Envidia cochina

Motor

Maximino González Barfaluy
  Miembro de la ACEF.

Empezamos el año 2012, con grandes cambios en nuestro país, con más crisis y con nuevas metas tanto individuales como colectivas. Como siempre digo, todo se refleja en el mundo que en estas líneas trato de acercar al lector. En el mundo del motor.

La crisis nos trae ingentes novedades por parte del sector, con motorizaciones aún más ahorradoras, modelos económicos y multitud de vehículos urbanos. Pero, a pesar de todo, las  ventas siguen cayendo en picado.

Envidia cochina
Foto de Dreamstime.com

Pero del mismo modo nos trae cambios transcendentales para los admiradores del mundo de la competición. La primera es la retirada de Televisión Española como emisora del mundial de motociclismo. Después de 28 años viendo las carreras sin publicidad (para un servidor, toda la vida) disfrutando de los títulos de los nuestros, pasan a ser emitidas por Tele 5, lo que ciertamente no implica para nada una mejora en la calidad de emisión.

Pero lo cierto es que ahí no acaba la cosa, por los pelos no nos hemos quedado sin ver el mundial de Fórmula 1. La cadena Sexta no se podía permitir el pago, y los derechos quedaron sin propietarios a escasos dos meses para el inicio del campeonato. En un año en el que tendremos tres pilotos en parrilla, con equipo y piloto español juntos, algo nunca visto. Pero con  Tele 5 volcada con su nuevo proyecto (motociclismo), las nacionales sin publicidad que pague los derechos, y la Sexta y Cuatro prácticamente en ruinas, solo quedaba una opción para disfrutarlas en abierto, y parece ser que, por suerte, Antena 3 sí las ofrecerá siendo la única pujadora.

Siento que este artículo sea más mediático que de motor, pero el caso es que cosas así no se ven todos los años. Justo cuando más triunfos nos da el deporte del motor, más pegas tenemos para poder seguirlo. Y me pregunto, ¿por qué un partido de futbol es de interés nacional y una competición de motor no? ¿Por qué se subvencionan con dinero público proyectos audiovisuales absurdos y emisiones que garantizan millones de espectadores se quedan en el aire? Sin duda como en todos los ámbitos, económicos, hay más de una mano que va a la saca.

Si yo estoy dudando entre un vehículo y otro para su compra, me interesa que alguien imparcial me diga lo malo que tiene, porque para saber lo bueno seguro que la marca de turno tiene un vendedor más que cualificado

Y ¿por qué entonces el título Envidia Cochina? Simplemente porque ya en el año pasado, surgió una estrella en los medios. El programa de la BBC, Top`Gear, traído de la mano de Cuatro. Sin duda una revelación tardía, ya que lleva en antena desde 1977, y para algunos afortunados entre los que me incluyo llegó a España junto con internet. El programa se ha hecho un hueco gracias a que sus presentadores, además de dar un tono de humor al programa, saben hacer duras críticas, sin pelos en la lengua, tanto a fabricantes como a la administración.

Cualquier asiduo de las revistas que se venden en nuestro país, a poco que se fije, se dará cuenta que todos los modelos evaluados son sorprendentemente buenos, incluso cuando se comparan unos con otros, parece que cuesta sacar defectos a los perdedores. Y me pregunto: si yo estoy dudando entre un vehículo y otro para su compra, me interesa que alguien imparcial me diga lo malo que tiene, porque para saber lo bueno seguro que la marca de turno tiene un vendedor más que cualificado.

El caso es que aquí, a pesar de los éxitos deportivos, hay una cultura pésima de algo tan importante como el automovilismo, tan solo disfrutamos de un  tristísimo Más que coches, y se acabó ¿Dónde quedaron programas como La Segunda Oportunidad con Paco Costas?

Sin duda, que en Inglaterra se pueda matricular un sofá con motor de fueraborda, como quien saca en Madrid el ticket de la ORA, me da envidia. Que tengan un programa como Top Gear, aún más. Pero que además apoyen, retrasmitan y valoren como valoran a sus pilotos, competiciones, parque automovilístico, marcas propias, etc…. eso ya me da Envidia Cochina, y la verdad casi me hace agradecer el fracaso de la Gran Armada, ya que seguro que nosotros destrozaríamos esa cultura del motor.

Un saludo, amigos del motor.