La novela de la Bolsa (Capítulo 60)

EL SÍMBOLO

Hamilton Jones

Cuatro personajes: un experto en marketing y en Bolsa (Ribera), que buscaba las leyes internas que rigen los mercados; un físico (Iraza), que perseguía la generación de ondas gravitatorias; un químico o alquímico según él (Santos), que dice vivir de la fabricación de oro en pequeñas cantidades; y un programador informático (el narrador), antiguo subordinado de Ribera, realizaron en Suiza el curso de Bolsa más elitista del mundo y encontraron “El Símbolo”, un sistema de análisis que les marcó para siempre. En este capítulo, Ballestá y el narrador dejan momentáneamente de escudriñar en una vieja carpeta que había pertenecido a Santos y que contenía apuntes sobre Alquimia, para centrarse urgentemente en un estudio que ponía en duda la eficacia de las medias móviles en los análisis bursátiles.

La novela de la Bolsa (Capítulo 60)
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A la mañana siguiente en la que convinimos atacar de nuevo el tema de la Alquimia, pero esta vez por la denominada vía húmeda, Ballestá llegó excitadísimo. – Oye, tenemos que dejar la vía húmeda para más adelante, porque hay que dilucidar urgente qué diablos pasa con las medias móviles, que yo me juego los cuartos cada día con ellas en la Bolsa.

-¿No sirven las que empleamos nosotros o qué? - Le contesté.

-No sirve NINGUNA. Solo sirven las MEDIANAS. Contestó Ballestá alzando la voz.

-¿Cómo que las medianas, es que ahora hay que hacer medias de medias? Repliqué.

-Qué medias y medias, MEDIANAS, las medianas usuales que se hacen en estadística hombre, las de toda la vida.

Me quedé anonadado y respondí, - A ver, explícame esto detenidamente. ¿Por qué no sirven las medias móviles?

Más calmado, Ballestá respondió…- Sí sirven, pero los cruces de las medias móviles con la cotización, que es lo que utiliza todo quisqui, no sirve, la cotización solo se puede cruzar con las MEDIANAS y las medias móviles solo se pueden cruzar entre ellas, pero no con la cotización y si eso se confirma que es así, pues a perder dinero con las medias porque cuando una media móvil corta, pongamos que sea una media móvil de 50 días, cruza hacia arriba a una media larga, pongamos que sea una media móvil de 200 días, la orden es de compra del valor en cuyo gráfico haya sucedido esto y luego mantenerse comprando hasta que dentro de un tiempo se produzca el fenómeno inverso y es que la media móvil corta cruce hacia abajo a la larga ya que en este caso la orden es vender el valor.

-¿Y qué problemas hay en seguir esta metodología?, le respondí.

-Que en la práctica es una tontería, ya que las más de las veces no ganarás nada o incluso perderás con este método ya que, a no ser que el valor suba descaradamente a todo trapo, el precio a que comprarás casi siempre es igual o más alto que el precio al que venderás posteriormente. Fíjate en los gráficos que lleven medias móviles y verás que casi siempre el día de los cruces para comprar, la cotización es más alta que el precio a que se han cruzado las medias y en los cruces para vender, la cotización es más baja que el precio de cruce. Total que vamos mal operando así, vamos hacia atrás como los cangrejos.

-Y qué pasa con las medianas, que según me dices esas si se pueden cruzar con las cotizaciones.

Ballestá contestó, -Las MEDIANAS son otra cosa, solo hay que ver cómo se construyen para apreciarlo, si quieres lo vemos y lo comparamos con la construcción de las medias, contestó Ballestá, y a continuación, sin esperar mi respuesta se puso a la tarea.

Para fabricar una mediana móvil hay que hacer lo siguiente:

PRIMERO: Hay que elegir el tamaño de la mediana y para ello lo mejor es utilizar tamaños impares. Supongamos que el tamaño elegido son 11 cotizaciones.

SEGUNDO: Tomamos la cotización de hoy y 10 más hacia el pasado, es decir las once últimas y las ordenamos de menor a mayor o de mayor a menor, tanto da porque el resultado será el mismo. Una vez hecho eso, la mediana será la sexta cotización y eso es así porque tendremos cinco cotizaciones por encima que son menores que la sexta y otras cinco después de la sexta que son mayores que ella, y por definición eso es la mediana, que no es más que el valor central que se obtiene cuando están ordenadas. Como ves el valor de la mediana siempre será la cotización que ocupe el sexto lugar tanto si se ordenan en sentido creciente (de menor a mayor) como si se ordenan en sentido decreciente, es decir de mayor a menor. El sexto cambio será pues el primer valor de la mediana móvil, que guardaremos aparte.

TERCERO: Corremos una posición y tomamos otra vez 11 cotizaciones hacia el pasado, con lo cual habrá desaparecido, de esta nueva ordenación, el primer cambio y entrará el que no entró en la primera ordenación ya que el nuevo cambio entrante era el de hace 12 sesiones que no entró en la ordenación anterior porque ahí solo se llegó hasta el 11. Volvemos a ordenar estos 11 cambios y tomamos también el sexto y este será el siguiente valor de la mediana, que ahora puede ser diferente porque al entrar un nuevo cambio la ordenación puede ser diferente y que también guardaremos.

CUARTO: Reiteramos el proceso corriendo cada vez una posición hasta agotar los cambios históricos y guardamos aparte siempre los cambios que ocupen la sexta posición de cada nueva ordenación. Finalmente solo hay que dibujar dentro del gráfico de cotizaciones los valores guardados de cada mediana y asunto terminado.

-Pero ese trabajo es inhumano, eso solo puede hacerlo un ordenador. -Claro, respondió Ballestá en plan socarrón, -si hay que hacer ordenaciones hace falta un ordenador... y añadió -naturalmente las medianas móviles no hace falta que necesariamente sean de 11 sesiones, pueden ser de las sesiones que quieras.

-Y ¿cómo sabremos el número idóneo de sesiones con las cuales funcionan mejor las medianas móviles?, le contesté.

-Cómo va a ser, pues probándolo, no es eso lo que pides siempre, emplear el método científico, a saber construir una hipótesis y hacer experimentos para probarla.

Ahí me pilló Ballestá. Siempre le había dicho que con el solo pensamiento no avanza la ciencia, que hay que hacer experimentos, incluso recuerdo que le había dicho alguna vez que antes de que Galileo inaugurara el método científico, cuando había dudas sobre cuál de varias hipótesis enfrentadas era la verdadera, se recurría al Catedrático Mayor de la Universidad de Salamanca y este emitía su veredicto, pero eso no era Ciencia, eso era Escolástica.

También le había comentado la anécdota que se cuenta sobre el rector de la Universidad de Princeton, sobre el grado de incordio comparativo que le provocan las Facultades de Exactas, de Física y de Filosofía. Asegura que los que incordian más son los Físicos, porque siempre le están pidiendo dinero para sus experimentos, en cambio los matemáticos solo le piden papeleras, pero los menos incordiantes son los de Filosofía, porque estos no piden nada, ni papeleras. Así le va a la Filosofía. Con solo el pensamiento no se puede llegar a la verdad y menos con el sentido común, que nos ha sido dado para sobrevivir, pero en modo alguno para llegar a la verdad.

El filósofo Aristóteles, que fue discípulo de Platón, utilizando la sola mente llegó a la hipótesis de que si se dejan caer dos cuerpos, uno liviano y el otro pesado, el más pesado llegará antes al suelo y eso es rigurosamente FALSO como demostró con experimentos Galileo, resulta que los dos cuerpos llegan al suelo al mismo tiempo, aunque el sentido, común de entrada, no lo pueda comprender ni lo comprenda.

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Cuando COPERNICO se atrevió a publicar que es la Tierra la que gira alrededor del Sol y no al revés y lo publicó el mismo año de su muerte (entonces no se andaban con bromas), el común de la gente se rio de tal aseveración, porque decían…Que el sol no gira alrededor de la Tierra, anda ya, anda que no gira si yo lo veo salir por la mañana y girar sobre el cielo hasta esconderse a la caída de la tarde. Resulta que el sentido común nos dice que es el Sol el que gira alrededor de la Tierra, pero ahora sabemos que no porque nos lo han dicho en la escuela, en contra del sentido común.

Pobre Ballestá, la de disquisiciones que tuvo que soportar conmigo, pero a buena hora, porque ahora las aseveraciones sin comprobar fehacientemente le resbalan. Pero volvamos a las MEDIANAS.

Ballestá dijo –He conseguido agenciarme con varios gráficos con medianas y los tengo cargados en mi USB. Si conectas el portátil te los muestro.

Los gráficos que me mostró contenían las curvas de cotizaciones de cierre, sobre las cuales era posible lanzar las curvas de las MEDIANAS móviles de 11, 21 y 41 sesiones. El resultado era espectacular y le dije –si cuando la mediana móvil corta hacia arriba a la cotización compramos y luego esperamos para vender a que la mediana corte hacia abajo la cotización nos forramos.

Y añadí, -Veo que la que produce más ganancias es la MEDIANA móvil de 21 sesiones. Será porque es un número de la serie de Fibonacci. Ballestá no respondió y no pude menos que decirle…

-Creo que hemos conseguido la gallina de los huevos de oro de la Bolsa.

-Eso no es nada, estoy a la espera de otros gráficos con medianas móviles más elaboradas. Esas que ves son una primera impresión sobre los resultados posibles a obtener, pero han sido construidas doblando cada vez los tamaños de las medianas, ya que la primera se ha realizado tomando 10 sesiones y añadiendo una sesión más para que sea impar y exista un valor central, la segunda doblando el periodo multiplicando por dos el periodo y añadiendo otra sesión, esto es  (10 x 2 ) + 1 =21 y la tercera volviendo a doblar el periodo, con lo que da ( 20 x 2 ) + 1 = 41. Lo importante es el concepto que subyace en las medianas que le da mil vueltas al concepto que sustenta las medias móviles; solo hay que ver cómo se calcula una media móvil para entenderlo, pero de medias móviles hay de varios tipos, a saber:

-Medias móviles aritméticas simples, ponderadas lineales y ponderadas exponenciales.
-Medias móviles geométricas simples, ponderadas lineales y ponderadas exponenciales.

Le interrumpí diciendo, -Pero ¿qué diferencia puede haber entre emplear medias móviles o emplear medianas móviles?

Ballestá respondió, -La diferencia conceptual a la que se ha llegado últimamente es brutal y la diferencia en la práctica, para ganar en Bolsa, más brutal aun. Con los cruces de medias verás que casi siempre se pierde y con los cruces de medianas verás que casi siempre se gana. Se cree actualmente, aunque todas esas investigaciones son muy nuevas y desconocidas por el común de los inversores, que ello es debido a que las medias solo se pueden cruzar, por concepto, con otras medias, pero que las medianas solo se pueden cruzar, también por concepto, con las cotizaciones. Tal como me lo han contado tiene cierta lógica, aunque no he acabado aun de entenderlo del todo. Verás…

CONTINUARÁ