en cuanto a la seguridad en el tratamiento de los datos, entre otros.

¿Qué resultados está teniendo la última reforma laboral? ¿Puede ser perjudicial su derogación o profunda modificación en este momento?

La reforma laboral de 2012 permitió adaptar el mercado de trabajo a una situación de extraordinaria crisis económica. Aunque llegó tarde y no fue todo lo profunda que habríamos querido, lo cierto es que los resultados avalan la iniciativa. Sobre todo en la Comunidad de Madrid, es realmente llamativo el aumento del empleo: desde finales de 2014 hasta la fecha más de 200.000 personas se han incorporado al trabajo y la tasa de paro ha caído en ese periodo 6 puntos (desde el 18 % al 12 % actual). Además, la tasa de contratación indefinida tiene niveles superiores a 2007. Aunque en 2018 el paro disminuyó en todas las regiones, Madrid, con un 8,3 % de descenso supera ampliamente la media nacional (6,2 %), muestra inequívoca de la confianza empresarial en el avance de la región, la apuesta por la modernidad, la realidad de las inversiones extranjeras de alto valor añadido y los nuevos proyectos que están llegando a nuestra comunidad autónoma. Sin embargo, aún queda mucho para llegar a una situación de empleo previa a la crisis, por lo que la introducción de costes sociales, tanto en cuanto a cotizaciones como con la sorpresiva elevación por decreto del salario mínimo, van a lastrar, sin duda, la recuperación de la economía, restando competitividad y castigando el empleo, particularmente dificultando la contratación de las personas con menor cualificación.

Nadie niega que la relación entre la patronal y los sindicatos no es precisamente de crispación, como en otros momentos de la historia reciente, ¿un mérito de ambas partes?

La conflictividad laboral de los primeros años de democracia era muy elevada y nociva para el país. Creo sinceramente que los sindicatos más representativos, junto con CEOE y CEPYME, hemos demostrado lealtad a un sistema de diálogo social, amparado en el propio texto constitucional, que ha permitido acuerdos relevantes en materia de empleo, pensiones, dependencia o inmigración. Son asuntos todos ellos muy sensibles y hemos contribuido a que se aborden de forma seria, consensuada y responsable. Sin embargo, el diálogo social nacional ha sufrido un duro revés en los últimos meses, al contrario que en la Comunidad de Madrid o el propio ayuntamiento de la capital, por lo que es necesario un esfuerzo suplementario, casi pedagógico, para explicar al Gobierno de España cuáles son las ventajas de diseñar conjuntamente políticas sociolaborales de largo alcance, más allá de la coyuntural convocatoria electoral.

La internacionalización de las empresas es otra asignatura pendiente y recurrente, ¿cómo es posible mejorar esta situación?

En los últimos años han sido muy importantes los avances que han conseguido las empresas españolas en esta materia, pero aún tenemos un largo camino que recorrer. El tamaño de nuestras empresas es uno de los principales frenos a esta actividad. Las Administraciones deben tomar las medidas necesarias para facilitar el crecimiento de las empresas, ya que una gran parte de la regulación, tanto en materia laboral como fiscal, penaliza el tamaño de las empresas. La segunda clave está en las propias compañías; hay que enfocar toda la empresa hacia la internacionalización, y ello conlleva un proceso de formación integral de trabajadores y directivos de la empresa en esa dirección.

Canadá reconoce que el envejecimiento de su población explica la necesidad de mano de obra inmigrante. ¿Está España en la misma senda? ¿Qué reformas pedirían en materia de inmigración?

CEIM fue la primera patronal española en estudiar con determinación el reto del envejecimiento demográfico. A través de un grupo de trabajo específico, presidido por Matilde Pelegrí, se concluyó en un documento la necesidad de apostar por políticas públicas que faciliten el incremento de la natalidad, profesionalizar la atención a la dependencia, apoyar fiscalmente el aseguramiento privado de las pensiones, incentivar la formación a lo largo de toda la vida o estimular hábitos de vida saludables. En cuanto a la inmigración, debemos estar orgullosos como país de haber gestionado la masiva incorporación de extranjeros a nuestra sociedad con un grado de integración social que es admirado en otros lugares. Es necesario seguir fomentando el consenso político y social en esta materia, vinculando siempre la entrada de inmigrantes a necesidades laborales reales no cubiertas por desem­pleados ya residentes.

Para terminar, usted habla frecuentemente de la necesidad de que la sociedad civil sea más participativa, ¿cómo se pude conseguir?

El papel de la sociedad civil es clave a la hora de defender los intereses de las personas frente al Estado. Es por ello que se precisa de una sociedad civil fuerte y participativa que sirva de contrapeso al cada vez más invasivo papel de las Administraciones y partidos políticos en nuestras vidas. Es responsabilidad de todos concienciar a los ciudadanos para que den un paso adelante y participen activamente.

“La lealtad al diálogo social, que ampara la Constitución, de sindicatos y patronal ha permitido acuerdos relevantes en materia de empleo, pensiones, dependencia o inmigración”