Inteligencia artificial en el derecho: ¿aliado o amenaza para la profesionalidad y la atención al cliente?

Robot metálico con ojos digitales sostiene un mazo de juez frente a fondo de circuito informático.

José Antonio Ruiz Cano
ALicenciado en Económicas por la UCAVILA. Graduado en Derecho por la UDIMA. Máster de Abogacía y Procura por la UOC

Economía

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) está transformando numerosos sectores, y el derecho no es una excepción. En España, el uso de IA en el ámbito jurídico está suponiendo una revolución en la forma en que los profesionales del derecho trabajan, gestionan la información y prestan servicios a sus clientes. Sin embargo, esta transformación también plantea importantes desafíos y cuestiones éticas que requieren un profundo análisis.

El impacto actual de la IA en el derecho

Hoy en día, la IA ya está presente en diversas áreas del derecho español. Desde la automatización de documentos hasta herramientas de análisis jurisprudencial, la IA facilita la labor de abogados, jueces y otros profesionales del sector. La automatización de documentos y contratos permite generar y revisar textos legales en minutos, reduciendo el tiempo y los costes asociados a estas tareas.

La búsqueda y análisis jurisprudencial también se ha visto beneficiada. Plataformas como vLex o Westlaw utilizan algoritmos para filtrar y clasificar sentencias, facilitando la identificación de jurisprudencia relevante de manera más rápida y precisa. Esto mejora la calidad de los argumentos jurídicos y permite un análisis comparativo más riguroso.

Los asistentes virtuales y chatbots legales emergen como una herramienta útil en la atención al cliente y la resolución de dudas sobre normativas y procedimientos. Firmas de abogados y organismos públicos han comenzado a implementar estos sistemas para mejorar el acceso a la información legal, ofreciendo respuestas inmediatas sin necesidad de interacción humana.

Retos y desafíos que plantea la IA en el derecho

A pesar de sus ventajas, la incorporación de la IA en el ámbito jurídico plantea retos que deben abordarse con precaución. La fiabilidad y responsabilidad de estos sistemas es un aspecto crucial. La IA puede procesar grandes volúmenes de información, pero su capacidad para interpretar normas y principios jurídicos sigue siendo limitada. La supervisión humana sigue siendo esencial para garantizar la calidad y precisión de las resoluciones legales.

Otro aspecto fundamental es la protección de datos y privacidad. Muchas herramientas de IA requieren el acceso a información personal, lo que plantea cuestiones sobre el cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la confidencialidad de los ciudadanos. Es crucial que estas herramientas sean diseñadas con estrictos protocolos de seguridad para evitar riesgos legales.

El acceso desigual a la tecnología es otro factor a considerar. No todos los profesionales o despachos pueden permitirse soluciones avanzadas de IA, lo que podría generar una brecha entre grandes firmas con recursos y pequeños despachos que no pueden costear estos servicios.

La ética y la transparencia también son aspectos clave en la aplicación de la IA en el derecho. La posibilidad de sesgos algorítmicos y la falta de supervisión humana en algunos casos podrían afectar la equidad de los procesos judiciales. La confianza en los sistemas automatizados solo será posible si se establecen mecanismos de auditoría y control que garanticen su imparcialidad.

El futuro de la IA en el derecho español

En los próximos años, se espera que la IA continúe evolucionando y desempeñe un papel aún más relevante en el sector jurídico español. Una de las tendencias más evidentes es la integración con la Administración de Justicia. El Poder Judicial podría implementar sistemas de IA para agilizar la gestión de expedientes y la resolución de casos de menor complejidad, reduciendo la sobrecarga en los juzgados.

El desarrollo de herramientas de IA explicativa marcará el futuro del derecho. Se espera que los sistemas utilizados sean más transparentes y capaces de justificar sus decisiones de forma comprensible para los usuarios.

La regulación y supervisión de la IA en el derecho será otro aspecto clave en los próximos años. La Unión Europea está desarrollando el Reglamento de Inteligencia Artificial, que establecerá normas específicas para el uso de estas tecnologías en sectores críticos como el derecho, garantizando su uso responsable.

Además, la educación y formación en IA para juristas será esencial para garantizar una transición adecuada hacia la digitalización del sector legal. A medida que la IA se convierte en una herramienta habitual, los profesionales del derecho deberán adquirir nuevas competencias tecnológicas para aprovechar su potencial sin comprometer los principios fundamentales de la justicia.

Conclusión

La inteligencia artificial está marcando un antes y un después en el derecho español. Sus aplicaciones están transformando la manera en que los profesionales trabajan, optimizando procesos y mejorando la eficiencia. Sin embargo, también es necesario abordar los desafíos que supone su aplicación para garantizar que su uso sea ético, equitativo y beneficioso para toda la sociedad. La regulación, la transparencia y la formación serán claves para que la IA se convierta en un aliado del derecho sin comprometer sus valores fundamentales.  

 

La IA está transformando el derecho en España, optimizando procesos y planteando desafíos éticos y de privacidad.