“Solvencia II va a fortalecer e incrementar la confianza en el sector Seguros”
Entrevista. FERNANDO MORENO. Director de Supervisión y Riesgos de Seguros Santalucía
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Licenciado en Económicas y en Actuariales, ya desde los últimos años de carrera Fernando Moreno (Madrid, 1970) tuvo claro que quería opositar. Aprobó sucesivamente Gestión de Hacienda e Inspección de Seguros, ambas preparadas en el CEF.-. Ahora, tras 22 años en la Administración Pública, los cuatro últimos como Subdirector General de Inspección en la Dirección General de Seguros, desde el pasado día 1 ha dado el salto a la empresa privada, asumiendo la dirección del nuevo departamento de Supervisión y Riesgos de Seguros Santalucía. Un reto que le ilusiona porque le permite seguir creciendo como profesional y que compagina con otra de sus grandes pasiones: la preparación de los futuros inspectores de seguros en el CEF.-.
¿Cómo ha sido su relación con el CEF.-?
Entré en el CEF.- en el año 93 como opositor. Aprobé Gestión de Hacienda en un año medio y comencé a trabajar como auditor en la Intervención General del Estado. Entonces estuve un año desvinculado de la casa, pero después de ese periodo “sabático” volví para comenzar a preparar Inspección de Seguros. Aprobé en 2001 y en 2002 Ángela de las Heras me ofreció impartir clases a los que hasta hacía muy poco habían sido mis compañeros. Dar clases en el CEF.- es como un regalo. La docencia me encanta y es enormemente gratificante ayudar a otras personas superar una oposición. También me ha permitido hacer grandes amigos y conocer a excelentes profesores como Fernando Avilés, Sotero Amador, Antonio Corral, Casimiro Santos y Enrique Wucher, que me han dejado una honda huella.
¿Cómo se vive el salto de lo público a lo privado?
Con muchas ganas e ilusión. Emprendo un nuevo desafío profesional que me está permitiendo conocer el mundo de los seguros desde otro punto de vista. Implicarme en la gestión y en el funcionamiento diario de una gran compañía como es Santalucia y en la toma de decisiones con trascendencia en el día a día de los asegurados. En realidad, entre lo público y lo privado no existen tantas diferencias como pudiera pensarse. Cuando estaba en la Administración trabajaba para el interés público, protegiendo a los asegurados e impulsando el desarrollo y la transparencia del sector. Ahora en la compañía, desde “el otro lado”, persigo esos mismos objetivos con nuestros clientes.
¿Qué le atrajo del proyecto?
Muchas cosas. En primer lugar, la compañía. Santalucía es un referente en el sector, actualmente la décima en el ranking de aseguradoras, cerca de 600 empleados y una enorme solvencia. Una empresa con casi 100 años de historia, familiar y española que basa su estrategia en una estrecha relación con los asegurados. La cercanía es fundamental para nosotros. Una cercanía que parte de la escucha a nuestros clientes como vía para fortalecer nuestro compromiso de “cumplir con lo que se dice”. Sin sorpresas, cuidando los detalles, con humildad y transparencia y manteniendo el diálogo abierto con nuestros asegurados más allá de la venta. En segundo lugar, me atrajo el proyecto en sí, ya que se trataba de crear un departamento desde cero.
“Las diferencias entre los ámbitos público y privado no son tantas como pudiera pensarse”
Háblenos de esta Dirección. ¿Cuáles son sus funciones?
Mi función es la de velar por que todo funcione correctamente, de acuerdo a la normativa aplicable al sector, y vigilar que las decisiones que se tomen en la compañía se realicen con el mayor rigor técnico y actuarial. También me aseguro de que se midan y valoren correctamente los riesgos a los que está expuesta la entidad. Se trata de una función que es especialmente necesaria a raíz de la entrada en vigor, desde el pasado 1 de enero, de Solvencia II, el nuevo proceso de supervisión y valoración de la solvencia de las compañías de seguros. Esta normativa ha obligado a las entidades aseguradoras a mejorar sus procesos de control interno y supervisión en cuestiones relacionadas con la auditoría interna, cumplimiento normativo, revisión actuarial o riesgos, así como a mejorar sus niveles de transparencia e información.
¿Era necesaria esta nueva legislación?
Solvencia II es una nueva forma de supervisión y valoración de la solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras que se basa en tres pilares fundamentales. Uno cuantitativo como es la valoración y análisis de los riesgos a los que tienen que enfrentarse las entidades aseguradoras por su actividad diaria; un segundo pilar basado en un mayor nivel de desarrollo de gobierno corporativo, y un tercero basado en mejorar la trasparencia al mercado de la actividad de las entidades. Si bien es cierto que el sector asegurador ha soportado muy bien la crisis vivida en estos últimos años, un reforzamiento de capital, junto con un mayor desarrollo en el sistema de gobierno de las entidades, va a suponer un fortalecimiento del sector y por tanto una mayor confianza en el mismo.
¿Cómo cree que puede ayudarle su amplia experiencia en sector público para sus nuevas responsabilidades?
Creo que me va a ayudar mucho. Hay que tener en cuenta que desde la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, primero como inspector y posteriormente como subdirector general de Inspección, mi función estaba precisamente en la supervisión de la solvencia de las compañías de seguros. Estoy seguro que esos 15 años de experiencia van a ser muy positivos para generar confianza en la toma de decisiones.
¿Cómo vive un sector tradicional como es el de seguros la actual transformación digital de las empresas?
El mundo digital ha cambiado drásticamente la forma en que operan las empresas, desde el modo en que se relacionan con sus clientes, ciudadanos y proveedores, hasta las relaciones con sus empleados. Desarrollar una capacidad digital integral e integrada es clave para ser competitivos en un entorno en constante cambio. Desde Santalucia hemos abordado este proceso apostando por poner al cliente en el centro de todas nuestras actividades como estrategia, y adaptando la cultura, los procesos y las capacidades de la organización para canalizar esta disrupción digital, pero sin olvidar los nuevos modelos de creación de valor basados en la colaboración abierta entre comunidades.