María

Una pila de libros adornada con esferas navideñas y una cinta roja en una mesa de madera, con un fondo verde

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Después de mis años de estudiante he observado que en la historia ha habido muchas mujeres muy importantes para la medicina, la literatura, la astronomía, la moda o la política, de las que sabemos poco, y cuyos avances y logros en muchos casos han quedado a la sombra de hombres poderosos. Hace tiempo que al leer relatos antiguos trato de imaginar cómo serían las mujeres del pasado, y hoy mi imaginación me ha llevado a Nazaret, donde estoy segura de que María, al igual que muchas otras mujeres, tuvo unas vivencias extraordinarias de las que nos han contado muy poco. De los datos que nos han llegado a través de los años y de los que no, surge este relato que seguramente tiene más de real que de ficticio. ¿Te vienes a Nazaret a conocer a María?

“En Nazaret, en una pequeña y acogedora casa de ladrillos blancos vivían Felipe y Virginia, una pareja feliz dedicada a la ganadería cuya mayor ilusión era tener descendencia. Fueron pasando los años y, cuando menos lo esperaban, Virginia se quedó embarazada. El 8 de marzo, Virginia dio a luz a una niña preciosa a la que llamaron María. María era una niña alegre, inteligente y muy despierta que adoraba los animales y los cuentos, y cuya pasión era cuidar a los más enfermos. Cuando era solo una niña, vendaba las patas a las gallinas, curaba las heridas de las vacas y, si su padre la dejaba, atendía los partos de las ovejas. Con el paso de los años, su pasión fue creciendo y Virginia veía cómo su hija cada vez mostraba más conocimientos atendiendo animales y personas enfermas, y una noche decidió hablar con ella: “María –le dijo– he visto cómo eres capaz de ayudar en alumbramientos, curar heridas y atender fiebres, pero quiero que entiendas que tus actividades médicas deben quedar en secreto. Nosotras, las mujeres, podemos poner paños, coger la mano de los enfermos y llorar si alguno fallece, pero no nos está permitido ejercer la medicina. Muchos hombres se extrañan cuando te ven hacer ungüentos, cerrar heridas y vendar extremidades dando órdenes a los que te rodean. No te puedo pedir que dejes de lado tus sueños, pero debes ser cuidadosa y no llamar la atención de los más poderosos”.

María entendía lo que su madre quería decirle, veía a las chicas de su edad dedicadas a las labores de la casa, pero no podía evitarlo, para ella aprender cada enfermedad y poder curarla era gran parte de su felicidad, y aquello que su madre temía, ocurrió. Mientras María ayudaba a un leproso, un guardia del emperador la detuvo y la llevó presa por ejercer una profesión exclusiva de los hombres. Cuando iba llegando al castillo para ser castigada, un hombre llamado José le dio unas monedas al guardia a cambio de su libertad. Al principio María se mostró molesta con José, pero después descubrió que era un hombre bueno y con el paso de los días se enamoró de él, viendo que respetaba su pasión y la apoyaba en sus avances. En secreto, María se había convertido en la curandera de Nazaret y hasta los hombres más poderosos buscaban sus cuidados. Un día, cuando volvía de atender a un niño, un ángel se apareció ante ella y le anunció que sería la madre del Salvador. No fue fácil entender su misión, pero como mujer valiente que era, habló con José y ambos se prepararon para ser los padres del hijo de Dios. Durante su embarazo no dejó de curar a todo el que lo necesitaba, pero aquellos a los que salvó la vida se volvieron en su contra, y buscando al que sería nuevo rey de los hombres, comenzaron una persecución que llevó a José y María a huir una noche de Nazaret. Todos sabemos que Jesús nació en un pesebre en Belén, pero seguramente nadie os ha contado que fue María quien guio su propio alumbramientoy los cuidados del recién nacido, convirtiéndose en la madre del hijo de Dios, al que se conoce como el gran “médico del cuerpo y el alma”.

María siempre ha permanecido en la sombra, pero al igual que muchas otras mujeres de nuestra historia, fue mucho más de lo que nos han contado...

Martina Sevillano Sanjuan
Categoría C (de 12 a 14 años)