KLIMT La experiencia inmersiva
Luis Miguel Belda García
Ocio y cultura
¿Ya no nos vale quedarnos de pie observando un estático cuadro en un museo? ¿Pasó a la historia recrearnos durante minutos frente a una tela enmarcada colgada en una pared?
De un tiempo a esta parte el arte se mueve, y con el movimiento el observador no parece estar desencantado. Es más, como nunca antes, parece que al arte le pide lo que ha sido bautizado como experiencia inmersiva, esa que te puede llevar gracias a las nuevas tecnologías a sentir, puede ser, las mismas sensaciones que experimentó en su día el autor de la obra que tenemos ante nuestros ojos.
De algún modo, de eso tratan muchas actividades culturales que han puesto de moda el arte en movimiento haciendo de lo audiovisual arte en sí mismo, sin que ello desvirtúe la obra original; bien al contrario, como gusta a mayores como menores, el arte podría reconciliarse de esta forma con la generalidad de los potenciales observantes, como ocurre con una compleja obra de Gustav Klimt, recreada en Matadero por obra y gracia de la luz, la imagen y el sonido.
Hasta septiembre se puede asistir a MAD, Madrid Artes Digitales, y a su primera producción inmersiva de gran formato basada en la obra de Klimt. Proyecciones inmersivas de gran formato con 1.200 metros cuadrados de pantalla de realidad digital inmersiva, experiencia con gafas de realidad virtual, espacios expositivos y herramientas interactivas conforman una propuesta cultural ambiciosa y espectacular para todos los públicos que permite al espectador sentirse dentro de las pinturas y de los edificios que Klimt decoró.