Entrevista a Francisco Guerrero Gómez

Examinándose oposición

Alberto Orellana
Redactor de Comunicación del Grupo Educativo CEF.- UDIMA.

Pasó por CEF.- UDIMA

Francisco Guerrero (24 años) terminó Derecho en la Universidad de Castilla-La Mancha en 2019. Justo después levó anclas para navegar la vorágine opositora, arreciada por la pandemia y el encierro en 2020. Con los retrasos en la Administración no se pudo presentar a la primera convocatoria hasta septiembre de 2021. En enero de 2022 terminó su último examen. Es el primero de los 50 nuevos Subinspectores Laborales-Escala Empleo y Seguridad Social (A2).

¿Por qué empezaste desde el inicio con el CEF.-?

Cuando acabé la carrera tenía claro desde el principio que quería hacer esta oposición. Estuve buscando por internet, hablando con conocidos que han estudiado otras oposiciones en el CEF.-... y buscando en la web vi que la ratio de aprobados que tiene el CEF.- era bastante buena. Vi que me venían bastante bien los horarios para los desplazamientos, porque yo soy de Ciudad Real, y los trenes a Madrid me venían bien. Me lo podía permitir y sobre todo vi que los temarios eran muy completos. Una vez me decidí por el CEF.-, el trato de los profesores y preparadores ha sido muy bueno.

¿Cómo recuerdas el momento en que sabes el resultado de la prueba? ¿Qué se siente al saber que eres el primero de una promoción de funcionarios públicos?

Yo estaba siempre muy dudoso con las notas de los exámenes... Esta oposición tiene la peculiaridad de que las notas las dan por streaming, en YouTube, desde el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Que al final no sé si es mejor o peor ver la lista que ir escuchando nombres... Y el último examen estaba muy nervioso, no sabía si podría aprobar; era la primera vez que hacía un examen práctico. Estaba en casa con mi familia y haciendo videollamada con mi pareja, y cuando salió la nota y mi nombre me puse a llorar y... Luego, el resultado de ser el primero, calculando con los tres exámenes y cuando salió en el BOE, pues el doble de alegría. Porque aprobar una oposición pública es difícil, y hacerlo siendo el primero todavía más.

¿Tuviste en cuenta el número de instancias a la hora de escoger la oposición? ¿Por qué Subinspectores de Empleo?

Durante la carrera, la rama que más me ha gustado ha sido la de Derecho del Trabajo y Seguridad Social. También por mi forma de pensar, de concienciación de la lucha por la mejora de las condiciones laborales, y al final un bienestar para toda la sociedad. Eso me llevó a debatirme entre Gestión de la Seguridad Social, Inspección de Trabajo o Subinspectores, que es la que elegí. Miré la ratio, número de plazas... y me decidí por Subinspectores porque vi que era aceptable.

¿Qué recuerdas de tus primeros días en el CEF.-?

Me acuerdo perfectamente de la fecha: el 16 de septiembre de 2019, que fue cuando tuvimos la primera sesión informativa, en la que estábamos en torno a 60 personas más o menos. La primera clase fue el jueves de la semana siguiente, y ya quedábamos entre 25 y 30. Dije “uy, el nivel aquí parece que es muy alto”. Las primeras semanas estudiando me costó, pero con el paso de las semanas y viendo el formato de preparación del CEF.- (sistema de vueltas), te permitía tener una visión general de todo el temario, de todas las ramas, y coger un poco de información para la siguiente vuelta. Las primeras clases fueron un poco intensas, porque era mucha información, un nivel bastante alto...pero bastante bien porque los preparadores siempre nos han apoyado un montón; siempre nos han ayudado.

¿En qué consiste el sistema de vueltas?

En la oposición hay dos bloques: la parte general, compuesta de Derecho Constitucional, Derecho Mercantil y Derecho Administrativo; y la parte específica, que incluye Derecho del Trabajo, Seguridad Social, Economía Social, y la parte de Organización de la Inspección. Teníamos tres preparadores: uno de la parte general, otro de Derecho del Trabajo, y otro de Seguridad Social, que era Chema. Llevábamos dos o tres temas por bloque a la semana, luego lo íbamos incrementando... Entonces, hacíamos todos los temas del bloque (por ejemplo, ocho de Constitucional, ocho de Administrativo, de Mercantil...), y una vez terminábamos el bloque entero, volvíamos otra vez al primero. Cuando ya íbamos por la segunda y la tercera vuelta, en vez de dos temas a lo mejor llevábamos cinco por semana. Íbamos dando vueltas al temario.

¿Y de los últimos? ¿Solo te vienen a la mente páginas y exámenes? (bromita)

Me acuerdo sobre todo del primer examen. Los últimos días eran muy intensos, porque en el primer examen son todos los temas. Ya no sabes ni qué repasarte... con papeles por la mesa... Estuvimos yendo a Martínez Campos hasta el último martes o miércoles antes del último examen, el definitivo. Y teníamos ya unos nervios, unas ganas de quitárnoslo y poder descansar... pero había muchas dudas. Cualquier cosita que nos venía a la cabeza... y los preparadores nos decían que nos planteábamos cosas que ni los propios inspectores podrían saberlo. 

¿Qué ha sido lo más difícil del proceso o que te ha marcado especialmente?

Lo más complicado, y lo es en todas las oposiciones, es la incertidumbre de no saber cuántas plazas te van a convocar y cuándo. También nos afectó mucho la pandemia, el hecho de estar de marzo a junio encerrados en casa sin poder salir. La tensión de vivir una pandemia mundial con tus padres o familiares trabajando o contagiados para mí fue duro, y supongo que para los demás también. Esa incertidumbre de estar estudiando en casa sin saber cuándo vas a hacer el examen. Al final es lo más complicado de una oposición: estar estudiando sin una fecha fija. Siempre dicen que es una carrera de fondo, pero claro, tú vas estudiando, “corriendo”, y no ves el final. Hay que sabe controlar muy bien la mente y buscar vías para escapar: el deporte, la lectura, la música... A mí me ayudaba mucho, sobre todo en la pandemia, terminar de estudiar y hacer deporte, aunque sean 20 minutos o una hora. Sin pasarse...

¿Qué has valorado más de tu paso por el CEF.- o crees que te ha ayudado más para aprobar?

Sin la preparación del CEF.- realmente hubiera sido muy complicado aprobar. Conozco otros opositores que lo intentan preparar por su cuenta, pero llega un momento en que es imposible que tengas ciertos conocimientos sin haberte enfrentado nunca a ello. Lo que más valoro es la ayuda que nos proporcionaban los preparadores, algunos hasta nos facilitaron sus correos y teléfonos para cualquier duda. Y principalmente el sentimiento de “familia” y compañerismo, no solo con los preparadores, sino también con el resto de compañeros. Nunca he sentido que sea una competición, nunca les vi como rivales. Siempre hemos intentado ayudarnos y he sentido esa cercanía. Otras academias no lo sé, pero en el CEF.- a los preparadores siempre los hemos sentido muy cercanos.

¿Por qué recomendarías el CEF.- para preparar esta u otra oposición?

Primero por la cercanía, y las ayudas que se prestan al alumno. Segundo porque los temarios son muy completos, muy bien organizados, y creo que los tienen en cuenta hasta los tribunales de las oposiciones. Y además el CEF.- proporciona clases en telepresencial, presencial, online... se puede adaptar muy bien a personas de prácticamente toda España, y no solo en Barcelona, Valencia y Madrid. Por eso creo que el CEF.- permite esa apertura a toda la población estudiante de España.

¿Opositar es para todo el mundo? ¿Qué cualidades crees que hay que tener?

Sinceramente he sido el número uno de España pero no me considero ni más listo ni más trabajador que nadie. Pero para opositar sí que hay que saber que no lo vas a tener de un día para otro. Hay que convivir con muchos estímulos positivos y negativos externos, y hay que saber renunciar a cosas. No puedes seguir saliendo jueves, viernes y sábado con tus amigos. Yo sabía que opositando a lo mejor podía permitirme el sábado pero un poco, sin excederte. Sabes que tus amigos a lo mejor empiezan a cobrar dinero y tú estás en casa de tus padres... Tus amigos o pareja te proponen viajes... y a lo mejor no los puedes hacer. Quien piense en opositar le recomendaría que lo piense bien. Que si yo lo he sacado lo puede hacer cualquiera, pero hay que saber que tendrás que renunciar a cosas y que no es fácil.

¿Cómo definirías la experiencia en pocas palabras? ¿Merece la pena opositar?

En una sola palabra sería “intensa” (ríe), pero creo que merece la pena. Porque hay mucho sacrificio, pero al final... mírame, tengo 24 años y tengo trabajo ya para toda la vida como quien dice. Hay que sufrirlo pero la recompensa es por ello aún mejor. Como las camisetas del Camino de Santiago que dicen que “sin dolor no hay gloria”; pues eso.

¿Influirá en tu carrera profesional haber sido el primero de tu promoción?

Intentaré llevarlo con humildad, sobre todo al llegar a la escuela. No me ha gustado fardar de haber sido el número uno. Ahí está y hay que saber reconocerlo, pero valoro igual el ser número uno que al que ha sido número 50 y ha estado luchándolo igual. Porque al final es bonito verte como el número uno, dos o tres... pero el esfuerzo ha sido el mismo que el de todos. Es verdad que mi condición me puede beneficiar a la hora de elegir destino, por ejemplo, pero intentaré ser igual de humilde que el que ha sido el último en entrar o el que se ha quedado fuera y lo va a intentar el año que viene.

Aunque me gustaría quedarme en mi Ciudad Real, porque aquí tengo a mis amigos, mi pareja, mis padres... pero también me gustaría vivir la experiencia de ir fuera, a Andalucía, un sitio de playa. Siempre existen los concursos de traslado, así que sí me gustaría probarlo.

¿Qué te llevas del CEF.-? ¿Qué continuará contigo?

De los preparadores, que al final van a terminar siendo compañeros míos en la inspección, me llevo su recomendación. Si tuviera que recomendar el CEF.- lo haría por su cercanía y el compañerismo que hay también entre los propios opositores.