“Los jóvenes de hoy en día viven en una sociedad que tiende a la disgregación”

ENTREVISTA. José Luis Llorente. Exjugador de baloncesto.

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Nacido en Valladolid en 1959, José Luis Llorente Gento, exjugador de baloncesto, forma parte de una conocida saga de deportistas. Sobrino del mítico extremo de Real Madrid, Francisco Gento, se inclinó por el baloncesto, deporte en el que alcanzó numerosos éxitos. Formó parte de la selección nacional que se enfrentó a la norteamericana en la final de las olimpiadas de 1984 y que mantuvo a media España despierta para ver cómo España lograba la medalla de plata tras un vibrante partido. En el club de su vida, el Real Madrid,  logró una copa de Europa, varias ligas y copas nacionales así como dos recopas de Europa y una copa intercontinental. Licenciado en Derecho, estuvo al frente de la Asociación de Baloncestistas y de la Mutualidad de Deportistas y ejerce de profesor de Derecho Deportivo, entre otras actividades. Como él mismo dice, soy “escritor, conferenciante, formador, emprendedor, jurista y, como siempre, estudiante y deportista”.

¿Qué le atrajo del proyecto de BasketBall is Education y la Copa Colegial, en el que usted participa?

Tiene muchos ámbitos atractivos. Los jóvenes de hoy en día viven en una sociedad que tiende a la disgregación y el deporte es una de las formas experimentales que puede llevarles a concebir cómo será la vida en el futuro y a adquirir hábitos y valores fundamentales en el desarrollo de la persona. En ese sentido creo que el baloncesto es un deporte bastante respetuoso con las normas y en el que existe una réplica de la vida normal, con un dirigente que es el entrenado y trabajar junto a otras personas son aspectos que por mi propia experiencia opino que son impactantes y muy positivas para el desarrollo de la persona.

Ha escrito un libro llamado Espíritu de remontada en el que se habla de la automotivación. ¿Cuáles son las claves de esa automotivación?

Las claves para generar energía para uno mismo tienen que ver con lo que te decía antes, y es muy importante dar sentido a  lo que hacemos cada día. Uno puede tener una espiritualidad  y un propósito superior pero luego en el día a día tenemos que dar sentido a todo lo que estamos haciendo y  a partir de ello ir desarrollando los valores de los que te hablaba antes, de carácter práctico, la resistencia,  y otro de carácter ético como la humildad y la responsabilidad. Puedes generar una energía, motivarte cada día,  observar tus avances, disfrutar de lo que haces.

¿Has tenido que emplearte a fondo con muchas de estas remontadas en tu vida profesional y personal?

Sí, pero no tiene ningún mérito. Creo reo que  forman parte de la vida misma. Luis Arzuaga, el antropólogo, dice que a los seres humanos nos encantan los retos. Intentar superarlos de forma constante es muy estimulante.

Ha tenido muchas facetas a lo largo de su vida: escritor, abogado, deportista de élite,  columnista, ¿Qué rol le ha gustado más?

A mí me hubiera gustado seguir siendo jugador de baloncesto. Es lo más divertido. La propia palabra lo dice, jugador,  sigues siendo un niño y haciendo una actividad que es divertida.  Pero ahora disfruto mucho  escribiendo y compartiendo con los demás, hablando con las personas. Intento buscar las cosas que emocionalmente signifiquen algo para mí.

¿Echa de menos aquellos años y ser una estrella conocida?

En relación a lo primero, no echo de menos jugar al baloncesto. Mi mente lo ha descartado totalmente, no hay más que hablar acerca de eso.  Otra cosa es que si tuviera que elegir, elegiría eso porque es totalmente apasionante. Respecto a la notoriedad es algo totalmente secundario y que no aporta nada a las personas. Cuando te toca intentas llevarlo, tiene su parte agradable y también su parte negativa e intentas afrontarlo con la mayor madurez que tengas en esos momentos.

¿Cómo ha cambiado el baloncesto desde aquel  mítico Los Ángeles 84 hasta hoy?

Desde el  84 hasta que me retiré, 13años después, el baloncesto cambió mucho y aún  hoy sigue cambiando. Los jugadores  actuales tienen más condiciones técnicas,  los saltos son más rápidos, se juega de otra forma. El juego se ha robotizado un poco, en mi época era un poco más intuitivo. Los saltos están desapareciendo. El juego ha perdido un poco de intuición aunque sigue teniendo sus atractivos.

Tu caso familiar es muy particular. Muchos miembros de tu familia habéis sido y algunos siguen en activo como deportistas de élite, ¿qué es lo que os hace especiales?

Yo creo que es la pasión por el deporte. También la dura carrera dura hasta llegar a ser profesionales, hay que cumplir ciertas condiciones y requisitos de forma inapelable. Yo creo en eso ya tienen modelos ya establecidos en la familia y esa es la ventaja que poseen.

Siempre se dice que los deportistas tienen una vida profesional corta pero, ¿es una escuela alternativa  para la vida?

Es la vida misma. Me hace gracia esta reflexión. Es una profesión muy corta y diferente. Es cierto que durante esos años  te haces responsable muy joven y eso te prepara para muchas cosas que vendrán después, pones en marcha muchos resortes que luego te serán útiles, pero también es cierto que es un mundo un poco separado  del resto, con poco contacto con la mayoría de las profesiones. Cuando termina tu carrera,  si no has reflexionado, te puede sorprender lo que te encuentras. Creo que para que no te sorprenda lo que tienes que hacer es vivir experiencias profesionales más allá del deporte y estar en contacto con otras realidades ajenas a la propia actividad deportiva.

¿Qué consejo daría a otros deportistas.

Que estudien, que se formen, que en cuanto puedan se salgan de la esfera del  deporte y tomen contacto con otro tipo de experiencias profesionales, así se sorprenderán menos.

¿En qué proyectos está metido actualmente?

Sigo escribiendo, sigo publicando en mi página web,  estoy terminando un segundo libro, y colaboro con distintas organizaciones como la Fundación de Baloncesto Colegial. También doy conferencias sobre todo alrededor de la motivación, agrupación y trabajo en equipo, trabajo con empresas. También tengo un campus de baloncesto.