Pensamiento crítico y análisis estructurado
F. Javier Blasco Robledo
Coronel en la Reserva. Experto en Seguridad y Defensa. Diplomado en Pensamiento Crítico y Análisis Estructurado
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Hoy en día la información que nos llega es mucha y por muy diferentes canales; nos enfrentamos a lo que se viene denominado “infoxicación”. Para lograr un análisis adecuado somos incapaces de reaccionar ante ella mediante las herramientas normalmente aplicadas hasta ahora porque dicha información no solo es mucha, sino que en la mayoría de los casos, está dirigida o adulterada para que de ella saquemos lo que el autor quiere que entendamos. Esta es la razón fundamental por la que precisamos ser muy críticos con todo lo que nos llega o queremos decir.
El pensamiento crítico es un rico concepto que ha venido desarrollándose durante más de 2.500 años aunque tomó su verdadero valor a mediados del siglo XX. Existen numerosas definiciones sobre el tema, pero esta engloba la mayoría de las diferentes acepciones: “juicio – sobre cualquier tema, contenido o problema – mediante el cual se mejora la calidad del propio pensamiento al emplear las estructuras inherentes del acto de pensar, pero sometiéndolas a un procedimiento predeterminado y al grado de cumplimiento de determinados estándares intelectuales”.
Consiste en un método mental, ordenado, que nos hace mejorar nuestras capacidades de discernir lo que otra persona trata de inculcarnos en cualquier contexto hablado o escrito para deducir nuestras conclusiones y así poder actuar en consecuencia.
Para llegar a ello, en toda información a analizar debemos ser capaces de descomponer y encontrar los siguientes factores:
- Siempre genera o es fruto de un propósito
- Nos plantea preguntas
- Usa información
- Utiliza conceptos
- Hace deducciones (inferencias)
- Formula suposiciones
- Genera implicaciones
- Incorpora uno o varios puntos de vista
Cuando pensamos, escribimos o hablamos tenemos un propósito con un punto de vista o intención clara, basado en suposiciones que llevan a deducciones y consecuencias. Aprender a analizarlas por separado los referidos ocho factores que definen el pensamiento requiere cierta práctica. Cada uno de ellos tiene implicaciones en los demás y si alguno cambia, cambian sino todos, la mayoría de los restantes.
El análisis de lo que nos llega no será completo si no estudiamos y definimos las cualidades inherentes del elemento, noticia, información o del autor sujeto a nuestra consideración o evaluación; estas cualidades son:
- Claridad
- Exactitud/corrección
- Precisión
- Relevancia
- Profundidad
- Amplitud de miras y de conceptos
- Lógica
- Significancia
- Imparcialidad
El pensamiento crítico es una herramienta que además nos ayuda a vencer los principales errores en los que cualquier analista suele caer. Errores, que se desprenden de: la tendencia humana a simplificación, el anclaje en la primera impresión o idea recibida y la tendencia a buscar sistemáticamente confirmaciones de nuestras primeras impresiones obviando nuevas pruebas o conclusiones que se aparten aunque sea ligeramente de las anteriores. A lo que hay que añadir una serie de barreras derivadas de: determinadas limitaciones humanas básicas (coeficiente intelectual, agudeza de los sentidos etc.), del conocimiento y uso del lenguaje en el que nos llega la información, las influidas por defectos en la percepción lógica (problemas de concentración, cansancio, carga de trabajo, tiempo asignado a la tarea etc.) y las que se producen como resultado de problemas psicológicos o de adaptación.
El objetivo del pensamiento crítico es evitar los errores propios y las presiones o barreras laborales y sociales que llevan a la simplificación, la estandarización y al conformismo
Con esta técnica y sus procedimientos derivados debemos ser capaces de analizar la información que nos llega para poder entender lo que realmente se nos quiere decir, cuál es el mensaje que encierra la noticia o el hecho y cómo se conectan e interrelacionan unas cosas con otras de tal manera que, mediante métodos simples podamos deducir de forma crítica y completa lo que puede ocurrir o cual es la realidad del mensaje. Consiste por tanto, en una forma de analizar lo que se nos presenta por diversos medios sin que nos dejemos influir por los habituales errores y barreras o lo nuestro normal proceder nos llevaría a pensar.
En definitiva, el objetivo del pensamiento crítico es evitar los errores propios y las presiones o barreras laborales y sociales que llevan a la simplificación, la estandarización y al conformismo. El pensador crítico busca entender cómo reconocer, mitigar o evitar dichas barreras y errores naturales o adquiridos y los engaños a los que cualquiera está sometido cotidianamente. Por eso, desconfía de las fuentes de información, ya que, generalmente, suelen ser intencionadas o dirigidas o tienden a distorsionar la realidad. La premisa del pensamiento crítico es poner en tela de juicio todo lo que se lee o escucha, para acercarse o descubrir con mayor precisión los datos objetivos y/o el significado real de cualquier mensaje.
Una vez adquirido este espíritu crítico y en base a él, tras el análisis crítico de las informaciones deducimos una serie de consecuencias, hipótesis o conclusiones. Estos elementos deben, a su vez, ser tratados o analizados de forma estructurada para llegar a la respuesta definitiva o a las diferentes alternativas al problema. Unas veces llegaremos a ello siguiendo un procedimiento matemático y otras será fruto de deducciones lógicas, pero siempre alcanzaremos una respuesta. Respuesta, que en muchas ocasiones podrá estar muy alejada de aquella a la que mediante un razonamiento simple, que es el que normalmente empleamos en nuestras relaciones y aprendizajes, adoptaríamos sin dudarlo.
Para el desarrollo del análisis estructurado se usan herramientas como: las técnicas del brain storming, el análisis y la síntesis, el proceso sistémico del pensamiento, el pensamiento convergente y divergente, el método de valoración por importancia de la noticia o información, la evaluación y calidad de la fuente de procedencia, el empleo de matrices de evaluación y de asociación y el análisis mediante la competición (confrontación y comparación) de hipótesis. Todos y cada uno de ellos tienen una metodología comprensible y, que en algunos casos precisa de sencillos cálculos estadísticos. Una vez conocidos, dependerá de nuestras preferencias o de la situación cuál de ellos elegir como apoyo en la decisión a adoptar.
Las aplicaciones del pensamiento crítico y del análisis estructurado son múltiples y variadas y proporcionan un importante valor añadido en cualquier proceso de aprendizaje (fundamental para la infancia) hasta el conocimiento, la investigación y el desarrollo de cualquier tipo de profesión dado que es muy importante para la toma de decisiones de alto nivel, en la formulación de los propios informes y en el análisis y valoración de la inteligencia (industrial y militar). De hecho, gran parte de las universidades anglosajonas de prestigio y los analistas de los mejores servicios de inteligencia del mundo se someten a este tipo de adiestramiento con la finalidad de que su personal sea capaz de discernir las verdaderas intenciones, valor y fiabilidad de las informaciones que les llegan, dado que el mundo que nos rodea puede someternos a muchas trabas, sobre todo desde el fuerte impulso de Internet, los ciberataques y el descontrol de las numerosas redes sociales.