El matador

Velocímetro vehículo

Maximino González Barfaluy
Presidente de PROGT Motor Club España

Ocio y cultura

Madrid, 1962, en el seno de una familia “de bien” nace un retoño bautizado como Carlos, un niño destinado a romper todos los moldes. Desde muy pequeño fue apasionado de los deportes (futbol, tenis, esquí, campeón de España de squash, etc.), pero hubo uno que le cambió la vida y no solo a él.

Sin apoyo familiar y siendo aún estudiante de derecho, no pudo resistirse más a su pasión, los rallyes. Y así en el año 1980 y con un modesto R5, se lanzó a su primera carrera. Desde su debut se le vio maneras y poco después en la copa Seat Panda terminó por demostrar su valía, ganándola con solo cuatro carreras disputadas, por falta de presupuesto.

Año tras año fue aumentando potencial, subiendo peldaños poco a poco, pasando de la autofinanciación a ser piloto oficial. En esta primera época aún coqueteaba con los circuitos, siendo infiel al rallye.

En el año 1985 por fin consigue un volante oficial de la mano de Renault, para correr el Campeonato de España, y ahí comienza la leyenda, a los 23 años. Ese primer año ya logró un subcampeonato a pesar de su inexperiencia, resultado que repetiría el año siguiente.

Tras la desaparición de los inigualables Grupo B, Carlos ficha por Ford, lo que le dio la oportunidad de estrenarse en el mundial, además de ganar el campeonato doméstico. Este año también le trajo un regalo de Navidad inigualable. Un nuevo compañero de aventuras llamado Luis. Tras un año más de alternancia entre Nacional y Mundial, y habiendo ganado un segundo campeonato de España, por fin en el año 89 y gracias a la japonesa Toyota pasa definitivamente al mundial.

Quizás a estas alturas ya todos pongamos en imagen ese Toyota Célica con el que logró su primer Mundial en su segundo año con la marca. Se desató por completo la bestia, y el Matador de no ser por la ingente cantidad de percances que sufriría a lo largo de su carrera, habría destrozado todas las marcas. Con la marca nipona aún conseguiría un segundo mundial, y tras fichar por Lancia las cosas se torcieron, quizás un poco. En los siguientes 12 años en los cuales siguió en el mundial, digamos que solo pudo conseguir cuatro subcampeonatos del mundo y otros cinco terceros puestos en el mundial. Quizás por eso tiene la fama de “mala suerte”, pero qué mala suerte. De este modo podemos resumir que de 15 años en el mundial, en 11 de ellos subió al podio.

Su retirada en 2004 llegó de la mano de Citroën y por voluntad propia, ya que en todo el mundo de rallyes le seguían considerando el mejor, pero con un joven francés que venía pisando fuerte al cual le preparó el coche ganador. Tal es así que en 2005 corrió dos carreras del mundial, quedando en 3.ª y 4.ª posición a pesar de no tener “ritmo”, y de contar ya con 43 años.

Muchos pensaron que ese cuento de hadas se había acabado pero nada más lejos de la realidad, ese mismo año ficha por Volkswagen para pasar al mundo de los raids, con un objetivo claro: ganar el Dakar.

Los raids son una modalidad más permisiva con el paso de los años, y siendo como es un ganador nato, que apenas había perdido ritmo, tan solo tardó dos años en proclamarse campeón del mundo de rallyes Todo terreno, aunque su objetivo principal se le resistía a pesar de ganar varias etapas en cada participación, aún no había encontrado el equilibrio entre velocidad y estrategia.

Finalmente, la primera victoria de la carrera más dura del mundo llegó en el año 2010, y, contra todo pronóstico, no cejó en su empeño y siguió buscando equipos para mantener la leyenda viva. Su segundo Dakar sería con Peugeot en 2018, y la tercera victoria este mismo año con Mini, siendo el primer piloto en ganar tres veces el raid con tres vehículos diferentes, y siendo el campeón de mayor edad con tan solo 57 años.

Sin duda no es capaz de soltar el volante y como varias fuentes confirman, ya ni su mujer se plantea tenerle en casa tranquilo, la gasolina corre por sus venas y es irrefrenable. Eterno Carlos, gracias por seguir dándonos tantas emociones y seguir llevando nuestra bandera con orgullo y caballerosidad por donde te bates el cobre con cualquiera.

Por último, hace apenas unas horas (de que se escriben estas líneas) se ha sabido que por fin ha sido nominado para el premio Princesa de Asturias, y solo espero un resultado de esa carrera. Pocos habrá que lo merezcan más, tras más de treinta años de competir al más alto nivel. Y los que le queden.

Gracias Carlos, gracias Matador.