La novela de la Bolsa (Capítulo 66)
EL SÍMBOLO
Hamilton Jones
Los protagonistas encuentran un proyecto realista y viable sobre el que trabajar y poder ayudar a la sociedad, modificando un misterioso programa informático, dedicado en sus orígenes a la Bolsa, para que pueda emplearse en una de las facetas más necesarias en la actualidad, como es la de la Dirección Empresarial en general y la del emprendimiento en particular. En este capítulo continúan dándole vueltas a las modificaciones necesarias a efectuar para adaptar el antiguo programa a sus nuevas utilidades.
Khen Ho Toh. 123rf
Terminé agotado la interminable reunión con los programadores e inmediatamente llamé a Ballestá y le dije -Ven rápido que repasaremos todas mis anotaciones por si falta algo, que cuatro ojos, a veces, ven mejor que dos.
-Ya estoy aquiii -gritó Ballestá cuando llegó al cabo de tres horas, y añadió- -¿cómo ha ido todo?
-Estoy asombrado Ballestá. Nos estamos haciendo viejos, pero todo vuelve. En vez de crear un único programa que pueda hacerlo todo, los programadores quieren hacer un conjunto de programas que efectúen cada uno de ellos una función específica y a eso le llaman una aplicación. Lo asombroso es que en mis tiempos, y te hablo de cuando los ordenadores funcionaban con tarjetas perforadas, a mí me licenciaron en la Honeywell Bull con el título de “Analista de Aplicaciones”.
-Hace mucho de eso, ¿no? -contestó Ballestá-.
-Y tanto -le respondí-. En aquella época no existía aún en España la licenciatura informática y para los cuatro chalados que nos gustaba eso de los ordenadores el camino a seguir, para dedicarnos a ello, era realizar primero una carrera técnica, ingeniería principalmente, y luego solicitar plaza de formación en IBM, NCR o en Honeywell Bull que así se llamaba entonces esta última.
Las empresas anteriores efectuaban la formación gratuitamente porque cuando vendían un ordenador tenían que vender también el sujeto que lo hiciera funcionar. A mí me colocaron en una empresa con el pomposo título de Jefe del Centro de Cálculo para poder conseguir venderles un aparatoso ordenador que ocupaba toda una sala, y me pusieron al mando de dos señoritas perforistas de tarjetas, tres programadores Cobol y un operador, que era el único que entraba en contacto físico con el ordenador.
-Y tú qué hacías -preguntó Ballestá-.
–Pues me dedicaba a hablar con los responsables de los distintos departamentos y en función de lo que querían o necesitaban escribía lo que entonces se llamaban “cuadernos de carga” que no eran otra cosa que escribir en lenguaje normal cada uno de los programas, para pasárselo al programador Cobol que estuviera libre en aquel momento, con los enlaces necesarios a través de ficheros, para realizar la labor acordada, y al conjunto de todos los cuadernos de carga es a lo que se llamaba “aplicación”. Vamos, lo mismo que quieren montar los programadores, porque dicen que para cosas tan específicas como lo nuestro, está de moda eso. Lo dicho, todo vuelve.
–De cuántos programas hablasteis…-preguntó Ballestá-.
–Hablamos de cinco o seis programas, que saldrían agrupados en un panel de bienvenida para que se pudiera acceder a cada uno de ellos por separado, pero antes de llegar a esas conclusiones tuvimos una discusión a fondo sobre los conceptos de “Factores Positivos” y “Factores Negativos” que manejábamos tú y yo inicialmente. Aquí he de reconocer que la discusión la ganaron los programadores, por esa rara facilidad que tienen de ver todas las facetas que pueden ocurrir, producto de la práctica, ya que si algo puede suceder y no está programado de antemano, si sucede, el programa colapsa y eso le puede ocurrir hasta a los mejores departamentos de informática existentes en el país. Te pongo un ejemplo reciente.
Una entidad financiera de gran prestigio con certificación AENOR de Europa y que ha sido elegida “Best Bank in Spain”, entre otras cosas por su “innovación tecnológica”, tiene bloqueada la herencia de una amiga mía porque su equipo de programadores no tuvieron en cuenta todas las posibilidades que se pueden dar, al acceder un empleado de a pie desde una oficina local al sistema informático.
Ballestá me miró incrédulo, pero no dijo nada.
–Resulta que mi amiga es la heredera de dos hermanos ancianos que murieron en muy poco tiempo y en sus respectivos testamentos se heredaban unas rentas vitalicias. El problema es que la empleada de la oficina local de la entidad desbloqueó primero los fondos del que falleció en último lugar y ahora no pueden desbloquear los fondos del que falleció primero porque el sistema informático no lo permite; pero si por casualidad lo hubiera hecho al revés, desbloqueando primero los fondos del que falleció primero y luego desbloqueando los fondos del que falleció en segundo lugar no habría habido problema alguno.
–Bueno pero eso tendrá arreglo, digo yo -contestó Ballestá-.
–Que te crees tú eso, mira el informe que me ha dejado mi amiga de lo que le dicen en la entidad-, y le ensené el e-mail que me había remitido el departamento ad hoc de la entidad financiera a mi amiga y que decía…
TITULARES DIFUNTOS: CARMEN S D e IGNACIO SD, CONTRATO Nº: 9690.20.3202634.18 RENTA VITALICIA EXPEDIENTE Nº: 135145 (A indicar en todas sus comunicaciones).
La resolución no depende de nuestro departamento. Se encuentra priorizada dentro de las peticiones cursadas al Área de Sistemas Informáticos desde donde, dada la gran cantidad de proyectos en ejecución, mantienen estricto orden de realización, informándoles tan pronto tengamos una resolución.
–Y mira también lo que le han contestado los de atención al cliente al escribirles contando todo lo anterior:
Respuesta a su consulta de referencia: 8-2814873472.
En respuesta a su correo electrónico, lamentamos la situación que nos expone y le comunicamos que la hemos remitido al responsable del Área de Negocio de la oficina afectada, para que realice las gestiones que considere oportunas.
Le agradecemos que haya contactado con nosotros. Si desea más información relacionada con esta cuestión, diríjase de nuevo a nuestro servicio, informando el número de referencia arriba indicado.
Ballestá no se lo podía creer y yo dije finalmente, –-todo el follón viene porque al programar el sistema no se tuvo en cuenta que alguien podía intentar desbloquear fondos relacionados en orden cronológico inverso al de los fallecimientos. Veremos cómo termina todo porque en los follones informáticos se sabe cómo se empieza, pero no se sabe nunca cómo se acaba.
–Bueno, a lo nuestro, qué pasa con los Factores Positivos y Negativos de nuestro sistema que discutiste con los programadores...
–Pasa que hay que cambiarles el nombre. Me explico: Imagina que procesamos el siguiente y antiguo grafico histórico del paro:
Nuestro sistema es capaz de decirnos el porcentaje de reducción habido en el conjunto de factores que tienden a hacer subir el gráfico junto con el porcentaje de aumento experimentado por el conjunto de factores que tienden a hacer bajar el gráfico y también lo más importante, cómo hay que actuar sobre los primeros y los segundos para que el gráfico suba o baje. Pero si, sistemáticamente, llamamos, como pretendíamos, factores positivos a los que hacen subir los gráficos y factores negativos a los que hacen bajar los gráficos, en este caso tendríamos que llamar Factores Positivos al conjunto de los que elevan el paro y Factores Negativos al conjunto de los que hacen bajar el paro, lo cual suena fatal, fatal. Si el gráfico fuera un histórico de resultados de una empresa no habría problema, en llamarlos positivos y negativos, pero necesitamos nombres que sirvan para cualquier tipo de gráfico.
-Tienes razón, -dijo Ballestá- pero podríamos llamarles Factores Alcistas y Bajistas.
Le contesté que también lo habíamos discutido, pero suena mucho a argot bursátil y por experiencia sabemos que a bastantes empresarios no les gusta el tema de la Bolsa.
–La decisión ha sido llamar Factores UP a todos los que pueden hacer subir el gráfico y Factores DOWN a todos los factores que lo pueden hacer bajar.-
–Pero para eso ya existe el análisis DAFO -respondió Ballestá-, y le contesté…
–El análisis DAFO, a veces denominado FODA, es la metodología más conocida y comúnmente utilizada para analizar eventos que evolucionan en el tiempo, desde varios puntos de vista, tanto internos (Debilidades / Fortalezas) como externos o del entorno (Amenazas / Oportunidades). Por tanto la se trata de siglas que corresponden a estas cuatro palabras: Debilidades / Amenazas / Fortalezas / Oportunidades.
El procedimiento es muy sencillo. Se trata de identificar las debilidades y las fortalezas que afectan al evento, pero también las amenazas y las oportunidades que inciden sobre el mismo. El conjunto de fortalezas y oportunidades son los Factores UP y el conjunto de debilidades y amenazas son los Factores DOWN, pero existen tres tipos de análisis DAFO o FODA:
1.- FODA TRADICIONAL que es eminentemente cualitativo, aproximado y de escasa precisión.
2.- FODA PONDERADO que intenta ganar precisión ponderando los factores detectados.
3.- FODA DINÁMICO que intenta ganar precisión utilizando elementos conocidos y probados.
4.- FODA MATEMÁTICO que intenta ganar precisión usando el software creado por M.H. Vogel.
Los cuatro tipos de análisis DAFO o FODA anteriores (en inglés SWOT) forman parte del arsenal de herramientas para abordar cuestiones ESTRATEGICAS, para las cuales se dispone de muchos procedimientos que culminan con el CUADRO de MANDO de Kaplan y Norton, pero el Análisis de Factores UP & DOWN pertenece al nivel de la inmediatez ya que es una herramienta fundamentalmente TÁCTICA. En efecto:
La ESTRATEGIA responde a la pregunta de “qué tenemos que implementar o modificar para que cambie la trayectoria del evento y pueda aproximarse a los objetivos futuros”; pero la constancia de ir en la buena dirección no es constatable inmediatamente ya que trabajamos en el medio o largo plazo.
La TÁCTICA, por el contrario trabaja en el plazo inmediato y la herramienta que utiliza es fundamentalmente la intuición basada en el know-how cuyo significado es tan solo "saber cómo hacer algo pronto y bien hecho", pero hasta la llegada del Análisis de Factores UP & DOWN no se disponía de una herramienta científica específica para abordar la Táctica.
Naturalmente el análisis UP & DOWN al ser táctico es el complemento perfecto del análisis FODA estratégico, pero muchas veces sucede que en las empresas medianas y sobre todo pequeñas no se realizan los análisis FODA, porque consumen un tiempo necesario para actividades más inmediatas, y se suplen por el procedimiento de la intuición basada en el know-how mencionado anteriormente, que es inminentemente táctico; es decir que se obvia la estrategia y se aborda el problema directamente con la táctica y es a eso a lo que se refiere el lenguaje coloquial cuando habla de “emprendedor apagafuegos”. En estos casos simplemente introduciendo los datos del gráfico en nuestro software para su procesado, el sistema nos informará sobre qué factores hay que actuar y en qué proporciones para conseguir que la curva del gráfico se oriente inmediatamente hacia la dirección deseada».
C O N T I N U A R Á