“Palo Cortado”, una opción muy diferente
El Barón de Piernalegre
En este inmenso océano que es la oferta gastronómica de ciudades como Madrid y Barcelona, afortunadamente uno puede encontrarse de todo. Hay muchos experimentos similares, muchos sitios nuevos que se parecen a otros igual de nuevos, muchos sitios con solera que inevitablemente recuerdan a otros de la misma época, pero también hay aventuras que sorprenden, en algunos casos con apuestas sofisticadas y financieramente arriesgadas y, en otros, con fórmulas muy sencillas para satisfacer las expectativas de esa tribu a la que nos gusta comer y beber más allá de nuestras necesidades, es decir: los aficionados a la gastronomía. Y digo bien aficionados, que es lo que somos el que firma y sus asesores.
La última mesa que nos ha dejado muy satisfechos tiene como primera virtud estar muy cerca de la sede del CEF.-, en el castizo barrio de Chamberí, ventaja nada desdeñable a la hora de moverse por este cada día más complicado laberinto que es la gran ciudad. Pero lo más importante, por supuesto, está dentro, condensado en poco más de cien metros cuadrados (¿o menos?) que ocupan seis o siete mesas, una barra y la cocina. Palo Cortado se define como “Taberna especializada en vinos de Jerez y en cocina andaluza” cumpliendo con una increíble oferta de más de trescientas referencias de finos, manzanillas, amontillados, olorosos, moscateles y todo lo que el sur enológico nos ofrece, oferta enriquecida con una más reducida pero acertada selección de otras denominaciones, incluidas algunas más que dignas representaciones foráneas.
Una forma de disfrutar de este tesoro es dejarte aconsejar por la propietaria, Paqui Espinosa, para hacer los maridajes correspondientes con su atractiva carta. La cocina andaluza, que en otros restaurantes madrileños se limita a pescaíto frito y cuatro cosas más, aquí es mucho más completa. Nosotros empezamos con una tabla de chicharrón y carne mechá, excelente aperitivo; luego cumplimos con el pescaíto, que también lo tienen, con un “bienmesabe” que llega a la mesa perfectamente frito en un típico cucurucho gaditano y que puedes mojar en una exquisita mayonesa de vino oloroso; nos entusiasmó el plato de alcachofas fritas con pulpitos; nos metimos más en faena con un atún rojo con tapenade y terminamos con un espectacular y peculiar rabo de toro
Para los más golosos se puede cerrar la comida con unos deliciosos piononos de Santa Fe pero, por supuesto, el broche de oro debe ser deleitarse con un Pedro Ximénez. Nosotros dimos cuenta de un fabuloso González Obregón. Antes, la comida la acompañamos con un Cobijado, vino de la tierra de Cádiz, y un memorable Arroyuelo, fino en rama de Chiclana de la Frontera. Se pagan los 40 o 50 euros muy a gusto.
Palo Cortado
Espronceda, 18 (casi esquina Alonso Cano). Madrid
Tfno.: 915 472 500
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