El año de la verdad
Maximino González Barfaluy
Presidente de PROGT Motor Club España.
Ocio y cultura
Bienvenidos al nuevo 2022, un año cargado de ilusión, al menos en el motorsport. En el momento de escribir estas líneas, tenemos por delante un año deportivo, en el que se espera la vuelta de grandes héroes del pasado, así como la consagración de los nuevos espadas, y todo ello regado con una buena batería de nuevas normativas deportivas.
Para empezar el año pudimos ver cómo las nuevas tecnologías se afianzan también en el Dakar, con Carlos Sainz ganando dos etapas con su AUDI híbrido, y con un total de cuatro victorias para el equipo Alemán. Pero no solo de baterías vive el hombre y el equipo BRX, con Orlando Terranova y el español Dani Oliveras de copiloto, también tuvieron una victoria de etapa con un vehículo de combustión interna pero con un combustible totalmente ecológico, muestra de que hay más soluciones que la tan promocionada electrificación.
Por otro lado tenemos el retorno de un mundial de F1, más caliente que nunca. Después del trepidante mundial que nos brindaron Hamilton y el campeón Max Verstapen, hasta el último suspiro en 2021, este nuevo año viene con una novedad tan importante como discreta, la vuelta del efecto suelo. En el año 1983 fue prohibido el efecto suelo en los monoplazas, por lo peligroso que resultaba. Pero la fórmula 1 tiene nuevos propietarios que provienen del otro lado del charco, y ahí no se andan con chiquitas.
Desde hace años la competición más elitista del mundo del motor adolece de una incapacidad total para generar adelantamientos puros, competición mano a mano como antaño. La falta de sonido por los nuevos motores híbridos V6 tampoco ha ayudado mucho a recuperar entusiasmo, con lo que poco a poco se ha perdido interés por la misma. Este año ha sido una buena excepción, gracias a la locura de Max, pero hacen falta cambios drásticos, y todos tienen que ver con el “aire” que se respira.
El problema es que con coches tan desarrollados aerodinámicamente, es muy difícil mantenerse detrás de un competidor para intentar adelantar en la apurada de frenada o en plena curva, ya que el vehículo que va delante genera unas turbulencias que hacen que el perseguidor pierda adherencia. La solución que se dio fue crear el DRS, implantado allá por 2011. Consistente en un alerón móvil trasero, que en ciertas partes del circuito (rectas todas) un vehículo consiguiera muchísima más velocidad punta al reducir su carga aerodinámica.
Es cierto que ha conseguido aumentar los adelantamientos, pero en su inmensa mayoría se producen en recta, simplemente por diferencia de velocidades, sin tener mucha importancia la pericia del piloto.
En cambio con la implantación del efecto suelo de nuevo se consigue evitar los problemas que generan las turbulencias del vehículo precedente, con lo que se amplían los rangos para adelantar, sin tener que depender de esa diferencia de velocidad punta artificial. De hecho gran parte de los aficionados estamos deseando el fin del DRS, para que los duelos sean más naturales.
Sea como fuere, este año contamos con esa gran novedad que debería aumentar el espectáculo, sin olvidarnos de la gran representación nacional que tenemos en parrilla. Con un Carlos Sainz Jr, en su momento óptimo de maduración, que ha demostrado en su primer año en Ferrari que puede ser perfectamente el primer piloto de la marca. Sin duda es su momento de dar el salto definitivo después de sus cuatro podios y quedar por delante de su compañero de equipo (y supuestamente primera lanza) Leclerc.
Pero ¿y el plan? Alonso tiene un plan. Nadie sabe cuál es, quizás ni siquiera él mismo, pero está ahí. En su año de retorno, el abuelo de la parrilla ha sido capaz de hacer un podio con el modesto Alpine, le consiguió una victoria a su compañero de equipo, frenando al todo poderoso Mercedes de Hamilton, y fue capaz de quedar por delante de su compañero en la clasificación general al término del mundial. Y es que Fernando no ha vuelto para pasearse, sino que tiene un plan, y sea como fuere, seguro que nos hará disfrutar.
Pero no solo de 4 ruedas vive el hombre, también tenemos por delante un mundial de motociclismo apasionante, el primero tras la retirada de il Doctore Valentino. Un mundial de moto GP, que tras nueve años de victorias españolas se lo han llevado fuera de casa, y donde nuestra armada al completo tratará de reconquistarlo, con Marc Márquez a la cabeza esperemos plenamente recuperado.
Y en estas breves líneas no da para más, dejándome tantos nombres y tantos pilotos que nos representan y nos hacen vibrar, pero no puedo dejar de nombrar a uno que ha llegado, y tiene toda la pinta, para quedarse muchos años. Ojo con Pedro, Pedro Acosta. Sin más.