“Las convenciones de empresa son un tostón”

Entrevista. MAGO MORE.

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Entrevista Mago More

El gran público lo conoce principalmente por sus apariciones en televisión como mago y humorista y en su faceta de actor y guionista de José Mota. Pero Jose Luis Izquierdo Martín (Ávila, 1971), más conocido como “Mago More”, es mucho más que eso. Informático de formación y empresario de vocación, encontró en su vertiente como conferenciante, formador y productor audiovisual para el mundo de la empresa la manera de diferenciarse de su competencia. Se considera un poco visionario y, más que artista, prefiere definirse a sí mismo como un “consultor muy divertido”. Hace siete años le diagnosticaron artritis psoriásica. Esta enfermedad y el nacimiento de su hijo con parálisis cerebral le llevaron a introducir una serie de cambios en su vida que trasladó a un libro: Superpoderes del éxito para la gente normal (Alienta, 2015), que ya va por su decimotercera edición.

¿Cómo arranca su faceta artística?

Yo llegué a Madrid en 1989 para estudiar Informática en la Universidad Politécnica. Me gustaba la magia y  busqué en las Páginas Amarillas una tienda especializada. Para mi fue un shock. Conocí a Juan Tamariz y empecé a relacionarme con el mundo de la magia ya a un nivel más profesional. También comencé a hacer monólogos en el Club de la Comedia y fui compaginando magia y humor.

¿Cómo llegó al mundo de la empresa?

Hay una ley informática, la ley de Moore, que dice que la capacidad de procesamiento de los chips se multiplica progresivamente al tiempo que su tamaño se reduce. Cuando yo descubro YouTube, tengo una especie de visión. Me doy cuenta de que las audiencias se van a fragmentar muchísimo, y que va a ser muy difícil posicionarse como “famoso” en televisión. Salir en televisión está muy bien y te da mucha visibilidad, pero yo vi claramente que eso no era suficiente y que debía buscar otro camino.

¿Por qué la empresa?

Porque es un mundo en el que hace falta prepararse mucho, estudiar. Y, en general, ese no es el fuerte de los artistas. Era mi manera diferenciarme. Yo siempre había presentado convenciones de empresa y pensé que tenía una oportunidad de aportar un valor añadido a ese entorno. Empecé a relacionarme con ese mundo todo lo que pude. Hice un programa de dirección general en el IESE y me estudié todos los libros de empresa que caían en mis manos. Yo mismo soy socio de cinco empresas. Este conocimiento me da una ventaja competitiva muy importante frente a otros artistas.

“En la empresa funciona la ley de la reciprocidad. Todo lo que tu le des al empleado, el empleado te lo va a devolver con creces”

¿Cuál es ese valor diferencial?

Yo no me limito a dar mi espectáculo e intentar ser gracioso. Antes de llegar a una empresa me documento muy bien, hablo con CEO de la compañía, con los empleados. Me empapo de la estrategia, del contexto legal, de las dificultades del sector y hago una actividad totalmente personalizada. Cada nuevo trabajo me lo planteo como un caso de estudio. Y eso, afortunadamente para mí, no lo hace ningún artista,  básicamente porque no entendería nada de lo que le están contando. He pasado de ser el cómico de turno que sale a contar chistes entre los discursos de los jefes a ser una especie de consultor muy divertido. Eso me ha llevado muchos años de esfuerzo y de estudio,  pero es lo que me ha diferenciado claramente.

¿El boca a boca funciona en el mundo de la empresa?

Muchísimo, es un mundo muy endogámico. Si tú quedas bien en una empresa, automáticamente el director de marketing, que es amigo del director de marketing de otra empresa, te recomienda.  Pero también funciona en el otro sentido. Si tú eres muy famoso en la tele pero quedas mal en una convención, eso corre como la pólvora. Un error habitual en algunos artistas es pensar que el show es suyo. El show es de la empresa que lo paga y tú, desde que llegas hasta que te marchas, trabajas para ella. El “famoso” que no entienda esto tendrá una carrera como presentador muy corta.

¿Por qué la combinación humor-empresa funciona? 

Entrevista Mago More

Funciona porque todas las convenciones del mundo son un tostón. Son horribles, aburridas, tienden a meter demasiada información, no se preparan bien y todas cuentan los mismos mensajes, con independencia de la empresa o sector del que se trate. Explican los resultados, lo conseguido en el año, la estrategia del próximo y las herramientas con las que se va a contar. Necesitan a alguien que les oxigene, que introduzca un poco de entretenimiento entre toda esa información. Porque si no se convierte aquello en el Día de la Marmota.

¿El sentido del humor es una competencia laboral más?

Todas las empresas manejan estudios sobre la felicidad en el trabajo y a todas se les llena la boca diciendo que hay que trabajar con sentido del humor, pero la realidad es que hacen muy poco por fomentarlo. No existe mucho sentido del humor en la empresa española. Es más, parece que si te ríes, algo raro está pasando y te miran mal. La clave está en los jefes. Si el máximo responsable de la empresa tiene sentido del humor  y  lo demuestra delante de sus empleados, automáticamente eso permea en toda la organización. Le está dando un mensaje a su gente: “me estoy arriesgando”.  Y eso es muy positivo porque si el jefe se arriesga, se lo pasa bien y disfruta con su trabajo, ¿cómo no te va a arriesgar tú como empleado?

“El error de la gente es que intenta alcanzar sus metas con mucha motivación pero sin fuerza de voluntad”

En las empresas se habla mucho del compromiso de los empleados, ¿cómo se consigue eso?

Yo creo mucho en la ley de la reciprocidad. Todo lo que tú le des al empleado, el empleado te lo va a devolver con creces. Las empresas atraviesan un momento complejo. La tecnología cambia muy rápido y lo mismo sucede con las necesidades del cliente. Son demasiados cambios y, en general, a los seres humanos nos cuesta cambiar. Si tú como empresa ayudas a tus  empleados a cambiar en su plano personal, por ejemplo a través de programas que les ayuden a hacer deporte o a llevar una dieta equilibrada, se van a sentir mejor y es más fácil que luego ellos cambien en el plano profesional. Sin que tú se lo impongas. Porque ya has introducido en ellos la semilla del cambio.

¿Cuáles son esos superpoderes del éxito de los que habla en su libro?

Cuando hablo de superpoderes me refiero a cosas que puede hacer la gente para cambiar en su vida. Si tuviera que resumir el libro en una frase sería: entrena tu fuerza de voluntad. Porque una vez que tengas fuerza de voluntad puedes hacer lo que te de la gana. Esos superpoderes tienen que ver con un cambio de hábitos: sueño, alimentación, meditación, etc. El error de la gente es que intenta alcanzar sus metas con mucha motivación pero sin fuerza de voluntad. Por eso los libros de motivación no funcionan, porque solo te dicen que “si quieres puedes”, pero no te explican cómo. El mensaje adecuado sería: “si quieres y te lo curras, puedes”.