Interpretación de los dibujos infantiles

Belén Soria Ramos
Perito calígrafo y grafóloga experta en documentoscopia.

Grafología

El dibujo es un test proyectivo gráfico. Se llama así porque, al dibujar, el menor es capaz de proyectarse a sí mismo en el papel y desvelar así sus inquietudes, emociones, motivaciones y miedos. Se siente a gusto y libre dibujando, por lo tanto, puede plasmar toda su espontaneidad y su creatividad desde el principio. En edades muy tempranas dibuja garabatos hasta que sus dibujos comienzan a adoptar formas reales con todo tipo de detalles. Las pruebas proyectivas gráficas más comunes son la grafología y el dibujo.

La grafología estudia la personalidad a través de la escritura y la prueba de dibujo lo hace a través de los dibujos y garabatos. La segunda está recomendada en menores hasta los 14 años. A partir de esa edad, ya se puede compatibilizar la prueba de dibujo con la prueba de análisis grafológico de escrituras y firmas, pero antes no resulta conveniente.

“El dibujo consiste en la exteriorización de una imagen mental previamente internalizada” (J. Piaget).

En el dibujo se activan conexiones neuronales y procesos mentales como la lógica, la imaginación o la creatividad. Para ello se realizan los test proyectivos, que son considerados y reconocidos en psicología clínica.

“El recuerdo de las percepciones de la memoria del sujeto influye a los estímulos presentes” (S. Freud).

Los test gráficos los forman los test de dibujo y los de escritura (disciplina grafológica). Los test de dibujos se pueden aplican tanto en menores como en adultos. Se recomienda utilizar los test de dibujo en menores de 14 años, porque el gesto escritural todavía no está automatizado por completo. Durante las diferentes etapas de la escritura caligráfica, el menor está condicionado por la evolución de su aprendizaje, por lo que lo más conveniente es que se apliquen test de dibujo, en lugar de estudios grafológicos sobre la escritura.

“En el acto de dibujar intervienen procesos de coordinación visual-manual, que ponen en juego una gran variedad de operaciones mentales. Para dibujar, el niño pone en marcha los músculos y la información visual que está percibiendo, de forma que el acto motor forma parte de la representación” (Pellicer, 2000).

Existen diferentes etapas del dibujo en los menores. El garabato descontrolado que se alarga, hasta los 20 meses, seguido del garabato controlado, que puede llegar hasta los 30 meses aproximadamente. Poco a poco se vislumbra el nivel de representación, que oscila desde los 30 a los 48 meses, donde el predominio de formas circulares es la manifestación propia del menor y egocéntrica de él mismo. Posteriormente, evoluciona el nivel pre-esquemático, que aproximadamente aparece entre los 3 y los 7 años de edad. Según Machón, en este nivel intervienen la etapa del círculo, la célula y el renacuajo. El siguiente nivel es el esquemático, que se puede observar entre los 7 y los 9 años. En este nivel el menor procesa su pensamiento y utiliza las imágenes mentales que tiene de los objetos que le rodean, con lo que el dibujo será el símbolo de la imagen mental que procese su mente en ese momento escritural.

Finalmente, en la edad de 9 a 14 años aparece el nivel realista o de madurez gráfica, donde el menor poco a poco va abandonando la infancia para inmiscuirse con la adolescencia, donde las formas de los dibujos son mucho más concretas y definidas.

“El dibujo del niño expresa algo más que su inteligencia o su nivel de desarrollo mental; es una especie de proyección de su propia existencia y de la ajena, o más bien del modo en que se siente existir y de las situaciones que vive” (J. Boutonier).

 Test de la casa

El niño dibuja una casa grande, lo cual indica que tiene seguridad en sí mismo y mucha energía.

El tipo de casa plasmado en el papel, que más bien se podría asemejar a un edificio, denota creatividad, a la vez que cierta angustia o ansiedad, que, por otro lado, al no tener tejado, sigue valorándose su creatividad a la vez que su realismo. El trazo es firme, lo que se expresa como buena vitalidad física, emocional y mental. La puerta inexistente significa que todavía tiene cierta desconfianza en los demás y es algo introvertido.

También añade varias ventanas con rejas, indicando angustia, desconfianza y temor, ante la observación del exterior, con los otros. Necesita cierta protección.

La casa llega hasta el suelo (final del folio), y esta es la parte de contacto con la realidad, por lo tanto, implica un deseo de estabilidad y seguridad. El sol y la luna implican protección, tanto del padre como de la madre.

Este test proyectivo y la entrevista realizada posteriormente al menor se desarrolla con total normalidad y corrección, identificándose como muy avanzada para un niño de esta edad.

Test del dibujo del árbol

Hay que destacar que para la realización de esta prueba se le entrega un folio DIN A4, dispone de un estuche con pinturas de colores, lápices, rotuladores y unas tijeras. Se le indica que dibuje un árbol cualquiera, y el niño coge las tijeras y recorta el folio por la mitad, dibujando el árbol en la parte izquierda del medio folio apaisado. Este gesto se considera un acto de rebeldía, ya que no se ciñe a las normas propuestas.

El análisis del árbol corresponde a un tamaño pequeño, lo cual indica que el niño se siente pequeño con respecto a su mundo y a los demás. Tanto por el tipo de árbol, que es árbol seco y sin hojas, como por la copa, que es pequeña, se detecta inmadurez, infantilismo y cierta introversión, que es habitual hasta los 10 años. Se observa buena adaptabilidad y afectividad con el entorno familiar y social. El tronco es grande y alto además de fino y recto. Su interpretación indica que el niño se siente orgulloso de sí mismo, además implica deseos de destacar o sobresalir sobre los demás y tiene muchas ganas de crecer. El liderazgo es una meta alcanzable, aunque a su vez con cierta delicadeza física y de carácter. Reservado y prudente a la vez que reflexivo. No dibuja suelo, lo que se considera con falta de apoyo y cierta inseguridad, pero en este caso es correcto, ya que es común en menores de hasta 10 años.

Test de la familia

Observando al menor en la ejecución de este dibujo, el personaje que dibuja en primer lugar corresponde al padre. Es la figura más grande situada a la derecha. Lo cual indica que es la persona más admirada y respetada por el niño.

Primero dibuja al padre, después a la madre, luego a su hermano y por último, se dibuja a él mismo, que corresponde a la figura central dibujada con orejas. Se interpreta como una ligera baja autoestima, pero es habitual en niños de su edad.

En general, existe un buen ambiente familiar porque las expresiones de los rostros están sonrientes. Es muy receptivo y le gusta aprender escuchando a los demás y además se siente integrado y posicionado dentro del entorno familiar.

Estos tres test se han realizado al mismo niño en el mismo momento escritural y hay que destacar que en el test de la familia se observa las ganas de crecer que tiene. Este aspecto se repite tanto en el test de la casa como en el test del árbol, con lo que hay que enfatizarlo con respecto a otros aspectos que no se repitan en diferentes pruebas o test.

Valoración general de los test casa, árbol y familia

Analizados y estudiados todos los parámetros de estos test proyectivos gráficos del menor de 3 años y 4 meses, destaca enormemente que es un niño con una creatividad muy alta y con mucha actividad. Se fija bastante en los demás, para absorber información de manera rápida, ya que tiene una capacidad muy elevada para aprender fijándose e imitando a los demás y sobre todo escuchando. Su edad mental está por encima de la cronológica. En la evolución de la coordinación motora, se distinguen seis niveles, de los cuales este menor correspondería al nivel cuarto “pre-esquemático” y más concretamente a la etapa “renacuajo”.

Se denomina así porque es donde comienzan a aparecer extremidades, partiendo del círculo. Primero aparecen los ojos, la boca y las piernas, y más tarde la nariz, las orejas y los brazos. Aunque habitualmente es una característica más propia de las niñas y con más edad, en el caso de este menor ya aparece dibujado el cabello, con lo que corresponde con otra característica más adelantada para su edad.

No obstante, para realizar un análisis con rigor completo, y que se corroboren los aspectos y características encontradas, es recomendable aplicar otros tipos de pruebas, además de estos test proyectivos.  

Bibliografía

Biedma, C. J. (Pedro G. D'Alfonso) (1960). El lenguaje del dibujo.

Cerro Jiménez, S. (2019). Interpretación del dibujo infantil.

Corman, L. (1967). El test del dibujo de la familia.

Echevarría, M.ª E. (1992). Grafología infantil.

Hammer, E. F. (1997). Test proyectivos gráficos. Paidós.

Jaén, J. y Peinado, J. (1935). Manual de Paidología.

Koch, K. (1962). El test del árbol.

Xandró, M. (1980). Test de la casa y el pueblo.