Dudas sobre la inclusión de algunos activos y gastos en los proyectos de inversión: el coste de oportunidad, el coste hundido y el tratamiento de los gastos de I+D+i

Álvaro Martínez Arnaiz
Profesor de Finanzas Estructuradas y Viabilidad de Proyectos de Inversión en el Grupo Educativo CEF.- UDIMA
Finanzas
Los activos en propiedad ya pagados y afectos al proyecto de inversión: el coste de oportunidad
¿Qué ocurre si un activo que intervenga en el proyecto de inversión no hay que comprarlo porque ya se posee? ¿Cuál es el importe por el que hay que incluirlo en el análisis?
Estos activos ya pagados, que no suponen una salida de caja, sí deben tenerse en cuenta a su valor de mercado en el momento de la valoración. Se reflejarían por el coste de oportunidad, es decir, la cantidad que dejaríamos de percibir si ese activo, en lugar de afectarse al proyecto, se vendiera a ese precio de mercado.
Los gastos en el estudios previos: el coste hundido
Por otro lado, otros gastos previos que sí suponen un desembolso, pero que no constituyen un factor de producción necesario para la obtención de los flujos de caja del proyecto, y que además no estarán en el calendario de reemplazo una vez agotado el primer ciclo de uso, no deben incluirse.
Se persigue homogenizar la rentabilidad del proyecto, con otros de igual dimensión desarrollados por otros inversores que hubieran destinado un volumen mayor, menor o cero a esos mismos gastos.
Pensemos por ejemplo en un estudio de mercado para analizar la viabilidad de un proyecto, donde un inversor dedicara un millón de euros y otro el doble de esta cantidad. Es indudable que la inclusión de este estudio en el montante inicial arrojaría valoraciones distintas para la misma inversión.
Además, estos gastos son ya irreversibles e irrecuperables, se lleve a cabo la inversión o sea esta rechazada. Se trata de un coste hundido, que no debe tenerse en cuenta en el análisis, aunque lógicamente sí se registrará como hecho contable.
Los gastos necesarios para la puesta en marcha
Consideremos una regulación medioambiental que obligue a realizar una prospección en el suelo, con un determinado número de sondeos, para averiguar el grado de contaminación del mismo como paso previo a la puesta en marcha de un proyecto.
Estos gastos en realidad no son un factor de producción necesario para la obtención de los flujos de caja, pero son obligatorios, sea quien sea el inversor, para la puesta en marcha. Están vinculados al proyecto. No depende de la voluntad del inversor acometerlos o no.
En este sentido, muchos analistas se inclinan a incluirlos dentro del montante de la inversión inicial del proyecto. Si finalmente el proyecto no se llevara a cabo, se tratarían como coste hundido.
Los gastos de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) en los proyectos de inversión
La decisión de no afectar los gastos incurridos en I+D+i
Los gastos incurridos en I+D+i pueden dar origen a varios proyectos de inversión para la obtención de nuevos productos o servicios.
En primer lugar, hay que decir que toda la inversión en I+D+i activable y amortizable en libros (si da origen a proyectos exitosos) o no activable (coste hundido por fracaso del proyecto(s) al que iba dirigida), es controlada anualmente en la contabilidad financiera y analítica de la empresa, donde se registran los activos comprados, los gastos de personal, materiales, servicios, costes indirectos imputables, amortizaciones, traspaso periódico como ingreso de las subvenciones vinculadas, deducciones fiscales y bonificaciones, si existen. Es decir, cada año tendremos un resultado neto y un flujo de caja asociado genéricamente a “proyectos I+D+i”.
Al no vincular los gastos de I+D+i a los proyectos reales de inversión a los que han dado origen, lo lógico es que este flujo neto de caja sea negativo al no incluir sus retornos.
La no afección suele defenderse bajo las siguientes hipótesis:
- La empresa tiene una política de inversión en I+D+i definida y estructural, dedicando un porcentaje de su facturación a este concepto.
- Gestiona de forma estructural las ayudas a las que puede acceder cada año (subvenciones, préstamos, fiscalidad, bonificaciones, patent box1, etc.)
- Todos los gastos/ingresos (subvenciones vinculadas, deducciones fiscales, etc.) anuales pueden dar origen (o no, es caso de fracaso) a muchos proyectos de inversión distintos, que además pueden arrancar cuando la empresa lleva varios años incurriendo en gastos de I+D+i.
- Y además, no se dispone de herramientas para factorizar y llevar el control de los coeficientes de atribución de dichos gastos/ingresos.
- Por otro lado, la empresa desea conocer la rentabilidad real del proyecto(s) que pondrá en marcha, con independencia de si el inversor ha obtenido ayudas o destinado fondos previos a I+D+i. Es decir, considera al proyecto “soberano” frente a las opciones previas del inversor.
- Por tanto, solo se tendrán en cuenta los activos físicos y circulantes (NOF) necesarios para la obtención de los flujos de caja del proyecto, derivados de las ventas y gastos del producto o servicio que se va a comercializar.
La atribución de los gastos incurridos en I+D+i a los proyecto de inversión
En el otro extremo, hay empresas que pueden decidir incorporar toda la inversión previa en I+D+i que culmina en éxito al proyecto o proyectos que se pondrán en marcha gracias a ella. Veamos algunos factores que facilitan el marco adecuado para esto:
- La empresa cuenta con una contabilidad analítica muy potente que atribuye, para cada uno de los futuros proyectos de inversión, los gastos (personal, materiales, servicios, etc.) e ingresos (subvenciones, deducciones fiscales, etc.) imputables.
- La contabilidad analítica y el módulo de gestión de proyectos permite factorizar y asignar correctamente los gastos e ingresos de I+D+i a cada uno de los futuros proyectos de inversión, cuando el I+D+i tiene aplicación directa transversal a cualquier proyecto.
- Al mismo tiempo, es necesario un control preciso para saber que parte del volumen de gastos/ingresos de I+D+i ha sido aplicado, y cuál es el remanente para futuros proyectos.
- Igualmente, de cara a calcular la rentabilidad de los próximos proyectos de inversión bajo la metodología del descuento de flujos de caja, es necesario controlar el momento temporal en que se produjeron dichos gastos/ingresos en I+D+i.
Ventajas:
- Cada proyecto incorpora su inversión de I+D+i, o su coeficiente de imputación en caso de I+D+i transversal.
- Todos los gastos/ingresos, vengan de los propios y necesarios del proyecto, vengan de la parte atribuida de I+D+i, estarán en el proyecto, por lo que no procede ningún ajuste en EBITDA, impuestos y flujo de caja para calcular la rentabilidad del mismo.
Inconvenientes:
- Sistema de control muy complejo.
- No se analiza la rentabilidad del proyecto de forma independiente a los gastos/ingresos vinculados al I+D+i, para poder saber qué rentabilidad tendría sin haber incurrido en ellos.
- Lo normal es que el importe de I+D+i incluido en la inversión inicial no sea recurrente, por lo que en el calendario de reemplazo de activos ya no exista, alterando la rentabilidad del proyecto en los ciclos posteriores.
- Si el montante neto de I+D+i atribuible a un proyecto es muy elevado, puede hacer que el proyecto que se analice arroje una rentabilidad negativa o por dejado de la tasa de valoración mínima esperada (coste de capital). Esto podría hacer que proyectos rentables no se acometan. Cuando en realidad, bajo la óptica de proyecto “soberano”, sí se aprobarían.
Respecto a la justificación ante los organismos públicos de la vinculación del proyecto o proyectos de inversión con una subvención sobre I+D+i, con todos los beneficios asociados de la misma, la empresa siempre podrá crear el caso base dentro del marco legal que la sustente.
Esto, independientemente del camino que adopte para su tratamiento de acuerdo a su política interna de inversión: afección o no afección de los gastos de I+D+i a los proyectos.