Más reformas
Motor
Maximino González Barfaluy
Miembro de la ACEF.- UDIMA
Foto de Stock.xchng
Feliz 2014, queridos lectores.
Un año más nos encontramos con 365 páginas en blanco (ya alguna menos) para que sean rellenadas con nuevas reformas de tráfico, más éxitos de nuestros pilotos y datos que serán comparados y analizados con respecto a otros anteriores y estudiados para diseñar una futura evolución.
2013 ha sido el año con menos muertes en accidentes de tráfico, desde que se tiene registro (1960), y eso que el parque móvil de entonces era 30 veces menor. Está claro que las mejoras en los sistemas de seguridad pasiva y activa en los vehículos, así como el intenso cinturón de castidad que nos coloca la Administración a los conductores da un cierto resultado.
Los vehículos no tienen apenas carácter, los radares asustan más que la Declaración de la Renta, y las normativas se suceden, sin pies ni cabeza, mejorando un aspecto y empeorando otro.
La nueva ley de tráfico que se espera implantar este año nos da una de cal y otra de arena, eso sí, las palas no tienen el mismo tamaño. Supuestamente como siempre velan por nuestra seguridad, pero a la par velan por las arcas estatales, y por lo visto por los bolsillos de quien se lleva esa ingente cantidad de dinero que provocan los vehículos a motor. La velocidad en algunos tramos subirá a 130 kilómetros/hora, pero en muchos otros casos lo reducen según la anchura de la vía, y por supuesto además de prohibir los detectores de radar, solo por superar en un kilómetro/hora el límite de la vía, ya podrá ser sancionado con unos sabrosos 100 euros. Está claro que no existe un carácter recaudatorio.
Me gustaría que alguien de la Administración Publica explicase por qué ha de ser ilegal montar un detector de radar, cuando los radares deben ser señalizados, no puestos para cazar y asustar al personal. La velocidad debe ser respetada, por uno mismo y por los demás, pero como ya he expresado en anteriores ocasiones, además de tener unos márgenes ridículos, nadie está libre de despistarse levemente y superar un poco los valores establecidos. Una cosa es castigar el circular a 200 por una vía de 120, y otra muy distinta, es que por ir a 125 ya nos quiten 100 euros de nuestras limitadas nóminas.
El tema del transporte por carretera y la movilidad es algo que afecta al desarrollo de todo y de todos
Pero claro en el mundo del motor como en las demás facetas de la vida lo que prima es el dinero. A un rico no le preocupará la sanción económica, al igual que el que pone la norma pone los medios para ser inmune a ella. Eso sí, los recortes presupuestarios sí que se notan en cada metro de carretera sin arreglar, en los que la mayor inversión consiste en poner nuevas señales innecesarias pero que fabricará el cuñado de alguien.
También hemos de reconocer un esfuerzo por ampliar la tolerancia cero en cuanto a la explosiva mezcla entre drogas y conducción. Es un paso importante para evitar comportamientos temerarios en nuestras carreteras por parte de gente cuya conciencia se encuentra más que alterada.
En lugar de adaptarnos a las mejoras que ofrece la tecnología nos frenamos cada día más. Como en otros factores sociales, copiamos solo lo malo, lo fácil y lo que más beneficia a quien pone la norma. Nuestra industria automovilística se está perdiendo poco a poco, los transportistas autónomos están cada día más desamparados y solamente interesan grandes flotas dirigidas por unos pocos. Menos mal que todos los disgustos que nos dan cada día a los aficionados del motor, con cada vuelta de tuerca, nos lo suavizan los fines de semana los éxitos de nuestros pilotos, cada vez mayores en todo tipo de disciplinas. Pero no solo de ilusión vive el hombre, y el tema del transporte por carretera y la movilidad es algo que afecta al desarrollo de todo y de todos.
Por favor señores, no lo olviden porque metro a metro se hace un kilometro y la seguridad, la prevención y la cordura en la gestión del tráfico rodado puede ser tan importante como tantas otras cosas para poder salir de este atasco que tenemos en España.
Un fuerte acelerón.
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