Los orígenes del CEF.-

El 15 de octubre de 1977 abre sus puertas el Centro de Estudios Financieros

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Los orígenes del CEF.-
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En el último tercio de los años 70 Roque de las Heras (La Horra, Burgos, 24 de mayo de 1944), decidió dar un salto en su trayectoria profesional, preparando una oposición para ingresar en el Ministerio de Hacienda. Diplomado en Filosofía y Letras y Licenciado en Ciencias Económicas, su carrera como funcionario de la Administración se había iniciado en 1972, tras superar las oposiciones al cuerpo de Contadores del Estado, y pasar un tiempo en su primer destino, San Sebastián. Posteriormente se integraría en el Cuerpo de Subinspectores de los Tributos y prepararía el ingreso en el Cuerpo de Interventores y Auditores del Estado, que fundamentalmente le sirvió para completar su formación.

En el curso 1975-76 se convocaron por primera vez las oposiciones que fueron el embrión de lo que posteriormente sería el Cuerpo de Subinspectores de Tributos. “Unos compañeros me pidieron que les ayudara a preparar el ejercicio de Contabilidad y esta fue la semilla de lo que posteriormente sería el CEF.-, una escuela de preparación para ingreso en la Administración Pública en los Cuerpos con nivel de exigencia de Licenciados (A1) y Diplomados (A2)”, recuerda su fundador.

Roque de las Heras: “El sistema de acceso a la Administración del Estado sigue siendo básicamente el mismo que hace 40 años”

En aquella época las pruebas de acceso a una oposición de Grupos A1 y A2 en España  no eran muy diferentes a cómo son ahora. “La Administración es la única empresa del país en la que cualquier ciudadano puede trabajar si cumple los requisitos exigidos, pero el sistema de acceso a la misma sigue siendo básicamente el mismo que cuando yo me presenté”, explica De las Heras. Lo que, sin embargo, sí era bastante diferente es la manera en que se preparaban las pruebas prácticas. “Fundamentalmente se basaban en una suma de ejercicios prácticos que realizaban los preparadores pero sin que se apoyaran en un soporte teórico”. El sistema de preparación que puso en marcha Roque de las Heras también empleaba casos prácticos, “pero antes siempre facilitaba documentación teórica que sirviera para solucionar todos los casos similares”, puntualiza. Quizás esta fue su principal aportación al sistema de preparación de oposiciones, la organización de documentación basada en casos prácticos, apoyada siempre en notas teóricas y procurando tratar todas las materias objeto de examen.

El nacimiento del Centro de Estudios Financieros

La experiencia que Roque de las Heras había obtenido preparando los Cuerpos de Contadores del Estado, Subinspectores de los Tributos e Interventores y Auditores del Estado fue la base para querer ayudar a otros opositores que pretendían ingresar en distintos cuerpos de las Administraciones Públicas.

“Siempre me había gustado la formación, incluso cursando los estudios universitarios ya los compatibilizaba con la impartición de clases en distintas academias”, recuerda.  Así que junto a Virgilio Martínez alquiló un aula en la academia Mariano de Cavia, en la Avenida Menéndez Pelayo de Madrid, para atender a un grupo de 15 alumnos. Es el 15 de octubre de 1977, y acaba de nacer el CEF.-. Lo hace con el nombre de Instituto de Estudios Financieros, denominación que mantiene hasta que a principios de los años 80 la cambia por la de Centro de Estudios Financieros por motivos de registro de la denominación.

“Si ya estábamos dando una preparación de primer nivel a los futuros interventores del Estado, que son los grandes contables de la Administración, ¿por qué no preparar también a los contables de la empresa privada?”

En aquel momento inicial, el centro únicamente preparaba la oposición de Subinspector de Tributos, y el personal del CEF.- lo constituían el propio Roque de las Heras, Virgilio Martínez y Francisco de las Heras, padre del fundador, quien en aquellos comienzos realizaba tareas administrativas y de atención al alumnado. Cuando la oposición se convoca, en febrero de 1978, y debido al incremento de estudiantes, el CEF.- alquila dos aulas en el número 2 de la calle Viriato para que sus alumnos puedan estudiar en turnos de tarde y de noche. Muy pronto, el centro incorpora nuevas oposiciones a su catálogo formativo, al tiempo que se contrata nuevos profesores y edita sus primeros manuales propios, en lo que es el germen de la Editorial CEF.-. Roque de las Heras compagina la actividad docente con la gerencia del centro.

Así fue como se puso en marcha una iniciativa que hoy, cuarenta años después, se ha convertido en uno de los centros educativos  privados más importantes y con mayor reputación de España. Un referente en la formación empresarial y profesional que cuenta dentro del Grupo con una universidad: la UDIMA.

EL CEF.- UDIMA ACTUAL EN CIFRAS

460.000 alumnos desde sus inicios.

20.000 alumnos anuales.

42 nacionalidades.

450 trabajadores en plantilla.

800 profesores y colaboradores externos.

32 másteres oficiales.

18 másteres profesionales.

100 cursos y seminarios.

304 libros editados.

5 Revistas de periodicidad mensual.

Sedes en Madrid, Barcelona y Valencia.

Campus universitario en Collado Villalba.

LA PRUDENCIA COMO ESTRATEGIA GANADORA

El crecimiento del CEF.- ha sido sostenido a lo largo del tiempo. Visión estratégica, anticipación y  prudencia han sido una constante en esa evolución. “Me preocupaba depender exclusivamente de lo que dijera el Boletín Oficial del Estado. ¿Qué sucedería si un año no se convocaban plazas?”, explica Roque de las Heras.

De esa reflexión nació ya en 1980 una nueva línea de negocio que, aprovechando buena parte de los desarrollos realizados para los opositores, permite a la empresa continuar su actividad con independencia de la amplitud de la oferta de Empleo Público. “Si ya estábamos dando una preparación de primer nivel a los futuros Interventores del Estado, que son, de algún modo, los grandes contables de la Administración, ¿por qué no preparar también a los contables de la empresa privada? Y lo mismo ocurría con la preparación de Inspección de Hacienda, los grandes especialistas en tributación, lo que nos animó a formar asesores fiscales”, comenta De las Heras.

Otra de la máximas que ha seguido el grupo es la de no crecer por encima de sus posibilidades. “Hemos preferido ir más despacio, tanto en espacios físicos como en plantilla, pero con la máxima seguridad. A veces, el deseo de ir demasiado deprisa te puede llevar al fracaso”, concluye el empresario.