Muerte sobre ruedas

MOTOR

Maximino González Barfaluy
Miembro de la ACEF.- UDIMA

Muerte sobre ruedas

Hoy es domingo 5 de junio, hace un maravilloso día primaveral o más bien veraniego, y me encuentro sentado cambiando las líneas que esperaba compartir sobre nuestra afición con ustedes días más tarde en nuestra revista. El motivo ha sido una noticia de las que siempre se desea no dar.

Este fin de semana en casa, en España, durante los entrenos libres del gran premio de Cataluña, hemos perdido a uno de los nuestros. El apasionado motociclismo nos ha dejado sin un joven piloto de moto2, Luís Salom de tan sólo 24 años, fallecido mientras pilotaba su moto.

Luís no era de los pilotos que a todos llaman la atención, pero tenía un futuro prometedor. Cualquiera conoce a Lorenzo, Márquez o Pedrosa, pero hay muchos más compatriotas compitiendo, con infraestructuras más modestas pero con ilusión y sacrificios iguales o mayores para conseguir su sueño sobre las dos ruedas. Luis era uno de ellos, como los otros ocho más que engordan la lista de pilotos caídos en competición, que también merecen su homenaje. Yo como motero entiendo y siento la pena por la pérdida, pero brindó al cielo y en homenaje a él, ya que se fue como más quiso, pilotando.

Cuando nos ponemos delante del televisor y vemos a los pilotos hacer cosas increíbles creemos que todo está más que controlado, pero ellos lo saben, se juegan la vida en cada maniobra. Son apenas niños, risueños ante las cámaras cuando les enfocan, pero en cuanto se ponen los tapones y el casco su mirada cambia, miran más allá del horizonte, se concentran de cara a la muerte y no parpadean al cruzar mirada con la parca.

Ellos, todos ellos lo saben, todos los moteros lo sabemos, que está ahí, detrás de cada curva esperándonos  la “novia fiel" para llevarnos consigo. Y la esquivamos, al menos por otra curva más, siempre que podamos. Salom no pudo esquivarla, y era su destino quizá inevitable. Para nosotros conductores de vías públicas a veces es así también como en el caso de los 247 caídos en 2015, pero hay una diferencia, una gran diferencia. Nosotros no debemos ser egoístas, circulamos con más gente que no tiene por qué jugar a ese juego con los límites, para eso están los circuitos y por eso debemos aumentar las precauciones.

Luís no era de los pilotos que a todos llaman la atención, pero tenía un futuro prometedor

Las medidas de seguridad están en constante evolución pero el riesgo siempre está, y seguirá estando; por eso lo que hacen ellos no lo puede hacer cualquiera, por eso están hechos de otra pasta, por eso nunca los olvidaremos.

Y así, al bajarme de la moto hoy he vuelto a dar las gracias, por llegar sano y volver a abrazar a mi gente y ahora sumo un espíritu más para que me acompañe, el del 39 de Salom, porque está claro que está en el cielo motero y por eso se brinda con él y con tantos otros como Dani Rivas, o Bernat Martinez.

Esperemos que esta situación no se vuelva a producir, aunque todo el mundo sabe que solo hay dos tipos de moteros, los que se han caído, y los que se caerán. Que esas caídas no tengan consecuencias tan graves y nos tengan que esperar un poco más en el Valhala de las dos ruedas.

No todo dependerá de nosotros pero sí lo fundamental: no hacer el loco, no apurar hasta el límite en carretera abierta, tener siempre una conducción defensiva y no agresiva,  respetar distancias, mantener en forma las monturas, nos facilitará seguir disfrutando de la carretera, de la conducción de la moto, de la libertad que conlleva, hasta bajarnos sonrientes y fatigados, pero sanos y salvos.

Descansa en paz Luís.

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