Entrevista con Ángeles González-Sinde
Luis Miguel Belda García
Director de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA.
Entrevista con Ángeles González-Sinde
Ángeles González-Sinde es presidenta del Real Patronato del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía desde 2020. Con anterioridad, ocupó el cargo de ministra de Cultura entre 2009 y 2011, y antes que eso, de 2006 a 2009 fue presidenta de la Academia de la Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. Ahora trabaja en su próxima película, porque su vocación primera es el cine, donde siempre ha tenido una ‘buena estrella’ que la acompañe. No en vano, exhibe en casa algún que otro Goya por su capacidad de contar historias que interesen. Como interesa conocer también saber qué piensa esta filóloga clásica, actriz, directora, guionista y también escritora finalista del Premio Planeta, del mundo que le rodea.
Usted es paradigma de mujer que ha destacado a lo largo de su trayectoria profesional en el ámbito de las artes y las humanidades. ¿Qué piensa del poco apego que aún parecen mostrar las mujeres por lo que conocen como disciplinas STEM?
No creo que las mujeres tengamos poco apego por esas disciplinas. Ocurre que los seres humanos aprendemos por imitación y necesitamos más modelos de referencia, más visibilidad para las mujeres que están en esos campos de modo que, cuando en la adolescencia elegimos un camino profesional, veamos que las STEM también son una opción.
Algunos expertos explican este bajo porcentaje de ingenieras o informáticas en una educación marcada aún por estereotipos de género. ¿Qué opina al respecto?
El contexto social y cultural marca nuestro rumbo. No vivimos en burbujas aisladas y los peores prejuicios son los que operan inconscientemente. Los mismos padres y madres generalmente tenemos expectativas muy distintas de los hijos varones que de las hijas mujeres y podemos condicionarlas y limitarlas sin darnos cuenta.
¿Cómo cree que se puede revertir esta situación y favorecer la presencia de mujeres científicas? ¿Las cuotas ayudarían o serían contraproducentes en este contexto?
Las cuotas me parecen bien si operan de modo que contrarresten nuestros prejuicios inconscientes. Es decir, si nos hacen pararnos y reflexionar sobre la necesidad y las posibilidades de una sociedad diversa. La igualdad para mí no se limita a las mujeres, sino a las diferencias económicas, de cultura, de procedencia, de capacidades y discapacidades, de creencias... Hay que hacer mucho hincapié en la diversidad porque el mundo de hoy es diverso. Si no lo reflejamos en nuestras organizaciones, perderemos pie.
Usted conocerá la popular canción ‘El vídeo mató la estrella de la radio’. Luego llegó internet. En su etapa de ministra de Cultura se mostró muy combativa con el mal uso de internet en materia de propiedad intelectual, y sus efectos sobre el mundo de la cultura. Visto en perspectiva, parece que algo de razón tenía usted, que había que poner límites a los abusos…
Tenía más que “algo” de razón. Internet es una herramienta que hay que usar de manera que todos tengamos un hueco, no solo algunos.
¿Cómo evalúa la cultura en general en España? ¿En qué estado la encuentra diez años después de abandonar el Ministerio de Cultura?
La pandemia ha azotado muy fuertemente a la cultura que en gran medida necesita de la idea de lo colectivo y del compartir para existir. Hay muchos profesionales que están pasando momentos difíciles. Por otra parte, en el lado positivo ha catapultado nuevos usos de la red para disfrutar de la cultura y acceder a ella. Por ejemplo, en el Museo, creo que hemos dado un salto de cinco años en muchos servicios.
En general, ¿cómo valora la política cultural de sus predecesores?
Los años del partido popular fueron difíciles para la cultura. Creo que se podía haber hecho más para dinamizarla y apoyarla.
Lo que parece evidente es que la pandemia ha afectado sobremanera al mundo de la cultura. ¿Cree que se ha reaccionado bien por parte de todos?
No hay lugar más seguro que un cine, un museo, una librería o un teatro, donde el aforo se respeta escrupulosamente, no nos quitamos para nada la mascarilla, la distancia de seguridad se respeta a rajatabla y la interacción está muy limitada. La cultura ha dado un ejemplo de saber adaptarse y creo que todos hemos tomado conciencia de su valor y de lo necesario que es poder participar de ella con otros, no solo en solitario frente a nuestra pantalla. La cultura es un ritual colectivo insustituible.
El cine, su especialidad, probablemente haya sido, junto al teatro, el sector más afectado por la actual pandemia. Pocos estrenos, y menos mal que ahí están las plataformas como Amazon, Movistar, Netflix, etc.
Las plataformas son magníficas, pero los europeos debemos tener mucho cuidado para que no se conviertan en el oligopolio que determine los contenidos de nuestra cultura. Siempre he pensado que una cinematografía para ser rica tiene que ser diversa.
Las series españolas se han puesto de moda, también fuera de España. Algunos dicen que se hacen mejores series que películas. ¿Usted qué opina?
Que, como decía Pau Donés, todo depende. Las series son estupendas y en este país hay grandes profesionales, pero el cine no se puede descuidar, es un sector estratégico.
Nuestra imagen exterior y nuestra identidad contemporánea no sería la misma sin Almodóvar o Amenábar o Isabel Coixet, por citar algunos directores internacionales, por muchas series que hiciésemos.
Actualmente, ostenta el cargo de presidenta del Real Patronato del Museo de Arte Reina Sofía. Lo es desde junio de 2020, en plena pandemia. Digamos que le tocó lidiar con uno de los momentos más críticos en la historia de los museos desde la Guerra Civil. ¿Cómo se ha afrontado esta etapa?
Con muchísima ilusión y con muchísima preocupación. Necesitamos aliados que quieran acompañarnos en este viaje de descubrimiento e investigación constante que es un Centro de Arte Contemporáneo. Los recursos que obteníamos de la venta de entradas se han desplomado y sería estupendo encontrar apoyos económicos en la sociedad civil para no reducir nuestra actividad.
¿A la cultura hay que patrocinarla con fondos públicos o ya es hora de que eche a rodar sola?
Ambas fuentes de ingresos son deseables porque ese vínculo y ese compromiso de lo privado con lo público acerca a la sociedad al arte y genera sinergias muy beneficiosas. Ahora bien, la cultura en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos, necesita de los recursos públicos. Es la garantía de su continuidad y de su excelencia. La cultura no siempre tiene que ser rentable para ser útil a la sociedad y eso solo lo entiende el Estado. Los museos estadounidenses que dependen exclusivamente de la filantropía privada han tenido que cerrar en este año. Los museos europeos que dependen del estado han mantenido sus puertas abiertas. Ahí se ve la diferencia.
Hubo un tiempo en que las humanidades corrieron riesgo de desaparecer de la formación pre y universitaria de nuestros estudiantes. ¿Ve en riesgo la preparación en las primeras etapas educativas en arte, historia, filosofía, etc.?
Veo que en general la educación secundaria en España debería apoyarse más en enseñar a los chicos a ser personas, expresarse y pensar por sí mismos, que en memorizar datos. Las humanidades, en ese sentido, son un recurso que nos sirve para toda la vida. Eliminarlas sería un error.
El mundo profesional parece abocado a las carreras más técnicas, pero, por alguna razón, las grandes compañías tecnológicas se están dotando hasta de filósofos, como Google. ¿Larga vida a las carreras de Humanidades?
Ojalá. Ya le digo que en esta sociedad todos somos necesarios, como en un puzle que no se puede completar sin todas las piezas. No solo hay que saber fabricar un producto, sino saber pensar para qué, cómo y por qué. Eso es lo que aportan las humanidades.
¿Qué echa de menos en las universidades, en el ámbito del que es más competente, la cultura?
Sí. Creo que sería muy positivo que nos planteásemos en serio dotar mejor económicamente a las universidades para que pudiesen desarrollar un área de actividades culturales rica para sus alumnos. Las artes ensanchan nuestra mente.
¿Volverá al cine o no se fue nunca del todo?
Empiezo a rodar una película como directora el día 10 de mayo. Se rueda íntegramente en Navarra y el País Vasco. Es la adaptación de la novela El Comensal, de Gabriela Ybarra. Estoy muy feliz de volver al cine.