El espíritu emprendedor en España: una gran oportunidad

Carlos Migueláñez Díaz
Máster en Contabilidad Superior por el CEF.-
Miembro de la ACEF.- UDIMA

 una gran oportunidad
Foto de Stock.xchng

España nunca se ha caracterizado por ser un país con espíritu emprendedor y empresarial. Basado en el sector público, que garantizaba una seguridad laboral y una buena remuneración, en líneas generales, la idea de emprender una actividad empresarial o profesional por cuenta propia era deseada por la gente, pero pocas veces realizada. Nuestras cifras de emprendedores son preocupantemente bajas respecto a la Unión Europea y Estados Unidos. La seguridad y comodidad que ofrecía el ser trabajador por cuenta ajena, con unos ingresos estables, chocaba frontalmente con la idea de riesgo producido por el hecho de iniciar una actividad empresarial propia. Entre las razones más comentadas por la gente para montar una empresa propia era no tener jefes, siempre criticados y cuestionados, al igual que la dirección de la compañía, por la forma de gestionar la empresa.

El emprender una actividad empresarial por cuenta propia se dejaba solo a determinadas profesiones, como abogados y arquitectos, o a una falta de desarrollo profesional y personal, favorecido por una situación económica acomodada y un riesgo bajo motivado por una oportunidad más o menos segura de actividad.

Los hechos acaecidos en España en los últimos años han hecho que esta mentalidad cambie. Muchos emprendedores, por desgracia, siguen recurriendo a la actividad por cuenta propia por las mismas razones que siempre: despidos, falta de oportunidades en el mercado laboral o agotamiento o desaparición de su actividad, con la consiguiente necesidad de reciclarse para reintegrarse en el mercado.

El cambio ha quedado reflejado en la aprobación de la Ley 14/2013, de 27 de septiembre (BOE de 28 de septiembre), de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, con medidas dirigidas a potenciar el emprendimiento, como la creación de la figura del Emprendedor con Responsabilidad Limitada (ERL), la simplificación de trámites, incentivos tributarios a los inversores o incentivos laborales y de Seguridad Social. Con ello se intenta rescatar el talento, especialmente de los jóvenes, e impulsar la economía.

Los motivos que han provocado el auge del movimiento emprendedor son los mismos de siempre, pero con un punto de vista diferente. Antes, la perspectiva de establecerse por cuenta propia se veía sin demasiado futuro, como algo que iba a depender más de la suerte que de la propia pericia de los empresarios, mientras que ahora ha surgido una nueva cultura empresarial, capitaneada por una generación joven, formada, apasionada y con ganas de emprender, no solo como vía para poder tener un trabajo, sino también con una fe ciega en que pueden aportar valor y solucionar problemas.

El cambio de mentalidad se produce por una situación económica adversa y un mercado de trabajo precario, pero también por el aumento de la formación y el despertar de gente que desea formar parte de una economía sumida en un proceso de cambio del cual pueden ser partícipes con sus nuevas ideas de negocio y gestión.

El perfil del emprendedor es una evolución del empresario o profesional por cuenta propia de años anteriores. La creencia de que había que tener una dilatada experiencia en el sector para poder dar el salto por cuenta propia ha cambiado. Las nuevas tecnologías y el perfil tecnológico de muchas de las nuevas Start Up confieren un enfoque diferente al emprendedor de hoy en día. Las nuevas ideas de marketing, gestión comercial, redes sociales y hasta conocimientos financieros hacen de estos nuevos empresarios gente más completa, orientada a un mercado cada vez más competitivo.

El perfil del emprendedor es una evolución del empresario o profesional por cuenta propia de años anteriores. La creencia de que había que tener una dilatada experiencia en el sector para poder dar el salto por cuenta propia ha cambiado

El vuelco provocado por la mayor formación y la evolución de las nuevas tecnologías ha producido un incremento de las exigencias para ser empresario, haciendo que la nueva cultura empresarial hable de análisis DAFO, Planes de Marketing y Business Plan, mientras que hasta hace poco el boca a boca y las relaciones establecidas durante años en el sector, eran las que generaban la confianza en el trabajo del profesional siendo ésta su marca y estrategia comercial. Esto también ha provocado que la gente sea capaz de identificar oportunidades de negocio donde antes solo veían problemas y riesgos a la hora de ser capaces de sobrevivir en el mercado.

Por todo ello, este movimiento se ha encontrado con una gran aceptación, tanto social como institucional, orientada a un cambio de modelo económico, aprovechando toda la inversión realizada en formación, en producción y generación de riqueza para el país.

Pero como en todas las actividades, máxime si son nuevas y no están muy arraigadas, se necesita un apoyo, tanto institucional como privado, para que se produzca ese cambio. Estos apoyos no son solo financieros, en forma de subvenciones y ayudas, sino también en formación y cursos específicos para conseguir que los emprendedores tengan el mejor asesoramiento para asegurar la supervivencia de sus empresas. Es importante destacar que la nueva Ley de Emprendedores quiere fomentar esta actividad desde la escuela educando en emprendimiento a las generaciones más jóvenes.

Para las instituciones y para el país supone un proceso de cambio de modelo económico, cambiando el ciclo de la construcción por un modelo más tecnológico y moderno que debe impulsar una serie de reformas orientadas a invertir en proyectos de futuro, generadores de empleo y riqueza para la sociedad, eliminando las barreras burocráticas que limitan o entorpecen una actividad dinámica.

El optimismo y la fuerza de voluntad de esta nueva generación deben servir de estímulo al resto de la sociedad, y por ende a la economía, con unas nuevas ideas para crear una economía moderna en condiciones de competir, necesitando del apoyo y confianza de todos para convertirse en el motor de una economía joven y dinámica que nos sitúe fuera de la crisis.