Eusebio y la Navidad (una historia de muchos cincos)
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Érase una vez... no hace mucho tiempo, de hecho hoy en día, había un niño de 5 años. Se llamaba Eusebio y era un niño muy peculiar porque tenía las piernas muy largas: medían casi 5 metros y 5 centrímetros. A Eusebio le gustaban sus piernas largas porque podía moverse rápido y ayudar a la gente.
Por eso, en su cole le llamaban patas largas. Y lo peor es que lo escribían sin mayúscula, ¿acaso no sabían que la primera letra de un apellido es con mayúsculas?
Eusebio pidió a los Reyes Magos que le hicieran las piernas más cortas, 55 centímetros, y se lo concedieron pero, hacedme caso: se arrepintió 5 veces ¡Uy, me estoy adelantando!
Y es que, 5 días después, sus amigos, los que le ponían de apellido Patas Largas (sin mayúsculas), tuvieron problemas con los de 5.ª y Eusebio no pudo correr rápido para ayudarles.
El 5 de enero del año siguiente, Eusebio quiso tener sus piernas de casi 5 metros y 5 centímetros, pero olvidó escribirlo en su carta. La noche de Reyes se levantó y pilló a los Reyes Magos en persona y les dijo: “Reyes, no quiero juguetes, solo mis pernas de siempre y así os ayudo a repartir los regalos porque podré correr muy rápido”.
Entonces los Reyes Magos le dijeron que mirara la estrella más brillante del cielo que, como imagináis, todas tenían 5 puntas, y, de repente, sus piernas empezaron a crecer y crecer hasta medir casi 5 metros y 5 centímetros.
Eusebeio se sintió feliz y volvió al cole de las vacaciones con sus piernas de siempre y todos sus amigos le llamaron Eusebio SUPERPIERNAS LARGAS, ¡Y TODO CON MAYÚSCULAS!
Marcos Gómez-Álvarez Ruiz